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Samsung, LG o Sony: todo lo que debes saber antes de comprar una televisión
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Samsung, LG o Sony: todo lo que debes saber antes de comprar una televisión

El galimatías de especificaciones de los televisores puede abrumar a cualquiera. Basta conocer cinco características y tener claro el presupuesto para comprar uno

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A la hora de comprar un nuevo televisor, la avalancha de especificaciones que conviene tener en cuenta para tomar una decisión acertada es tal que puede llegar a abrumar tanto como el típico pasillo de las grandes superficies en el que se exponen, uno junto a otro, los distintos modelos disponibles. La constante evolución de la tecnología televisiva y la cantidad de siglas existentes (la mayoría, inventadas por los fabricantes) hacen que aclararse sea todo un desafío.

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Pero no es imposible. Tan sólo hay que tener en cuenta unas cinco características cuando estemos buscando el televisor que nos entretendrá en los siguientes años: el tipo de pantalla, la resolución, la tasa de refresco, las conexiones que ofrece y si es o no inteligente. Todo ello, claro está, teniendo siempre dos cosas claras: qué necesitamos y cuál es nuestro presupuesto.

La luz de tu pantalla

Para empezar, en cuanto al tipo de pantalla, los compradores tienen cuatro opciones: las clásicas LCD, las de plasma, las LED y las modernas OLED. La diferencia básica radica en cómo se ilumina cada una de ellas para generar la imagen ante nuestros ojos.

La diferencia entre los tipos de pantalla (LCD, LED, OLED...) radica en cómo se ilumina para generar la imagen ante nuestros ojos

Así, las LCD lo hacen con bombillas fluorescentes cuya luz es bloqueada por los píxeles de la pantalla de cristal líquido, mientras que las LED hacen lo propio pero con leds, como su propio nombre indica. Por su parte, las OLED van un paso más allá y no están compuestos por una fuente de luz que ilumina un cristal, sino que los propios píxeles son diodos orgánicos que emiten luz. Por último, las de plasma, que apenas aparecen ya en los catálogos de venta ni en las principales plataformas de comercio electrónico, están formadas por dos cristales que encierran una mezcla de gases nobles que, con la corriente eléctrica, se convierten en plasma y generan luz.

Cada uno de estos tipos cuenta con sus peculiares ventajas: las LCD tienden a ser las más económicas, las LED son las que ofrecen la mejor resolución y el mayor brillo, las OLED cuentan con los mejores negros y contrastes y las de plasma siguen siendo, a día de hoy, las pantallas que ofrecen más y mejores colores.

Resolución y tasa de refresco

A la hora de analizar la resolución, las opciones podrían resumirse en tres: HD Ready, Full HD y el popular (aunque por ahora escaso) 4K. Fuera de esta breve clasificación quedan nombres como el SHUD, un invento de Samsung que es en realidad el 4K aliñado con mejoras en aspectos como el color o el brillo.

¿Resolución? Las opciones podrían resumirse en tres: HD Ready, Full HD y el popular (aunque por ahora escaso) 4K

Así, las HD Ready tienen una resolución de 1280x720 píxeles, son las más frecuentes en los televisores de gama baja y ya han sido superadas por las conocidas como Full HD, que ofrecen una resolución de 1920×1080 píxeles. Por encima, el famoso 4K trae consigo una resolución mínima de 3840 x 2160 píxeles y un problema: a día de hoy, no hay contenido con el que aprovechar tanta resolución.

Aunque no sea una de las características más comentadas a la hora de analizar televisores, es clave conocer la tasa de refresco del aparato que vamos a comprar. Medida en hercios, indica el número de veces por segundo que la luz incide en la pantalla. Actualmente, el indicador se suele encontrar entre los 50 y los 240 hercios, aunque los hay de hasta 1.000 hercios: a mayor tasa de refresco, mayor será la calidad de la imagen de nuestro televisor.

En cuanto a la conectividad del aparato, también conviene pararse a analizar qué necesitamos para que ninguno de nuestros dispositivos se quede fuera o se convierta en un problema. Así, si bien lo habitual a día de hoy (y lo más útil) es contar con varias entradas HDMI, tampoco habría que descartar la posibilidad de que el televisor tenga al menos un euroconector para no dejar fuera reproductores algo más antiguos.

