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Cómo saber si estás sufriendo un infarto: qué hacer y síntomas de un ataque al corazón
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Cómo saber si estás sufriendo un infarto: qué hacer y síntomas de un ataque al corazón

Existen una serie de síntomas que funcionan como señal de alarma. Disponer de los conocimientos adecuados nos permitirá estar preparados ante una emergencia

Foto: Qué hacer ante los primeros síntomas. (iStock)
Qué hacer ante los primeros síntomas. (iStock)

Siete millones de personas al año mueren en todo el mundo a causa de los infartos. Las enfermedades cardiovasculares son el mayor asesino en serie del planeta, sin embargo, no todo el mundo dispone de los conocimientos adecuados para saber qué hacer cuando este acontecimiento ocurre por sorpresa.

Según Ignacio Fernández Lozano, Secretario General de la Sociedad Española de Cardiología: "La probabilidad de sobrevivir a una parada cardiaca en la calle en España es del 5%". La formación es la clave para que ese porcentaje aumente. Nada puede sustituir a un curso de primeros auxilios. Con todo, es fundamental tener unos conocimientos básicos para saber cómo actuar.

Síntomas

¿Cómo se manifiesta un ataque? El síntoma más común es el dolor en el pecho, generado por la privación de oxígeno en el músculo cardíaco. Los pacientes suelen describir esta sensación como si se tratara de un fuerte pinchazo. El dolor puede extenderse hacia el brazo izquierdo, la mandíbula, la espalda o el abdomen. Al cambiar la postura, el dolor, además, no remite ni se desplaza.

Para algunos individuos, como los diabéticos, el ataque al corazón puede ser silente, sin síntomas aparentes

En muchas ocasiones el infarto no es tan súbito ni tan dramático como sucede en las películas. Algunas personas sienten nauseas o dificultades respiratorias (hiperventilación, sensación de ahogo, jadeos...). Los indicios suelen ser menos evidentes en el caso de las mujeres y los ancianos. En estos grupos, la debilidad y la sensación de cansancio pueden ser también una señal relevante. Piel fría, sudorosa y ligeramente azulada son tres indicadores que pueden estar señalando el problema.

Por desgracia, para muchos individuos, especialmente para aquellos que padecen diabetes y tienen más insesibilizados los nervios que transmiten el dolor, el ataque al corazón puede ser silente, sin síntomas aparentes.

Cómo actuar

Si crees que alguien está sufriendo un infarto, como en cualquier accidente debemos tener en cuenta la así llamada "regla PAS":

1. Protege a la víctima y (a quien la auxilia, si no eres tú) de los peligros del entorno: vehículos y personas que puedan estar pasando cerca, o cualquier otro riesgo que pueda afectar al enfermo y acabe empeorando aún más la situación. Sitúala en una posición en la que se encuentre cómoda y en la que no tenga que hacer esfuerzo.

2. Alerta. Llama al 112, no solo activarás una emergencia, sino que en el caso de extrema gravedad los servicios te podrán guiar convenientemente.

3. Socorre a la víctima.

La aspirina reduce el espesor de la sangre y la nitroglicerina abre las arterias. Si el afectado es propenso a los infartos, puede llevarlos encima

Por desgracia, un infarto al corazón necesita una rápida respuesta, y si por cualquier motivo no podemos recibir ayuda de ningún tipo, no queda otra opción que actuar.

Si la persona está consciente: el ácido acetilsalicílico reduce el espesor de la sangre, mientras la nitroglicerina abre las arterias e impide que el infarto empeore. Si el afectado es propenso a los ataques al corazón, es probable que lleve alguno de estos dos medicamentos encima. Si no tiene medicación, según laGuía de Primeros Auxilios del SAMUR y Protección Civil Es posible administrar media aspirina (siempre que no existan alergias). No olvides tampoco aflojar toda la indumentaria que esté oprimiendo el cuerpo del afectado para facilitarle la respiración (cinturones, bufandas, etc.).

Si estás solo, llama al 112. Mientras esperas la llegada de una ambulancia, colócate en una posición cómoda y afloja cinturones, botones, etc.

Si la víctima está inconsciente, pero respira, colócala en la así llamada posición lateral de seguridad y controla que la actividad pulmonar se mantenga. En el caso de que no respire, la solución pasa por el uso de un desfibrilador de emergencia (como los que hay instalados en los centros comerciales) o por la reanimación cardiopulmonar (encontrarás más información en la propia Guía de primeros auxilios del Samur). Los desfibriladores guían a través de una voz a la persona que lo está utilizando. Su uso puede lograr la supervivencia de la víctima hasta en un 75% de los casos. Aunque la legislación sobre su empleo es distinta en cada comunidad autónoma, especialistas como Fernández Lozano son claros; si no queda otra opción hay que utilizarlos: "Nunca dejaríamos que condenaran a alguien por eso".

No dejes sola a la víctima hasta que lleguen los servicios de emergencia. No permitas que la persona realice ningún esfuerzo, como andar o subir escaleras. No le des comida ni bebida, ni la pongas nerviosa. No intentes tampoco trasladarla por tus propios medios, sin esperar antes la llegada de los servicios de asistencia.

¿Y soy yo el que lo sufre y estoy solo?

Se trata de una situación tremendamente angustiosa. Si el infarto nos permite actuar, la solución pasa por cambiar el orden y simplificar los pasos anteriores:

1. Llama al 112.

2. Mientras esperas la llegada de una ambulancia, colócate en una posición comoda y afloja el cinturón, botones, etc. de tu ropa.

Si se forma un coágulo las arterias, las células, necesitadas de oxígeno, pueden empiezar a morir rápidamente

3. Toma media aspirina (si tienes a un responsable de los servicios al teléfono, consulta antes esta posibilidad).

4. Si es posible, llama a un familiar o amigo que viva cerca para que te apoye y te acompañe.

¿Qué es realmente un infarto?

Como todos los músculos, el corazón necesita oxígeno para funcionar. Lo que sucede durante un ataque es que por algún motivo el órgano no recibe la cantidad suficiente.

Nuestras arterias coronarias administran sangre oxigenada a nuestro corazón. Si se forma un coágulo en ellas, la llegada del flujo sanguíneo hasta el músculo cardíaco se reduce o se detiene y las células, necesitadas de oxígeno para la vida, pueden empezar a morir rápidamente.

La cosa puede empeorar en ausencia de un tratamiento inmediato. El músculo dañado puede no ser capaz de bombear sangre, reduciéndose además el ritmo de los latidos. En el peor escenario posible, un ataque al corazón puede causar la muerte súbita.

Siete millones de personas al año mueren en todo el mundo a causa de los infartos. Las enfermedades cardiovasculares son el mayor asesino en serie del planeta, sin embargo, no todo el mundo dispone de los conocimientos adecuados para saber qué hacer cuando este acontecimiento ocurre por sorpresa.

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