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Los hipotecados en francos suizos preparan una demanda colectiva contra la banca
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HIPOTECAS MULTIDIVISA

Los hipotecados en francos suizos preparan una demanda colectiva contra la banca

Desde hace años, el viento sopla en contra de los hipotecados en francos suizos y sufrirán en sus bolsillos la decisión del Banco Nacional de Suiza

Foto: Una mujer mientras cambia Francos suizos a euros (Efe)
Una mujer mientras cambia Francos suizos a euros (Efe)

Ha sido la gota que ha colmado el vaso. La decisión del Banco Nacional de Suiza (BNS) de eliminar el tope de 1,20 en la paridad del euro con el franco suizo, ha sido el empujón que necesitaban los hipotecados en francos suizos para plantar cara en los tribunales a la banca por haber comercializado unas hipotecas sin advertir a los clientes de los verdaderos riesgos que asumían al contratar un producto referenciado a una divisa diferente al euro.

El anuncio del jueves del BNS pilló totalmente por sorpresa a los mercados de divisas y provocó una inmediata depreciación de la moneda suiza con respecto a la europea de casi el 15%, pero también cayó como un jarro de agua fría sobre aquellos que cuando compraron una vivienda contrataron una hipoteca en francos suizos. Y no es para menos ya que, de la noche a la mañana, estos hipotecados verán incrementada tanto su cuota mensual como su deuda con el banco en, aproximadamente, un 20%.

Los teléfonos de Asuapadefin, la asociación de afectados por permutas y derivados financieros, no han dejado de sonar desde el jueves, mientras que la bandeja de entrada de su correo electrónico está saturada. Son ya medio centenar de afectados los que, a raíz de la decisión del BNS, han decidido plantar finalmente cara a los bancos que les vendieron hipotecas en francos suizos. A principios de diciembre del año pasado, Asuapedefin había comenzado a mover los hilos para presentar varias demandas colectivas con el fin de solicitar la nulidad parcial de las hipotecas multidivisa.

"Las hipotecas multidivisa están ocasionando un grave perjuicio económico en miles de familias de nuestro país", explica a El Confidencial Patricia Suárez, presidenta de esta asociación, con experiencia en este tipo de demandas y con numerosas sentencias que declaran la nulidad parcial de las hipotecas multidivisa.

"Llevamos más de 100 sentencias individuales presentadas y pensamos que es el momento para presentar una demanda colectiva que condene a las entidades a cesar en el uso de estas cláusulas abusivas tal y como se ha hecho ya en Islandia o en Hungría", apunta Patricia Suárez que nos explica que las demandas colectivas se presentarán de manera separada contra cada una de las entidades que han comercializado este tipo de hipotecas y entre las que figuran Bankinter, Banco Popular, Barclaya, Catalunya Caixa, Banco de Valencia, Kutxabank o Santander.

"Pensábamos presentar la primera demanda precisamente el 15 de enero, el mismo día que el BNS anunció su decisión respecto a la paridad del franco frente al euro. Ese mismo día, el teléfono comenzó a sonar y el correo electrónico empezó a llenarse de consultas de afectados con lo que hemos decidido retrasarlo hasta el 15 de febrero".

¿Qué impacto tiene la decisión del BNS sobre los hipotecados?

El Banco Nacional de Suiza anunciaba hace un mes que mantenía su compromiso con la medida cambiaria que venía aplicando desde septiembre de 2011, consistente en que el franco suizo no pudiera traspasar la barrera de las 1,20 unidades por euro. Desde entonces, podía depreciarse hasta los 1,21 francos o más allá, pero no le permitiría apreciarse hasta los 1,19 francos o menos.

Pero el jueves, el BNS eliminó ese límite y volvió a liberar al franco para que fuera de nuevo el mercado el que determinara su precio. Tras esta medida, el euro llegó a depreciarse un 15% de tal manera que con 1,038 francos se podía comprar un euro, cuando, antes de la decisión del BNS se necesitaban 1,20 francos suizos para conseguir un euro.

El efecto sobre el bolsillo de los hipotecados en francos suizos será realmente importante ya que no sólo aumentará su cuota hipotecaria, también lo hará la deuda que mantienen con el banco porque, el efecto perverso de este tipo de hipotecas es, precisamente, que cuando el cambio con el euro no es favorable, se incrementa la cuota mensual y también 'engorda' la deuda contraída con el banco.

