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Venenos que comes todos los días (y no te matan)
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Alimentos cotidianos con componentes tóxicos

Venenos que comes todos los días (y no te matan)

Alimentos cotidianos como los tomates, las almendras o las patatas cuentan entre sus compuestos con elementos tóxicos. ¿Qué dosis resultaría letal?

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¿Sabías que las espinacas, la patata, o las cerezas no se libran de sustancias peligrosas? Por inocentes que parezcan cuentan con elementos tóxicos pero, que no salten las alarmas, la dosis ingerida difícilmente puede superar lo recomendado.

Paracelso, un médico suizo del siglo XVI, afirmaba que solo la dosis hace el veneno, y tan solo hace falta fijarse en la composición de los ingredientes habituales en nuestros platos para comprobarlo. Atentos:

Cianuro

Potencialmente letal, al cianuro – nombre que viene del cian por el color que toman los cuerpos envenenados- le delata su fuerte olor a castañas o almendras amargas, pero no todas las personas pueden detectarlo y, en ocasiones, sin excepción.

Este veneno, el más famoso de la literatura, se puede encontrar en alimentos que ingerimos con cierta frecuencia como las almendras, nueces o castañas. Además, las pepitas de frutas como las manzanas o las peras o la parte interna de otras como los melocotones y ciruelas tienen pequeñas cantidades de este elemento realmente mortal.

Pero sin sustos, a no ser que sientas realmente adicción por las semillas de manzanas (50 semillas sería una dosis letal) o por la parte carnosa de 30 huesos de melocotón, albaricoque o ciruela, no debes asustarte.

En la naturaleza el mecanismo se emplea como protección, pero cuando llega a los seres humanos puede bloquear el proceso de respiración celular, lo que en pocos segundos llevaría a un paro cardiaco. Recordad, en dosis muy elevadas y prácticamente imposibles de cumplir.

Alcaloides tóxicos y solanina

Quién se resiste a unas patatas fritas. Uno de los alimentos preferidos, la patata, no se salva del llamado ‘arma del cobarde’, el veneno – las víctimas ignoraban que estaban siendo asesinadas sin posibilidad de defenderse-.

Con más de 2.000 especies, la mayoría de ellas son venenosas por contener un alcaloide tóxico denominado solanina, de sabor amargo y que se encuentran de modo natural en las hojas, frutos, y tubérculos de algunas plantas, entre ellas la berenjena y el tomate, además de la mencionada patata. El miedo hizo que su consumo no se generalizase hasta el s. XVII, cuando la escasez de alimentos de la época obligó a hacer uso de la misma.

Se registra en cantidades pequeñas (menos de 0,2 mg/g de producto) pero se puede incrementar hasta 1 mg/g o más en determinadas condiciones como, por ejemplo, por exposición prolongada a la luz, de ahí la costumbre de guardar las patatas lejos de la claridad. La dosis tóxica sería de 2-5 mg por Kg de peso corporal, y los síntomas se manifiestan a las 8-12 horas tras la ingesta: irritación gastrointestinal y efectos sobre el sistema nervioso como alucinaciones o dolores de cabeza.

Por suerte, este veneno se neutraliza con el calor, así que basta con cocinar antes de su consumo para evitar los compuestos tóxicos. Apunta: patatas sí, pero crudas no.

Ácido Oxálico

La recomendación por excelencia en todas las dietas, las verduras, no se escapa de esta lista. En las acelgas y espinacas encontramos el ácido oxálico, una sustancia corrosiva que se usa para abrillantar metales, curtir cuero, en quitamanchas y para purificar aceites. Es un auténtico veneno que, sin embargo está presente en pequeñas cantidades en multitud de alimentos.

Por cada 100 gramos, las acelgas contienen 700 mg de ácido oxálico, las espinacas 600 mg y la remolacha 300 mg. Al interferir en metales esenciales, especialmente calcio, magnesio y hierro, se desaconseja a niños en crecimiento y a mujeres lactantes la ingestión en grandes cantidades de alimentos ricos en oxalatos. Este sería el caso de la espinaca, la remolacha… y sí, lo siento, el chocolate.

Una persona con una alimentación normal consume de media unos 150 mg de ácido oxálico al día, cantidad que se incrementa si toma té, porque cada taza contiene 50 mg.

Pero no se debe utilizar como una escusa para escapar de las siempre temidas acelgas ya que, además de tener otros nutrientes importantes, para que te produjeran una auténtica intoxicación fatal tendrías que comer de una vez más de 5 kilos de estas verduras.

Amanita phalloides

Uno de los alimentos con los que se tiene una mayor precaución son las setas, y no se merecen menos. En nuestro país, en los últimos siete años se han recogido episodios de intoxicaciones por setas que afectaron a 356 pacientes, según datos del Instituto de Toxicología y Ciencias Forenses. Y es que de las más de mil especies de setas que se conocen en España, únicamente un centenar son tóxicas.

Las intoxicaciones más frecuentes se deben a la Amanita phalloides, que tienen unas toxinas tan letales que solo un ejemplar de 50 gramos resultaría letal en cualquier adulto si no se aplica ningún tratamiento urgente.

Son muchos los elementos que pueden sorprendernos con sólo analizar su composición, pero siempre se debe recordar que es la dosis la que marca las consecuencias. Incluso un elemento tan común como el agua puede provocar algún susto que otro si se toma en sumas importantes sin eliminarse antes del cuerpo.

Pero no. Napoleón, Mozart o Marilyn Monroe – cuya muerte despierta grandes sospechas- tienen pocas posibilidades de haber sucumbido a una gran dosis de patatas crudas o pepitas de manzana.

¿Sabías que las espinacas, la patata, o las cerezas no se libran de sustancias peligrosas? Por inocentes que parezcan cuentan con elementos tóxicos pero, que no salten las alarmas, la dosis ingerida difícilmente puede superar lo recomendado.

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