“No me digas que me relaje”: cómo no reaccionar cuando tu amigo tiene ansiedad

“No te va a pasar nada”, “Relájate”, “No le des vueltas a las cosas”. Cuando alguien sufre un ataque de ansiedad, es fácil que quien esté a su lado intente quitarle hierro al asunto con alguno de estos que consejos que, aunque bienintencionados, no ayudan a la otra persona. “Eso no es nada” o “no te vas a morir” son otras de las reacciones que @Watoreon ha recopilado a través de un hilo en Twitter.

En él, varios usuarios han compartido sus experiencias personales sobre las respuestas que suelen obtener cuando sufren un ataque de ansiedad y que les suelen generar frustración. Estas son algunas de las más repetidas:

- Relájate

- Tienes que aprender a pasar de estas cosas

- No pasa nada

- No te vas a morir

- No te comas tanto la cabeza

- No es para tanto

- Le das muchas vueltas

- Se te pasaría si hicieras deporte

- No se va a solucionar nada así

- Tienes que aprender a relajarte

- No es tan grave

- Tienes que tomarte la vida con más calma

- Me han pasado cosas peores y no estoy así

Según explica a El Confidencial la psicóloga experta en ansiedad Cristina Wood, del centro Área Humana, “la ansiedad es una emoción que nos genera un estado de tensión y que sucede cuando anticipamos una amenaza”. Existen diferentes tipos, como la social o el trastorno por estrés postraumático, pero la más común, explica, es la fobia específica, que sufre un 15% de la población española.

¿Por qué está mal decirle que se relaje?

“Cuando alguien sufre un ataque de ansiedad, está aterrorizado porque piensa que le va a pasar algo malo”, asegura Wood. Explica también que esto sucede porque la persona está prestando todo el rato atención a esas sensaciones que le hacen sentir mal: “Si tiene miedo de que le vaya a dar un ataque al corazón, estará pendiente todo el día de sus latidos y eso le generará más miedo. Se asusta porque hace una interpretación muy negativa y eso le genera estrés. Es un círculo vicioso”, comenta.

La ansiedad es una emoción que nos genera un estado de tensión y que sucede cuando anticipamos una amenaza

Cuando se produce esta situación, y por mucha buena voluntad que tengamos, no hay que decirle a la persona: “no te va a pasar nada”, “no te preocupes” o “relájate”. “Aunque le digas que se relaje, no va a saber hacerlo”, explica la psicóloga.

¿Entonces qué tengo que hacer?

• Redirigir su atención a otra fuente de información: Cristina Wood explica que hay que ayudarle a salir de este estado “de forma muy tranquila, hablándole de otra cosa, de lo que va a hacer luego, por ejemplo”. Es el llamado “sesgo atencional”: el paciente necesita desviar su atención de la amenaza y pensar en otra cosa. “La atención es la gasolina de la ansiedad”.
• Mensajes positivos: no hay que decirle que no le va a pasar nada, ya que hay que redirigir la atención hacia otro foco, pero sí que podemos ayudarle mediante “mensajes positivos como decirle que siga así o que lo está haciendo muy bien”.
• Respiración abdominal: si hiperventila, debemos ayudarle a respirar de forma calmada.

Intentar desconectar

“Un ataque de pánico es una señal para que la persona reduzca la velocidad”, explica respecto al estrés que puede darse en la vida diaria. “Es importante que desconecten”. Por eso, aunque cada persona es un mundo, la psicóloga señala la importancia de hacer deporte para relajar a una persona con ansiedad: “Basta con caminar a una velocidad rápida unos 20 o 30 minutos”. Comparte, además, que también puede ser de mucha ayuda practicar yoga o meditación y comer de forma sana.