Para una hipoteca de 150.000 euros a 25 años por la que hasta ayerse pagaba una cuota de 602,30 euros, con el cambio de hoy tendrá que desembolsar 692,64 . Y los 150.000 euros que debe al banco se habrán convertido en 177.500

Por ejemplo, para una hipoteca de 150.000 euros a 25 años por la que hasta ayer (con un cambio de 1,20) se pagaba una cuota mensual de 602,30 euros, con el cambio de hoy tendrá que desembolsar 692,64 euros. Y, lo que es más importante, esos 150.000 euros que se debe al banco se habrán convertido, literalmente de la noche a la mañana, en 177.500 euros, según estimaciones del Observatorio de la Financiación Familiar de Agencia Negociadora de Productos Bancarios.

"Imagina el impacto económico para un hipotecado que va a pasar de pagar 1.000 euros a 1.200 de un día para otros mientras que su préstamo de 100.000 euros se incrementará en 20.000. Van a ser muchos los afectados que no van a poder hacer frente a la hipoteca", asegura Patricia Suárez.

En España no hay cifras sobre el número de afectados por hipotecas multidivisa. "La banca no quiere facilitarnos esa información", denuncia la presidenta de Asuapedefin. Se trata de hipotecas contratadas en yenes o en francos suizos que proliferaron de manera alarmante entre 2007 y 2008, en pleno boom inmobiliario y cuando los tipos de interés se encontraban en máximos. Fueron operaciones de préstamo hipotecario suscritas entre los años 2006 y 2007, cuando las hipotecas multidivisa cobraron gran auge debido a los bajos tipos de interés que se pagaban, hasta cuatro o cinco veces inferiores a los entonces vigentes en el mercado para créditos denominados en euros. Eran tiempos en los que la fortaleza del euro respecto de otras divisas (especialmente franco suizo y yen japonés) permitía la obtención de unas condiciones muy ventajosas.

A partir de los años 2009 y 2010, cuando la crisis financiera azotó con gran virulencia la economía europea, la situación empezó a no ser tan favorable. En el caso de las hipotecas en yenes, por ejemplo, miles de personas contrataron hipotecas a un cambio por encima de 150 yenes por euro, llegando después a caer por debajo de 100 yenes por euro hace sólo dos años. Esto supuso no sólo un importante aumento en la cuota, sino, lo que es más grave, un incremento del capital pendiente de amortizar en la misma proporción en que la divisa europea había caído respecto de la japonesa. Un revés muy parecido tras la decisión del BNS ante el que la Agencia Negociadora recomienda mantener la calma y esperar que en el medio plazo el euro recupere posiciones y entonces plantear el cambio a otra divisa. "Hacerlo en este momento equivaldría a consolidar, ya irreversiblemente, ese fuerte aumento de la deuda pendiente".

Hace cuatro años, precisamente cuando la autoridad monetaria de Suiza decidió que el franco no se movería de 1,20, fueron muchos los que vieron en esta medida una pequeña salvació a su delicada situación financiera, ya que muchos tomaron la decisión de cambiar yenes por francos suizos tras asistir incrédulos a incrementos en sus cuotas y en sus deudas con el banco en torno a un 30% o un 40%.

Los titulares de estas hipotecas sabían que si el euro estaba fuerte la cuota disminuía. Si, por el contrario, el euro se debilitaba, aumentaba. De lo que no eran conscientes era de cómo evolucionaba la deuda pendiente con el banco. De hecho, muchos de ellos no fueron conscientes de esta situación hasta que el yen y el franco suizo iniciaron su caída en picado a mediados de 2008 o hasta que la propia entidad con la que habían contratado la hipoteca les puso sobre aviso.

Ha sido la gota que ha colmado el vaso. La decisión del Banco Nacional de Suiza (BNS) de eliminar el tope de 1,20 en la paridad del euro con el franco suizo, ha sido el empujón que necesitaban los hipotecados en francos suizos para plantar cara en los tribunales a la banca por haber comercializado unas hipotecas sin advertir a los clientes de los verdaderos riesgos que asumían al contratar un producto referenciado a una divisa diferente al euro.

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