Precisamente, el HDMI puede ser la alternativa a la última característica que habría que tener en cuenta a la hora de comprar un nuevo televisor: si es inteligente o no. Si bien cada vez hay más opciones a la hora de elegir una ‘smart TV’, e incluso diferentes sistemas operativos para acceder desde esa pantalla a todo tipo de aplicaciones de entretenimiento, lo cierto es que aquellos que no esperen sacarle mucho partido podrían tener en ‘sticks’ como Chromecast una seria opción de convertir su tele en un aparato inteligente (a bajo coste).

Con este amplio abanico de características en mente, ya sólo es necesario recordar el presupuesto y consultar qué ofrece el mercado a día de hoy en cada horquilla de precio a través de algún comparador como Google Shopping.

Por menos de 250 euros

A pesar de corresponder a la gama más baja en lo que a televisores se refiere, los aparatos que se pueden encontrar por menos de 250 euros incluyen algunas prestaciones que satisfarán a un buen número de compradores. En esta horquilla es improbable encontrar un aparato grande: lo máximo que ofrece el mercado por este precio alcanza las 32 pulgadas.

Por menos de 250 euros es improbable encontrar un aparato grande: lo máximo que ofrece el mercado por este precio alcanza las 32 pulgadas

Es el caso del LG 32LF510B, que trae consigo todo un dilema: los que quieran algo de ese tamaño tendrán que hacer una pequeña renuncia en lo que a resolución se refiere: este LG es HD Ready. Por otra parte, se trata de una tele LED, que no es habitual en esta franja de precios. Aunque los aparatos más económicos del mercado suelen ser LCD, en esta gama también es posible encontrar algunos LED a buen precio.

Aquellos a los que no les importe no tener una tele de un gigante de la electrónica, encontrarán en un par de empresas españolas la mejor solución. Nevir cuenta con la mayoría de sus modelos en una franja inferior a los 200 euros, mientras que la Blusens H328B24A es uno de los que ofrecen más por menos. Con 24 pulgadas, esta LED con Full HD, equipada con una entrada HDMI y un euroconector, no llega a los 150 euros (o el modelo de 28 pulgadas por 200 euros).

Por su parte, aquellos para los que la conectividad sea lo más importante de un televisor tienen en Samsung la solución ideal: el UE22H5600, un aparato LED con resolución Full HD. Si bien sus 22 pulgadas pueden ser un inconveniente, la amplia gama de conectores que incluye (3 HDMI, 2 USB y un euroconector), sus 100 hercios de tasa de refresco y el hecho de ser de las pocas ‘smart TV’ de esta horquilla de precio la convierten en una de las mejores apuestas.

Entre 250 y 500 euros

El siguiente grupo ya permite al comprador tantear un poco mejor el terreno de los televisores inteligentes y, además, ver cómo crecen los candidatos tanto en tamaño como en resolución. En la parte más alta de esta horquilla de precio es donde se encuentran los primeros aparatos que presumen de 4K: un Panasonic LED de 40 pulgadas y 200 hercios con un asombroso equipo de conexiones compuesto por 4 HDMI y 3 USB y un LG inteligente, del mismo tamaño, y con 100 hercios de tasa de refresco.

Por entre 250 y 500 euros ya se pueden encontrar aparatos que presumen de 4K, pantallas de 40 pulgadas y varios puertos HDMI y USB

No obstante, es posible hacerse con una ‘smart TV’ por algo menos de dinero, con modelos como Sony Bravia KDL-40R550C, otro LED de 40 pulgadas que ofrece una resolución menor (es una Full HD) disponible por menos de 400 euros. También Full HD es el televisor más grande de esta gama, un LG que alcanza las 49 pulgadas que tampoco llega a los 400 euros.

A la hora de encontrar algo de equilibrio entre todas las características y el precio, modelos como el LG 32LF592U se postulan como la respuesta más adecuada: con 32 pulgadas Full HD, unos sorprendentes 400 hercios de tasa de refresco y una conectividad más que completa, esta ‘smart TV’ está en el mercado por poco más de 300 euros.

