Es noticia
La banca no financia la compra de viviendas, pero sigue haciendo negocio con las hipotecas
  1. Vivienda
REFINANCIACIÓN Y CONSOLIDACIÓN DE DEUDAS

La banca no financia la compra de viviendas, pero sigue haciendo negocio con las hipotecas

La concesión de hipotecas se encuentra en niveles históricamente bajos. La banca lleva meses dando carpetazo a operaciones de compraventa de viviendas que no son de

Foto: La banca no financia la compra de viviendas, pero sigue haciendo negocio con las hipotecas
La banca no financia la compra de viviendas, pero sigue haciendo negocio con las hipotecas

La concesión de hipotecas se encuentra en niveles históricamente bajos. La banca lleva meses dando carpetazo a operaciones de compraventa de viviendas que no son de su propiedad aunque los clientes sean suficientemente solventes. Sin embargo, paradójicamente, las entidades siguen haciendo negocio con ellas.

"Hace un par de años, cuando se concedía una hipoteca, la domiciliación de la nómina, el seguro de vida y de hogar y las tarjetas de crédito eran accesorios. Ahora, en esta venta cruzada, lo accesorio es la propia hipoteca. Se ha dado la vuelta a la tortilla", comenta Luis Javaloyes, director general de Agencia Negociadora.

"En la actualidad existen dos tipos de hipotecas. Por un lado, están aquellas cuya finalidad es la compraventa de una vivienda, un garaje, un trastero… Y por otro, las destinadas a otros fines. Aquellas que se utilizan como instrumentos para refinanciar o consolidar deudas”, apunta Javaloyes.

En un contexto de crisis como el actual, son muchas las familias endeudadas y con una vivienda en propiedad que quieren adecuar su nivel de ingresos a los gastos y deudas contraídas, o que necesitan liquidez. Para agruparlas o consolidarlas, el banco utiliza el inmueble para constituir una hipoteca por la cantidad que permita cancelar el importe de dicha deuda.

Este tipo de operaciones resultan mucho más rentables para la entidad que conceder hipotecas al uso. “Calculamos que la rentabilidad obtenida es entre un 25% y un 30% superior", apunta Javaloyes, que explica cómo el cliente sí está dispuesto a asumir un mayor coste, a diferencia de lo que sucede cuando se trata de un préstamo para comprar una vivienda. No obstante, las entidades no siempre han sido partidarias de esta operativa. "El término ‘refinanciación’ les daba miedo, ya que lo asociaban siempre a un cliente con problemas para pagar". 

La rentabilidad y la venta cruzada de seguros, tarjetas de crédito o domiciliaciones de nóminas son algunas de las bondades de este sistema. A estas se suma el perfil del cliente. "La entidad mira con lupa al cliente. No vale cualquiera. Tiene que ser aquel que le garantice un listón mínimo de solvencia y que le permita evitar la morosidad en el futuro. Estamos hablando de rentas medias y medio-altas. Funcionarios o trabajadores con contratos indefinidos con al menos 24 meses de antigüedad y que, además, acrediten la ausencia de incidentes o demora en el pago de recibos. Si un cliente ha estado haciendo el esfuerzo de pagar 100, podrá seguir pagando 50 con mayor comodidad".

La concesión de hipotecas se encuentra en niveles históricamente bajos. La banca lleva meses dando carpetazo a operaciones de compraventa de viviendas que no son de su propiedad aunque los clientes sean suficientemente solventes. Sin embargo, paradójicamente, las entidades siguen haciendo negocio con ellas.