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No eres el único: a los ratones también se les contagian las ganas de rascarse
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No eres el único: a los ratones también se les contagian las ganas de rascarse

El estudio, llevado a cabo por investigadores chinos y publicado hoy en la revista 'Science', también ha detectado las áreas del cerebro responsables de este comportamiento

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Si le pica todo sólo de leer el titular de la noticia no se preocupe, es normal. Yo llevo rascándome desde que comencé a escribirla. Existen comportamientos que se contagian socialmente en humanos y primates con gran facilidad, como también sucede con los bostezos y la risa. Ahora, un equipo de investigadores chinos ha descubierto que a los ratones les pasa como a usted y como a mí: en cuanto ven a un compañero rascándose les entran los escozores.

Foto: (Aubrey Kelly)

¿Por qué el picor se contagia en animales sociales como nosotros y los ratones? El investigador de la Universidad Washington en San Luis y coautor del estudio publicado hoy en la revista 'Science', Zhou Feng Chen, comparte con Teknautas su teoría. "Hace millones de años, combatir insectos y parásitos era un reto grande y constante para nuestros antepasados, algo que se lograba con el rascado".

La lógica es la misma que en otros comportamientos contagiosos como el pánico que provoca la huida de un grupo: "No hace falta que veas al depredador tú porque puede ser demasiado tarde cuando lo hagas. Si un animal ve a otros corriendo lo mejor es que empiece a correr, y si ve a otros rascándose lo mejor es hacer lo mismo para protegerse". Se trata de comportamientos no aprendidos e importantes para la supervivencia del individuo.

Para comprobar si los picores también son contagiosos para los ratones, el equipo de Chen tomó animales con un escozor crónico que les hace pasar más tiempo rascándose. En jaulas adyacentes colocaron otros 'normales' que, tras unos cinco segundos observando a sus camaradas, comenzaban a imitar su comportamiento. El desencadenante parece visual, pues la visualización de vídeos provocaba el mismo comportamiento.

Si un animal ve a otros corriendo lo mejor es que empiece a correr, y de la misma forma si ven a otros rascándose lo mejor es rascarse

El siguiente paso fue identificar la región del cerebro responsable del fenómeno. Un mapeado molecular mostró que la actividad neuronal se incrementaba en el núcleo supraquiasmático (SCN), una parte del hipotálamo relacionada con la regulación del reloj biológico. "Los investigadores han estudiado esta región durante medio siglo y descubrir ahora que tiene otra función es una total sorpresa", comenta Chen. Cabe señalar que este grupo de neuronas sólo incrementaba su actividad ante picores contagiosos, no debido a los espontáneos.

Los investigadores también descubrieron que el neuropéptido GRP —que regula la liberación de la hormona gastrina— juega un papel fundamental en el picor contagioso. Tanto que bloquear la acción de este neuropéptido sobre el SCN eliminaba el comportamiento en cuestión, y estimularla desencadenaba el escozor.

La empatía no pica

Ratones y ratas son animales con gran empatía, pero Chen no considera que el picor contagioso esté relacionado. "En roedores, la empatía sólo tiene lugar entre animales que han crecido juntos, algo que no sucede en este caso. Además, no hemos visto un incremento de la actividad cerebral en las regiones implicadas con los comportamientos empáticos". En otras palabras, los investigadores no consideran que sus resultados sean un reflejo de la empatía. Y a quien no le guste, que se rasque

Si le pica todo sólo de leer el titular de la noticia no se preocupe, es normal. Yo llevo rascándome desde que comencé a escribirla. Existen comportamientos que se contagian socialmente en humanos y primates con gran facilidad, como también sucede con los bostezos y la risa. Ahora, un equipo de investigadores chinos ha descubierto que a los ratones les pasa como a usted y como a mí: en cuanto ven a un compañero rascándose les entran los escozores.

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