Entre 500 y 1.000 euros

En este caso, la dificultad está en encontrar un televisor que no sea inteligente. No sólo eso es la norma en esta horquilla, sino que en la parte superior lo más habitual es encontrar solo aparatos que, además, tienen una resolución 4K.

Aquí es donde aparecen las primeras teles con características avanzadas, como pantallas Full HD, Android TV y tecnología 3D, todo en uno

Aquí es donde aparecen los primeros televisores con características que parecen salidas de una película de ciencia ficción, como sucede con la Sony KDL-43W808C de 43 pulgadas: una Full HD equipada con Android TV y que cuenta con tecnología 3D. Si bien se trata de una tendencia prácticamente muerta en el sector de los televisores (entre otras cosas, por la falta de contenido en tres dimensiones), aún es posible encontrar alguno de estos modelos entre los más caros.

Samsung ofrece en este rango de precios dos televisores con la tecnología que podría sustituir al 3D: las pantallas curvas. Con la curva, los fabricantes consiguen que la distancia que hay entre nuestros ojos y cualquier punto del televisor sea constante cuando nos situamos frente a él, ofreciendo no solo una mejor imagen, sino también generando la percepción de que es más grande. Con resolución Full HD y, por supuesto, inteligentes, los aparatos curvos de Samsung más baratos cuestan unos 600 euros.

No obstante, no son precisamente los televisores promedio de esta gama. Lo que los compradores pueden encontrar generalmente son aparatos de entre 40 y 55 pulgadas, con todo tipo de conexiones y la más alta resolución: es el caso de la Samsung UE55K5500LED de 55 pulgadas Full HD o la Sony KD-43X8308 de 43 pulgadas, 4K, equipada con Android TV y conexión wifi disponible por cerca de 1.000 euros con una de las mayores tasas de refresco del mercado: 1.000 hercios.

Más de 1.000 euros

Es aquí donde puedes encontrar lo mejor de lo mejor si lo que buscas es tener la mayor resolución, el máximo número de pulgadas y el tipo de pantalla que mejor calidad de imagen ofrece. De hecho, es en esta alta gama donde aparecen por primera vez los televisores con tecnología OLED.

Si lo que buscas es tener la mayor resolución, el máximo número de pulgadas y la mejor pantalla, tienes que pagar (mucho) más de 1.000 €

Por algo menos de 2.000 euros te puedes hacer con una pantalla OLED. En concreto, la que ofrece LG con resolución Full HD, 55 pulgadas y, por supuesto, conectada a internet. En líneas generales, la compañía coreana es la que mejores prestaciones ofrece por menos dinero en esta horquilla de precios elevados.

Por algo más de 2.500 euros, LG ofrece su 55EG920VOLED de 55 pulgadas con 4K, compatible con los contenidos en tres dimensiones y con todo tipo de conexiones: wifi, 3 entradas de HDMI y 2 puertos USB. Eso sí, a estas alturas de la película, ni rastro de los euroconectores.

Además, en la parte superior de este grupo, los coreanos también disponen de lo mejor de lo mejor: un aparato OLED de 65 pulgadas (uno de los mayores tamaños que se suelen encontrar en la mayoría de tiendas), curvo, con resolución 4K, conexión a internet y una tasa de refresco asombrosa de 1.400 hercios.

Aun así, no es el televisor más grande. En algunos casos se pueden encontrar aparatos de mayor tamaño que llegan a alcanzar las 88 pulgadas y precios como el de este Samsung curvo de más de 16.000 euros. No obstante, que sea el más grande o el de mayor resolución no quiere decir que sea el adecuado. Cada caso es diferente: sean cuales sean tus necesidades, seguro que en esta guía encontrarás algún televisor a tu medida.

A la hora de comprar un nuevo televisor, la avalancha de especificaciones que conviene tener en cuenta para tomar una decisión acertada es tal que puede llegar a abrumar tanto como el típico pasillo de las grandes superficies en el que se exponen, uno junto a otro, los distintos modelos disponibles. La constante evolución de la tecnología televisiva y la cantidad de siglas existentes (la mayoría, inventadas por los fabricantes) hacen que aclararse sea todo un desafío.

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