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Los alimentos que se pueden congelar y que nunca hubieras pensado que fuera posible
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Los alimentos que se pueden congelar y que nunca hubieras pensado que fuera posible

Échale un ojo a esta lista, seguro que varios de estos alimentos se te han estropeado en la nevera porque no sabías que quedan perfectos tras congelarlos

Foto: Si te resulta pesado repetir al día siguiente, congélalo hecho. (iStock)
Si te resulta pesado repetir al día siguiente, congélalo hecho. (iStock)

Nos preocupa la cantidad de comida que tiramos, y no es para menos. Por ahorro, por conciencia y por pura comodidad, haríamos mejor en informarnos de ciertas cosas que quizá no interesen demasiado a la industria alimenticia tal como está planteada. Los limones, los ajos, los huevos, las plantas aromáticas, los tomates... Ya hablamos en El Confidencial de una buena cantidad de alimentos que no suelen meterse en el cajón más frío del refrigerador y que deberían, porque conservan la mayor parte de sus propiedades.

Nos hemos acostumbrado a ver ciertos alimentos al aire libre y tendemos a pensar que es porque el frío las estropeará. Es cierto -también hemos hablado de ello en otras ocasiones- que en algunos casos no es necesario refrigerarlos, y a veces su sabor o su textura empeoran en la nevera, pero de lo que no hay duda es de que están mejor en el congelador (y después en nuestro estómago) que en la basura.

Siempre sobra pasta. Si la congelas será sencillísimo calentarla cuando te ataque el hambre, y sin ensuciar la batería de cocina

La harina (para evitar que se eche a perder en lugares húmedos), la mantequilla, las uvas, la paella ya cocinada, los aguacates... Hay decenas de alimentos que puedes conservar. Hoy ampliamos la lista con ayuda de la selección de 'Mashed'.

Hummus

Si vives solo y no te apasiona cocinar, el hummus tiene grandes ventajas. Es muy energético, sano, equilibrado, contiene legumbre (y solemos comer pocas) y se prepara en cuestión de minutos. Por otro lado, es difícil encontrar botes pequeños de garbanzos en agua (los más fáciles de convertir en hummus con la batidora), y si trituras todo el bote te quedará una cantidad familiar de este puré típico árabe.

Aunque al llevar ajo, conservante natural, puedes tenerlo varios días en la nevera, si no quieres repetir tan pronto ya sabes lo que tienes que hacer. Puedes congelar incluso el que se compra ya hecho en la tienda. Te recomendamos que lo hagas siempre en envases herméticos. Al hummus casero añádele un chorrito de aceite (de oliva, claro) antes de congelarlo.

Al sacarlo, remueve un poco y listo.

Pasta cocinada

Es por todo cocinilla sabido que siempre sobra pasta. Como en el caso del hummus, puedes comértela un par de días más tarde si la guardas en la nevera, pero si la congelas será sencillísimo calentarla cuando te ataque el hambre, y sin ensuciar la batería de cocina.

De nuevo, conviene echarle un poco de aceite. Y mejor que no esté muy blanda, cocínala al dente y prueba.

Queso

No todos los quesos se pueden congelar con iguales resultados. Los que son duros, quedarán imposibles de cortar sin desmenuzarse o demasiado secos. Es mejor idea con los blandos y cremosos, que además son los que antes se estropean.

El sabor y la textura suelen ser mejores si no los congelas, pero para cocinar no notarás la diferencia. Al calentarlos será casi como dar marcha atrás al proceso.

Ensalada

Las hojas verdes (espinacas, lechuga, escarola...) se pueden congelar y no pierden nutrientes, por algo se compran tan a menudo en bolsas en la sección de congelados. El problema (y no es pequeño) es que una vez descongelados no valdrán para ensaladas.

El azúcar moreno se endurece rápidamente si no te lo comes: envuélvelo en plástico, mételo en una bolsa y al cajón

Siempre nos quedará el puré, y sobre todo los batidos vegetales: mete las hojas directamente a la licuadora y la verdura parecerá un refresco. Solo que mucho más saludable.

Patatas fritas y pan tostado

Si se te han quedado fuera de la bolsa durante unas horas alguna vez, habrás comprobado que las patatas tipo chip no resisten bien el envite del aire. Absorben la humedad y quedan desagradablemente blandas. Ya te explicamos cómo 'revivirlas' en esta sección, ¿pero se puede hacer algo para que no caduquen dentro de la bolsa?

Fíjate en la fecha: no duran tanto como parece. Si te haces con muchas bolsas en alguna fiesta loca, no tienes excusa para pasarte una semana engullendo los excedentes: déjalas en su envase original (o, si no es posible, séllalas en una bolsa de las que venden para congelar o tápalas bien con papel de plata) y quedarán exactamente igual que el primer día.

Con los biscotes de pan tostado puedes hacer lo mismo. Funciona.

Azúcar moreno

El azúcar moreno suele endurecerse rápidamente si no te lo comes. Pero es muy fácil evitarlo: envuélvelo en plástico, mételo en una bolsa de congelar y al cajón. Se podrá comer en cuanto lo saques.

Lo mismo con el embutido: si eres de los que odia comprar todas las semanas, has de saber que, en su paquete original o envuelto como los casos anteriores, puede durar varios meses.

Nos preocupa la cantidad de comida que tiramos, y no es para menos. Por ahorro, por conciencia y por pura comodidad, haríamos mejor en informarnos de ciertas cosas que quizá no interesen demasiado a la industria alimenticia tal como está planteada. Los limones, los ajos, los huevos, las plantas aromáticas, los tomates... Ya hablamos en El Confidencial de una buena cantidad de alimentos que no suelen meterse en el cajón más frío del refrigerador y que deberían, porque conservan la mayor parte de sus propiedades.

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