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Una dieta con mucha proteína puede ser tan dañina como el tabaco, asegura un estudio
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“ES UNO DE LOS MAYORES PROMOTORES DEL CÁNCER”

Una dieta con mucha proteína puede ser tan dañina como el tabaco, asegura un estudio

La revista estadounidense Cell Metabolism publica un estudio que asegura que una dieta con mucha carne y quesos puede ser tan dañina como el fumar

Foto: Alimentos ricos en proteínas. (Corbis)
Alimentos ricos en proteínas. (Corbis)

Hay una guerra abierta en el campo de la nutrición. A un lado el azúcar y los carbohidratos, al otro, la grasa y las proteínas. ¿Se trata de una simplificación? Puede, pero cada vez más científicos prestigiosos se lanzan a condenar a uno u otro bando, con una virulencia inusitada.

Esta semana la revista estadounidense Cell Metabolism publica un estudio que asegura que una dieta con mucha carne y quesos puede ser tan dañina como el fumar, aunque su consumo moderado es saludable después de los 65 años de edad.

Los investigadores hicieron un seguimiento de la dieta y las condiciones de salud de una amplia muestra de adultos durante dos décadas y encontraron que el consumo continuado y abundante de proteínas animales hace que una persona tenga cuatro veces más probabilidades de morir de cáncer que alguien con una dieta baja en proteínas.

Los amantes de la dieta con alto contenido en proteínas fueron un 74 por ciento más propensos a morir dentro del período de estudio

El consumo excesivo de proteína no sólo aparece vinculado a un incremento sustancial en la mortalidad por cáncer, sino que las personas de mediana edad que comen mucha proteína de origen animal, incluidas carnes, leche y queso, son más susceptibles a una muerte temprana en general, según esta investigación.

De hecho, los amantes de la dieta con alto contenido en proteínas fueron un 74 por ciento más propensos a morir dentro del período de estudio que los que consumían menos proteínas. También tuvieron una mayor mortalidad como consecuencia de la diabetes.

Las polémicas dietas proteicas

El asunto de cuánta proteína debe incluirse en una dieta saludable ha sido controvertido durante mucho tiempo, agitado ocasionalmente por la popularidad de las dietas con alto contenido proteico como las de las marcas Paleo y Atkins y, más recientemente, la dieta paleolítica.

Una dieta con niveles moderados o altos de proteína después de los 65 años de edad puede hacer que las personas sean menos propensos a las enfermedades

El estudio de la USC encontró que la edad adulta no es una fase monolítica de la vida, ya que la biología cambia a medida que las personas envejecen. La proteína controla la hormona del crecimiento IGF-I, que ayuda en la etapa de crecimiento del cuerpo, pero se ha vinculado con la propensión al cáncer. Los niveles de IGF-I caen sustancialmente después de los 65 años de edad y eso contribuye a un debilitamiento y pérdida de músculo.

El estudio lleva a la conclusión de que, si bien la ingesta elevada de proteínas puede ser dañina en la mediana edad, una dieta con niveles moderados o altos de proteína después de los 65 años de edad puede hacer que las personas sean menos propensas a las enfermedades.

Un aspecto importante del estudio es que los investigadores determinaron que las proteínas procedentes de plantas, tales como las alubias, no parecen tener los mismos efectos sobre la mortalidad que tienen las de origen animal.

“Existe la noción equivocada de que, porque todos comemos, es fácil y simple entender la nutrición”, señala el autor principal del estudio, Valter Longo, profesor de la Escuela de Gerontología y director del Instituto de Longevidad de la Universidad del Sur de California, en el suroeste de EEUU. “Pero la cuestión no es si una determinada dieta puede permitirte estar bien durante tres días, sino si puede ayudarte a sobrevivir hasta los 100 años”.

“Casi todo el mundo va a tener una célula cancerígena o precancerígena en determinado momento de su vida”, asegua Longo. “La cuestión es: ¿va a progresar? Parece que uno de los mayores factores para determinar esto es la ingesta de proteína”.

placeholder ¿Debemos moderar nuestra ingesta de carne? (Corbis)

¿Cuántas proteinas debemos comer?

Las conclusiones de este estudio sustentan las recomendaciones de varias agencias de salud según las cuales un consumo saludable es de unos 0,8 gramos de proteína por kilogramo de peso corporal cada día en la edad mediana. Por ejemplo, una persona que pesa 59 kilogramos debería consumir cada día entre 45 y 50 gramos de proteína por día con una preferencia por las proteínas de origen vegetal, como las legumbres.

Los investigadores califican como dieta con alto contenido de proteínas una en la cual al menos el 20 por ciento de las calorías procedan de proteínas, incluidas las proteínas de origen vegetal o animal. Una dieta moderada incluye del 10 al 19 por ciento de calorías procedentes de proteína, y una dieta baja es la que incluye menos del 10 por ciento de proteína.

“La mayoría de la gente en Estados Unidos come casi el doble de las proteínas que deberían ingerir y quizá el mejor cambio sería bajar la ingesta diaria de todas las proteínas pero especialmente las de origen animal”, señaló Longo.

Un estudio para la polémica

El estudio firmado por Longo llega en pleno debate sobre la conveniencia de cambiar las recomendaciones nutricionales que, según muchos científicos, priman en demasía la ingesta de carbohidratos, a los que culpan del auge de la obesidad.

El pasado octubre, un estudio publicado en el British Medical Journal y firmado por Aseem Malhotra, uno de los cardiólogos más prestigiosos del Reino Unido, aseguraba que las grasas saturadas de la mantequilla, el queso o la carne roja no son tan perjudiciales para el corazón como se creía hasta ahora.

Uno se pregunta por qué todas estas investigaciones que se han hecho no se han traducido en un cambio en las recomendaciones oficiales

En su artículo, Malhotra afirmaba que el consumo de productos bajos en grasa había incrementado “paradójicamente” el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, una teoría que ha sido respaldada por otros expertos como David Haslam, Jefe del Foro Nacional sobre la Obesidad, quien afirmó que la evidencia científica está demostrando en la actualidad que los carbohidratos refinados y el azúcar son en realidad los culpables del aumento de la grasa en sangre.

¿Qué debemos creer? ¿Tenemos que elegir entre padecer cáncer o enfermedades cardiovasculares? ¿Tenemos que dejar de comer tantos carbohidratos y proteinas y alimentarnos principalmente a base de frutas y verduras?Algo está claro: no existe un consenso internacional sobre nutrición, hay una guerra abierta, las administraciones no saben muy bien qué hacer y la población está cada vez más confundida.

En una reciente entrevista con El Confidencial, el nutricionista José María Ordovas, uno de los más destacados especialistas, reconocía que el discurso oficial sobre nutrición “sigue siendo el mismo desde principios de 1.900”, algo que podría tener serías consecuencias: “Uno se pregunta por qué todas estas investigaciones que se han hecho no se han traducido en un cambio en las recomendaciones oficiales. Volvemos siempre al mismo sitio y te preguntas cuál es el retorno de la inversión. Creo que estamos en un tremendo círculo vicioso que tenemos que romper”.

Hay una guerra abierta en el campo de la nutrición. A un lado el azúcar y los carbohidratos, al otro, la grasa y las proteínas. ¿Se trata de una simplificación? Puede, pero cada vez más científicos prestigiosos se lanzan a condenar a uno u otro bando, con una virulencia inusitada.

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