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El signo visible que revela que te puede dar un infarto muy pronto
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UNA PREOCUPANTE LÍNEA EN EL CARTÍLAGO

El signo visible que revela que te puede dar un infarto muy pronto

A principio de los 70, Sander T. Frank publicó una investigación en la que por primera vez se planteaba que una marca en la oreja estaba relacionada con la salud cardiovascular

Foto: ¿Eres capaz de verlo? (iStock)
¿Eres capaz de verlo? (iStock)

Los factores de riesgo para sufrir un infarto o un ictus son ampliamente conocidos. La edad, la acumulación de grasa y colesterol en las arterias, sufrir enfermedades como diabetes, estar sometido a un gran estrés, el sedentarismo o la hipertensión influyen de manera sensible en la probabilidad que tenemos de padecer un infarto, la principal causa de muerte en España. En 2015, 267,66 de cada 100.000 decesos están causados por esta circunstancia.

De ahí que prevenir y enfrentarnos a ello a tiempo pueda llegar a salvarnos la vida. Pero entre todos los signos que anuncian que podemos estar a punto de sufrir un infarto, hay uno que en apariencia resulta sorprendente, pero que desde hace casi cinco décadas figura en algunas guías médicas como un posible síntoma de que algo no va bien. Se trata de un pliegue diagonal en nuestra oreja, que atraviesa la parte inferior del lóbulo desde el 'tragus' hasta la parte inferior del pabellón auditivo, y que es conocida como “el signo de Frank”. Un peculiar enigma sanitario.

Un 88,6% de los que habían sufrido un accidente cerebrovascular presentaban esta línea en sus orejas

Este nombre proviene del doctor Sander T. Frank, que habló por primera vez de él en una investigación publicada en 1973 en 'The New England Journal of Medicine'. En ella se refería a este “signo aural” como un indicador de que se sufría una enfermedad arterial o coronaria. Puede parecer una simple superstición –como las leyendas asociadas con las líneas de las manos y de los pies–, pero las hipótesis que la rodean obedecen a otra lógica. Este pliegue aparece cuando, debido a la obstrucción de las arterias por elementos como el colesterol, el riego sanguíneo no llega bien como las orejas, lo que puede producir falta de elasticidad y, por lo tanto, la aparición de este pliegue.

Las otras líneas del destino

Son varios los estudios que han intentado corroborar o negar la existencia de este signo. El último de ellos acaba de ser publicado en 'The American Journal of Medicine', la conocida como “revista verde” (por el color de su cabecera) y que a la sazón es la publicación oficial de la Alliance for Academic Internal Medicine. Según la encuesta, realizada por investigadores del Departamento de Medicina del Centro Médico Baruch Padeh Poria en Israel, existe una relación entre la presencia de esta línea y una mayor probabilidad de tener problemas coronarios.

placeholder El huevo y la gallina: ¿qué fue antes, la vejez o esta marca que aquí puede apreciarse claramente? (iStock)
El huevo y la gallina: ¿qué fue antes, la vejez o esta marca que aquí puede apreciarse claramente? (iStock)

La investigación se ha llevado a cabo con 241 pacientes hospitalizados después de sufrir un infarto agudo. Esta marca física era visible en las orejas de 190 de ellos, es decir, un 78,8%. El grupo en el que ese signo se encontraba unido de manera aún más estrecha a los problemas de salud era entre aquellos que habían padecido un accidente cerebrovascular. En concreto, 78 de todos ellos (un 88,6%) presentaban esta línea en su lóbulo, una cifra que, como explican los investigadores, marca “una diferencia estadísticamente significativa”.

Aunque el porcentaje fuese menor, los investigadores encontraron una correlación semejante entre aquellos que habían tenido un ataque isquémico transitorio, es decir, los derrames que apenas duran unos minutos porque el suministro de sangre que llega al cerebro se detiene. En estas ocasiones, 112 de los 153 pacientes (73,2%) presentaban esta marca. De ahí que los autores consideren que esta señal puede predecir esta clase de enfermedades, aunque no hay que perder de vista que esta aparece con la edad.

