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Lo que pasa de verdad en tu cuerpo cuando dejas de beber alcohol
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Lo que pasa de verdad en tu cuerpo cuando dejas de beber alcohol

Casi todos los que disfrutan con el alcohol se han preguntado en algún momento si tienen un problema. Lo cierto es que muchas cosas mejoran sin él

Foto: A partir de mañana, lo dejo. (iStock)
A partir de mañana, lo dejo. (iStock)

Dejar el alcohol es buena idea para la salud, pero también despierta algunos miedos. Primero, porque es la aceptación implícita de que es un vicio a eliminar y no un ingrediente más de la buena vida como a veces queremos creer. Después, porque habrá que llenar ese hueco con otras cosas, y no es seguro que seamos capaces: "¿y si descubro que soy alcohólico, tendrá remedio?".

Quizá has notado que los días de resaca son más duros que antes, que el bajón anímico cada vez compensa menos el subidón de la borrachera, que tu humor está empeorando a ojos vista y te está costando relacionarte con tu pareja o tus amigos.

Todo esto que te hace sentir viejo y cansado puede mejorar. Te contamos las consecuencias directas de abandonar la bebida según 'Men's Health', para que las tengas en cuenta antes de tomar la decisión... o para que las reconozcas en ese ser querido que te preocupa y te hagas cargo de la situación. Casi todas son buenas, aunque alguna te sorprenderá por lo contrario.

El alcohol aumenta la dopamina, relacionada con el placer y la alegría. Al dejarlo, es habitual tomar más dulces para provocar la misma sensación

Piensa que en la salud y el bienestar no hay que buscar el todo o nada: dejarlo, aunque sea durante unas semanas, es bueno para desintoxicarse un poco.

Dormirás como un lirón

Aunque el alcohol parece funcionar bien para relajarte por las noches, es en realidad una sustancia que dificulta el buen descanso. En la revista de investigación 'Alcoholism: Clinical & Experimental Research' han publicado un estudio que indica que beber antes de acostarse incrementa las ondas alfa cerebrales, una actividad que suele suceder cuando estamos descansando despiertos. Es decir, que cuando bebemos dormimos peor.

En concreto con las bebidas blancas, se ha demostrado que, tras un primer rato de sueño más profundo, reducen la calidad de este durante toda la noche. En cambio, al dejar este hábito podemos notar más dificultad para caer dormidos, pero al día siguiente nos sentiremos más frescos y despejados, de mejor humor y más productivos.

Comerás menos por la noche

El alcohol da hambre por varios motivos. Hace poco comentábamos que baja los niveles de leptina, una hormona de la que depende la sensación de saciedad.

Además, el organismo no puede almacenar grandes cantidades de alcohol, así que recurre a eliminarlo rápidamente con la ayuda del glucógeno, que obtiene sobre todo de los hidratos de carbono. Si te tomas unas cañas o unas copas hacia la noche, es probable que sientas más necesidad de cenar un buen plato de pasta o arroz, algo prohibido en casi todas las dietas para perder peso.

Un estudio publicado en 'American Journal of Clinical Nutrition' ha afirmado que el alcohol es una de las causas más poderosas de la sobrealimentación. Incluso una intoxicación leve incrementa las sensaciones recibidas por nuestros sentidos, haciendo más atractivos el sabor y el olor de la comida.

Tendrás antojos de azúcar

Esta es la otra cara del punto anterior. El alcohol aumenta los niveles de dopamina, que a su vez está relacionada con las sensaciones de placer y de alegría. Es uno de los motivos por los que, al dejar de beber, puedes sentir que necesitas más dulces, porque el azúcar es otra sustancia que provoca el mismo efecto a corto plazo.

El cuerpo te pedirá chutes agradables y rápidos en los momentos en que solías beber.

Perderás peso

Por otro lado, eliminar los refrescos con azúcar presentes en muchos combinados es una ayuda directa para tu dieta de adelgazamiento.

Si solías tomarte un margarita todas las tardes junto al trabajo, ahora tendrás unas 300 calorías menos entre pecho y espalda cada día. Según otro estudio, los hombres que toman una cantidad moderada de alcohol al día consumen de media 433 calorías más que los que no.

Pero recuerda contenerte y no cambiar la copa tras el menú por una porción de tarta.

Tendrás mejor la piel

Beber deshidrata, porque es diurético (hace que orinemos más en relación a lo que bebemos). Y si bien los efectos de las cremas para el cutis están muy en entredicho, de lo que no se duda es de que la piel requiere hidratación para estar más suave y luminosa.

Por otro lado, el alcohol hace que disminuya la producción de una hormona antidiurética, que ayuda al cuerpo a reabsorber el agua.

El National Cancer Institute asocia el alcohol a un incremento de los cánceres de boca, hígado, colon y recto. Cuanto más bebes, más aumenta ese riesgo

Si bebías a diario, en pocos días empezarás a notar el cambio. El característico color rojizo en las mejillas puede ir desapareciendo y es posible que notes una mejoría en caspa, eczemas o rosácea.

Ahorrarás

Probablemente ya lo habías pensado: el alcohol es un hábito poco sano y bastante caro. Haz cuentas y sonríe de oreja a oreja: aunque no fuera por salud, merece mucho la pena.

Que saquen los impuestos de algún otro lado...

Cambios de humor

Puede que te sientas irritable y que eches de menos beber en los momentos difíciles, pero piensa que, si lo notas mucho, es precisamente un indicador de que tenías un problema con la bebida. Según el doctor Damon Rasking, médico especialista en adicciones, la gente tiende a usar el alcohol como un "lubricante de las emociones", para disimular los pequeños roces que hacen mella en el ánimo diario.

Si tu primera respuesta ante un problema en el trabajo o una discusión familiar era ponerte una copa, será difícil contener el impulso y relajarte sin ayuda.

Cáncer y cardiopatías

El National Cancer Institute, referencia americana y mundial en los estudios sobre esta enfermedad, asocia el alcohol a un incremento de los cánceres de boca, hígado, colon y recto. Además, cuanto más bebes, más aumenta ese riesgo.

En cambio muchas investigaciones han encontrado un vínculo entre el consumo (muy moderado) de bebidas alcohólicas y un descenso (ligero) de probabilidades de tener problemas del corazón. Alguno sugiere incluso que dejarlo (si se tomaba poco) puede aumentar un poco el riesgo de infarto, diabetes y mortalidad.

Este último dato no está tan fundamentado como para hacerte flaquear. Si tienes un problema o el médico te ha recomendado controlarte, no lo dudes: mejor cuanto menos alcohol, sobre todo de alta graduación.

Dejar el alcohol es buena idea para la salud, pero también despierta algunos miedos. Primero, porque es la aceptación implícita de que es un vicio a eliminar y no un ingrediente más de la buena vida como a veces queremos creer. Después, porque habrá que llenar ese hueco con otras cosas, y no es seguro que seamos capaces: "¿y si descubro que soy alcohólico, tendrá remedio?".

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