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“Lo habría hecho gratis”: la vida que llevan los escorts masculinos, según ellos mismos
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UN HOMBRE, UNA EXPERIENCIA

“Lo habría hecho gratis”: la vida que llevan los escorts masculinos, según ellos mismos

Las palabras de estos hombres que ofrecen sus servicios a cambio de dinero nos ayudan a entender mejor un mundo tabú, pero al que recurren todo tipo de personas

Foto: ¿Quiénes son, por qué lo hacen y cómo son sus clientes? (iStock)
¿Quiénes son, por qué lo hacen y cómo son sus clientes? (iStock)

Puede sonar paradójico, pero estamos relativamente acostumbrados a la prostitución femenina. No solo suele tener mayor presencia en obras de ficción, documentales o medios de comunicación, sino que resulta más visible en las calles de la ciudad hasta el punto de que casi ha dejado de ser tabú. La masculina, por el contrario, es aún menos conocida, y de ahí que sigamos pensando en ella a partir de prejuicios anticuados, como que tan solo existe la homosexual o que se desarrolla únicamente en sectores marginales.

Si algo podemos aprender de un reciente hilo publicado en 'Reddit', es que esta clase de prostitución es tremendamente variada, tanto en lo que se refiere al perfil de los clientes como a sus preferencias o necesidades o las motivaciones de los que deciden practicarla. Lo que probablemente tienen todos en común, incluidos los españoles, es la posibilidad de acceder a “dinero fácil”, algo que resulta muy útil al los universitarios que necesitan pagar su carrera.

Las clientas no son mujeres que de otra forma no podrían hacer el amor, sino que recurren a sus servicios porque les resulta “práctico”

“Solo veo a clientas”, explica un usuario llamado ryanjames01, que se define como trabajador sexual masculino y actor porno australiano que lleva en el negocio casi cinco años. “De todas las edades, de 20 hasta 70. De todas las formas y tamaños”. No se puede discriminar en función a tus gustos, recuerda, ya que eso solo te llevará al fracaso. Por lo general, la mayor parte de sus citas tienen en común que hay un poco de conversación y un poco de sexo, pero nada “abiertamente guarro”. Quizá no sea la tónica generalizada, pero tampoco se trata de un caso excepcional.

Foto: La imagen que tenemos del scort, un estereotipo. (iStock)

A diferencia de lo que se piensa, las clientas de este actor no son mujeres que de otra forma no podrían hacer el amor, sino que recurren a sus servicios porque resulta “práctico”, como ocurre con muchas mujeres de clase alta absorbidas por sus trabajos. Por ejemplo, mujeres que no pueden desperdiciar tiempo en quedar con alguien, conocerlo, volver a quedar... También otras que buscan nuevas experiencias sexuales pero que no quieren abandonar a sus parejas, tienen una fantasía muy concreta difícil de realizar o incluso otros trabajadores sexuales que desean comprobar qué se siente al otro lado. Por lo general, se trata de obtener una relación satisfactoria en un ambiente seguro.

Un abanico de experiencias

Una gran parte de estos escorts proporcionan una 'boyfriend experience', el equivalente masculino a esa 'girlfriend experience' en la que importa tanto el sexo como la cercanía sentimental. Un trabajador afincado en Shangái que firma como KingOfCon, cuya clienta media es una mujer de más de 35 años con posibles, señala que la mayoría de citas siguen el mismo patrón: cena en un restaurante de moda o acompañamiento a una fiesta haciéndose pasar por el novio de la mujer, unas copas en un local VIP, y finalmente, al hotel.

Todas esas mujeres querían la compañía y el sexo que no obtenían en sus vidas cotidianas

¿Cómo se convierte un hombre en trabajador sexual? A menudo, por mero accidente, como ocurre con un usuario llamado TO_away_TO, que conoció a los 23 años a una cuarentañera mientras vivía en Toronto. En su satisfactoria relación con “maravilloso sexo” no había lugar para el intercambio económico, salvo por el hecho de que ella siempre pagase la cuenta. Un buen día, sin embargo, le propuso verse con tres de sus amigas, dos casadas y una divorciada, que le terminaron comprando ropa y regalos. “Todas esas mujeres querían la compañía y el sexo que no obtenían en sus vidas cotidianas”, resume. A menudo, los escorts no se promocionan en la red o por otros medios, sino que conocen a un único cliente adinerado que les mantiene.

