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Aguirre traslada su “profundo arrepentimiento” al decano del Colegio de Arquitectos
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TRAS HABER COMENTADO QUE LES 'DESEABA' LA MUERTE

Aguirre traslada su “profundo arrepentimiento” al decano del Colegio de Arquitectos

“¿Tú sabes por qué habría que poner pena de muerte?”, le comenta Esperanza Aguirre al alcalde del municipio madrileño de Valdemaqueda, cuya Casa Consistorial no parece

Foto: Aguirre traslada su “profundo arrepentimiento” al decano del Colegio de Arquitectos
Aguirre traslada su “profundo arrepentimiento” al decano del Colegio de Arquitectos

“¿Tú sabes por qué habría que poner pena de muerte?”, le comenta Esperanza Aguirre al alcalde del municipio madrileño de Valdemaqueda, cuya Casa Consistorial no parece ser de su agrado. “Me caen mal los arquitectos porque sus crímenes perduran más allá de su propia vida. Se ha muerto y ahí nos ha dejado esto”. La presidenta de la Comunidad de Madrid fue sorprendida ayer por una cámara cuando pronunciaba estas palabras, durante una visita a las zonas afectadas por los incendios de Robledo de Chavela y la propia Valdemaqueda.

La presidenta no ha tardado en reconocer su error. Según ha explicado a El Confidencial el decano del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM), José Antonio Granero, Aguirre le ha llamado esta mañana para disculparse, “mostrando un profundo arrepentimiento” y ha prometido pedir perdón en público, algo que hizo esta mañana a través de Twitter. “Quisiera disculparme con los arquitectos y con todas las personas e instituciones que se hayan podido sentir molestas con mi comentario. Lo retiro, la verdad es que me siento muy mal por haber hecho esos comentarios tan lamentables aún siendo en una conversación privada”, explicó mediante dos tweets.

En el vídeo, Aguirre la toma con el edificio del Ayuntamiento de la localidad. “No he visto nada tan feo”, asegura. El alcalde le responde que es un edificio premiado –ganó en el año 2000 el Premio Calidad a la Estética de la propia Comunidad de Madrid, además de otros reconocimientos internacionales–, y le comenta que fue proyectado por unos arquitectos madrileños. “Ya, es que habría que matarlos”, contesta sin tapujos Aguirre.

“Las palabras de Aguirre reflejan lo que piensa la sociedad”

La Casa Consistorial de Valdemaqueda es una edificación austera y funcionalAl margen de las palabras de la presidenta, que pese a la disculpa Granero considera “intolerables”, el decano cree que “lo más preocupante no es el hecho en sí, sino lo que subyace tras éste, que es el desconocimiento de la realidad del trabajo de muchos profesionales”. Parece, además, que Aguirre no ha elegido el mejor edificio para escenificar su rechazo a la arquitectura contemporánea. Según Granero, la Casa Consistorial de Valdemaqueda, “ha tenido tres premios importantes, su presupuesto era ajustado [unos 50 millones de pesetas], y es una edificación austera y funcional”.

Alexia Maniega, secretaria del Sindicato de Arquitectos, es más dura respecto a las palabras de Aguirre. En su opinión la presidente parece alegrarse de la crisis del sector y exige que la disculpa sea pública y de palabra, “pues no es una declaración que sólo afecte a Madrid, sino a toda España”.

Al margen del contenido amenazante de las palabras de Aguirre, los arquitectos de a pie sienten que la sociedad está muy confundida respecto a su labor. Marta Pulido, arquitecta de 32 años que perdió hace unos meses su empleo en un estudio, cree que “los políticos deberían tener mucho más respeto y deberían cuidar sus opiniones”, pero también reconoce que “las palabras de Aguirre reflejan lo que piensa la sociedad”. En su opinión, no hay una educación arquitectónica, la población no sabe nada sobre arquitectura contemporánea, y por eso se critican determinadas construcciones. “No tiene sentido que las edificaciones perduren solo la vida de una persona”, comenta Pulido en relación a los “crímenes” de los que les acusa Aguirre, “pero parece que a los políticos les viene bien tirar edificios y volver a edificarlos”.

Una imagen que no se corresponde con la realidad

La crisis de la burbuja inmobiliaria, y todos los escándalos relacionados con los edificios estrella de las ciudades españolas –de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia, a la Ciudad de la Cultura de Galicia–, han hecho que muchos españoles sigan percibiendo a los arquitectos como profesionales adinerados que viven de las ensoñaciones de los políticos. Según Maniega, nada más lejos de la realidad: “Sólo se han beneficiado de la burbuja inmobiliaria una cúpula de elegidos. El resto hemos vivido en una situación muy precaria. Se sigue teniendo la imagen del arquitecto forrado, que no tiene nada que ver con la realidad de la profesión”.

Los grandes escándalos responden a decisiones políticas. Son administraciones que toman decisiones erróneasGranero, por su parte, asegura que no está dispuesto a soportar este tipo de acusaciones respecto a los arquitectos: “Los grandes escándalos responden a decisiones políticas. Son administraciones que toman decisiones erróneas. Los profesionales solo elaboran los encargos de la mejor manera posible. Que no fueran necesarias tantas viviendas no es nuestra responsabilidad. La calidad de las edificios es muy alta de todas formas”.

Para Pulido, en cualquier caso, la delicada situación laboral por la que están pasando los arquitectos es anterior a la crisis: “Cuando empecé a trabajar, en 1997, entrabas en un estudio con muy poca proyección y como delineante. Siempre he tenido la sensación de que había un jefe que era el único arquitecto de verdad y al resto no se les daba la oportunidad de aprender laboralmente”.

“¿Tú sabes por qué habría que poner pena de muerte?”, le comenta Esperanza Aguirre al alcalde del municipio madrileño de Valdemaqueda, cuya Casa Consistorial no parece ser de su agrado. “Me caen mal los arquitectos porque sus crímenes perduran más allá de su propia vida. Se ha muerto y ahí nos ha dejado esto”. La presidenta de la Comunidad de Madrid fue sorprendida ayer por una cámara cuando pronunciaba estas palabras, durante una visita a las zonas afectadas por los incendios de Robledo de Chavela y la propia Valdemaqueda.