El porcentaje de personas con esta marca asciende a 75,8% entre aquellos que tienen entre 60 y 69 años

Es lo que exponía una investigación publicada en 1987 en los 'Annales de Cardiologie et d Angéiologie': aunque aseguraban que había “una asociación altamente significativa” entre este signo y las enfermedades cardíacas, también recordaba que si el 42% de los jóvenes de entre 30 y 39 años mostraban este signo, el porcentaje ascendía a 75,8% entre aquellos que tenían una edad de entre 60 y 69 años. El estudio afirmaba que “si su ausencia no permite excluir la diagnosis de una enfermedad cardíaca, su presencia sí corresponde en tres cuartas partes de los casos con una enfermedad coronaria establecida en una población sintomática”.

Otra pregunta es, no obstante, si esta marca es capaz de predecir también la gravedad de la enfermedad (como reproducen algunas páginas como Wikipedia). En 1986, T.C. Gibson intentó comprobar si la clasificación de tres grados tenía alguna relación con la realidad, y publicó sus resultados en 'Clinical Cardiology'. Después de analizar los resultados de 100 pacientes con estenosis aórtica sintomática, no solo no fue capaz de establecer una gradación, sino que no encontró ninguna relación entre la presencia del signo y las enfermedades coronarias. De ahí que concluyese que “es de muy poco valor en este contexto clínico”.

¿Qué significa entonces?

¿Mito o realidad? Revisando la mayor parte de la bibliografía, parece que la mayor parte de estudios sí muestran una correlación entre padecer una enfermedad cardíaca y mostrar esta característica física. Hay para todos los gustos: otro trabajo en el 'American Journal of Medicine' de 1991, un 'paper' de 'The American Journal of Forensic Medicine and Pathology' de 1989 que concluía que esta marca diagonal es “un signo cutáneo de arterosclerosis coronaria obstructiva” u otro trabajo más reciente realizado en China que muestra que los resultados son semejantes entre la población oriental.

placeholder Busto de Adriano de autor desconocido en los Museos Capitolinos. (CC/Marie-Lan Nguyen)
Busto de Adriano de autor desconocido en los Museos Capitolinos. (CC/Marie-Lan Nguyen)

El más grande de todos ellos fue el publicado en el año 2014 en 'Circulation', con datos obtenidos de 10.885 individuos diferentes de entre 20 y 93 años que fueron seguidos entre finales de los años setenta hasta junio de 2011. Aunque el estudio también se fijaba en otros factores de la apariencia física –como la calvicie– concluía que “aparentar una edad mayor de la que tienes es un síntoma de mala salud cardiovascular”. Y, entre los signos que mostraban el envejecimiento, se encontraba esta marca de Frank.

Otros estudios como el anteriormente señalado no han encontrado ninguna relación entre ambos factores, y plantean una hipótesis alternativa: incluso en el caso de que, efectivamente, los que presentan la marca tienen más posibilidades de sufrir una enfermedad coronaria, es muy probable que lo que sea determinante en este caso sea la edad y no el hecho de que este signo pueda estar relacionado (o no) con la obstrucción de las arterias. Especialmente debido a que aún no existe una explicación completamente satisfactoria sobre por qué aparece esta línea.

El misterio del emperador Adriano

Son varias las celebridades que presentan este signo en sus orejas. Entre ellas se encuentran George BushMel Gibson o Steven Spielberg, a quienes no parece haberle pasado factura este rasgo… salvo Bush, que sí que ha tenido algún que otro problema cardíaco. El caso más célebre es, no obstante, el del emperador Adriano, cuya efigie suele aparecer siempre que se habla del signo de Frank. ¿Por qué? Porque varios de los bustos más famosos, tanto romanos como griegos, muestran esta marca en una oreja… y los libros de Historia sugieren que su muerte el 10 de julio de 138, a los 62 años, se debía a una enfermedad del corazón. De ahí que haya quien ha jugado a detective de la salud y establecido una relación entre este signo y la muerte del emperador, o incluso, lo haya utilizado como demostración definitiva de que el signo de Frank, efectivamente, puede desvelar tu sino..  

Los factores de riesgo para sufrir un infarto o un ictus son ampliamente conocidos. La edad, la acumulación de grasa y colesterol en las arterias, sufrir enfermedades como diabetes, estar sometido a un gran estrés, el sedentarismo o la hipertensión influyen de manera sensible en la probabilidad que tenemos de padecer un infarto, la principal causa de muerte en España. En 2015, 267,66 de cada 100.000 decesos están causados por esta circunstancia.

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