La mayoría de los trabajadores, no obstante, suelen tener como clientes a hombres. Es el caso de myfirstgayporn, que presume haber liquidado su deuda estudiantil gracias a un padre de familia que tan solo tenía una única petición, que le dejase practicarle sexo oral a cambio de unas 160 libras (unos 175 euros) por sesión. Las cuentas le salían. Cobraba a razón de 600 libras al mes por apenas unas horas semanales. Su relación con el hombre duró tres años, en los que consiguió pagarse la carrera pasándoselo bien, ya que el escort confiesa que le gustaba tanto que lo habría hecho gratis. Atotallyrandonname se muestra de acuerdo: “En serio, me llevaba 80 dólares por que me la chupasen, me comprasen unas bebidas y estuviésemos juntos una hora”.

placeholder Aunque la mayor parte de clientes son hombres, también abundan las mujeres de mediana edad divorciadas o en busca de nuevas experiencias. (iStock)
Aunque la mayor parte de clientes son hombres, también abundan las mujeres de mediana edad divorciadas o en busca de nuevas experiencias. (iStock)

Más diverso era el perfil de los hombres que se encontraba Straight_Drop1, que lo hizo durante unos meses. Había de todo, desde “viejos gordos maleducados” hasta “jóvenes muy atractivos” pasando por “tíos casados, negros, indios o blancos”. Como le pasaba a myfirstgayporn, la petición más habitual era que les dejasen practicarle sexo oral. En las grandes ciudades, como Nueva York o San Francisco, los clientes pueden llegar a pagar hasta 200 dólares la hora. “El 70% quieren cosas 'vainilla' como besarse o sexo oral”, confiesa xjoshx81. “Eran, por lo general, hombres de negocios de mediana edad que parecían solitarios”. Algunos de ellos querían ser dominados financieramente por los escorts.

El lado oscuro del negocio

No todos los testimonios son positivos. En algunos casos, las peticiones de los clientes iban demasiado lejos, o se veían envueltos en una situación de riesgo de la que no querían formar parte. “Trabajé a través de Craiglist durante un tiempo, pero lo dejé cuando terminé encontrándome con alguien que conocía del instituto”, confiesa jackeWolfe87. Este revela una de las historias más tristes del hilo: la de una joven que le contrató para hacer el amor porque tenía cáncer y su novio trabajaba tanto para pagar el tratamiento que “siempre estaba demasiado cansado como para tocarla”.

“En muchos sentidos, se someten a una tortura sexual constante para sobrevivir”: la prostitución de supervivencia sigue siendo invisible

Para la mayoría, los peores momentos eran los relacionados con peticiones muy especiales o que tuviesen que ver con sadomasoquismo. No solo porque podían a llegar a ser muy desagradables (uno fantaseaba con cortar la pierna al escort, una petición que, obviamente, no se llevó a cabo), sino también porque los clientes más 'vainilla' prefieren pasar gran parte del tiempo hablando, lo que facilita las cosas. No obstante, la gran parte de clientes del mundillo BDSM suelen ser mujeres. El usuario ashessnow explica que en situaciones relacionadas con el masoquismo es fácil que se produzcan abusos, porque los clientes son “auténticos sádicos”.

Hay otra clase de prostitución mucho menos glamourosa, la que un usuario llamado Epicwarren, que colaboró con una ONG, denomina “de supervivencia”. Se trataba ante todo de mendigos, drogadictos o víctimas de trata heterosexuales forzados a realizar actos sexuales para salir adelante. La mayor parte de sus clientes son también hombres de negocios de mediana edad, que a veces quieren un alivio rápido, otras veces son gais que no han salido del armario; en no pocas ocasiones vse propasan con ellos. “En muchos sentidos, se someten a una tortura sexual constante para sobrevivir”. Es lo que le pasó al usuario socialliability, que se ofrecía en Craiglist mientras era mendigo para tener algún sitio donde vivir.

placeholder La realidad está muy lejos de los ambientes de lujo a lo '50 sombras de Grey'. (iStock)
La realidad está muy lejos de los ambientes de lujo a lo '50 sombras de Grey'. (iStock)

Conviene no perder de vista que estos testimonios suelen presentar una visión positiva de la situación, en parte porque es más fácil contar una experiencia que nos hace quedar como inteligentes emprendedores que ganan mucho dinero a cambio de muy poco que un acontecimiento traumático; también porque aquellos que deben prostituirse contra su voluntad quizá tengan cosas mejor que contarlo en un foro de internet. Por lo general, la mayoría de estos relatos muestran una visión ambivalente de lo ocurrido. Como concluye Atotallyrandonname, “no fue la mejor época de mi vida, pero se trataba de dinero fácil”.

Puede sonar paradójico, pero estamos relativamente acostumbrados a la prostitución femenina. No solo suele tener mayor presencia en obras de ficción, documentales o medios de comunicación, sino que resulta más visible en las calles de la ciudad hasta el punto de que casi ha dejado de ser tabú. La masculina, por el contrario, es aún menos conocida, y de ahí que sigamos pensando en ella a partir de prejuicios anticuados, como que tan solo existe la homosexual o que se desarrolla únicamente en sectores marginales.

Prostitución Tabú
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