La última Selectividad española empieza hoy en Asturias

Más de 4.000 alumnos asturianos de último curso de Bachillerato se presentan a partir de hoy y hasta el próximo 3 de junio a las últimas pruebas de Selectividad del sistema educativo español, que a partir del próximo curso serán sustituidas por la reválida.

Las Pruebas de Acceso a la Universidad (PAU) del Principado, a la que este curso se presentan 98 estudiantes más que el año pasado, dan comienzo esta mañana con los ejercicios de Lengua Castellana y Literatura, a los que seguirán los exámenes de Historia de España o Historia de la Filosofía y, finalmente, la prueba de Lengua Extranjera, que tendrá lugar el jueves. Ese día y hasta el viernes, los alumnos deberán examinarse de un mínimo de dos y un máximo de cuatro asignaturas.

Si bien Asturias es la primera comunidad en decir adiós a estas pruebas de acceso, que han mantenido su vigencia durante cuatro décadas –aun con reformas como la efectuada por el PSOE en el curso 2009-2010, en la que se implantó una nueva Selectividad que contaba con una fase obligatoria y otra voluntaria, para subir nota–, otras comunidades, como La Rioja y Murcia, la realizarán el próximo 6 de junio, y Aragón, Baleares, Comunidad Valenciana, Extremadura y Madrid, la iniciarán el 7 de junio; y progresivamente, el resto de autonomías, siendo las más rezagadas, Castilla León y Cataluña.

PAU versus reválida

Aunque tanto el Ministerio de Educación como los rectores trataron de que la nueva reválida no variase demasiado de la PAU, ambas pruebas de acceso tienen algunas diferencias notables. En este sentido, el examen de Selectividad cambia de una comunidad autónoma a otra y no es imprescindible realizarlo para matricularse en la universidad, ya que algunos centros no lo exigen. Asimismo, esta prueba se considera aprobada si el alumno saca un 4 y la media con su expediente es de 5.

Por su parte, la futura reválida será una prueba estatal –si bien es cierto que el Gobierno ha ido cediendo competencias a las comunidades para que sean ellas quienes pongan las preguntas y el calendario–; asimismo, este nuevo examen será obligatorio para obtener el título de Bachillerato y debe aprobarse al menos con un 5 si el alumno quiere ir a la universidad.

La reválida todavía no tendrá efectos académicos el próximo curso, pero la nota sí contará para elegir centro y carrera, y será a partir de 2018 cuando se implante plenamente. Sin embargo, aún quedan muchas incógnitas por resolver, sobre todo con unaselecciones generalesen ciernes que podrán cambiar el panorama político y, consecuentemente, la vigencia de la Ley Orgánica para la Mejora Educativa (Lomce). Los partidos de izquierdas han señalado que si el resultado en las urnas es favorable, o consiguen mayoría en las Cortes, la derogarán; también una docena de comunidades han mostrado su descontento con la futura prueba y reiterado al Gobierno su deseo de que la paralice.