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A tomar vientos
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FERIA DE SAN ISIDRO 2015

A tomar vientos

Miguel Abellán, Miguel Ángel Perera e Iván Fandiño tuvieron que lidiar este viernes de San Isidro con los toros y con un constante viento que hizo difícil la corrida en la plaza

Foto: El diestro Miguel Abellán recibe a su primer toro. (EFE)
El diestro Miguel Abellán recibe a su primer toro. (EFE)

Festividad de San Isidro.

Plaza de toros de Las Ventas.Octava de feria. Lleno de ‘No hay billetes’. Toros deParladé, triunfador de la feria el año pasado, de 527 a 605 kilos. Muy bien presentados, cuatro castaños o colorados, serios por delante y con cuajo. Impresionante planta el sexto, toro bravo e importante.

Tarde fresca y con fortísimo e incómodo viento.

Miguel Abellán deblanco y plata, oreja y palmas.

Miguel Ángel Perera de corintio y oro, palmas tras aviso y silencio.

Iván Fandiño de grana y oro, silencio y ovación con petición a pesar de los dos avisos.

No podemos prohibir el viento. Su aportación a la humanidad a lo largo de la historia es indiscutible. Llevó barcos, movió molinos, fecundó campos y se llevó no sémuy bien qué cosas que le valieron paraprotagonizar una famosa película... no podemos luchar contra las fuerzas rotatorias de la tierra, las diferencias de temperatura de sus latitudes ni con la, hasta ahora probada fehacientemente, necesidad de usar el oxígeno que transporta. Resignada mi humilde humanidad a la magnitud inabordable de su empeño prohibitivo pensaba esta mañana mientras veía aferrarse a los arboles a sus alcorques que acudiría a la plaza a tomar viento... porque desde luego sabía que viento iba a haber para dar... y tomar.

Resultó más fácil el adivinamiento que el intento de prohibición, y al llegar a la plaza los escudos de las banderas se sujetaban ya de un extremo o de sus mástiles, la gente se asía por colleras para evitar el teletransporte eólico,y los esforzados operarios de los puestos de alrededor de la plaza guardaban por vergüenza torera toda la colección de los típicos y, otras tardes, tan solicitados abanicos.

En éstas ahí va un albino Abellán de blanco y plata inmaculado y dispuesto a mandar a tomar viento su existencia plantándose de rodillas frente a la puerta de los sustos grandes. Abellán a porta gayola... mira quién baila con la más fea ahora.

Se le veía la disposición a Abellán desde el inicio. Con los quites en los medios, el capote le abrazaba como si fuera una madre que no te viera hace tiempo. No había forma de plantarlo plano, no había manera de ordenar sus vuelos, no había cojones a bambolearlo,y aún así ahí dejó unas chicuelinas y unos cuantos corazones a punto de salir por sus respectivas bocas.

Con la muleta continuó desplegando poderío, pegado al tercio y aprovechando los pases en los que el toro iba hacia adentro, que resultaban más largos y estéticos. Esfuerzo, firmeza y voluntad generaron dos tandas de naturales de uno en uno y muy buenos y jaleados remates que con el colofón de un estoconazo, pelín trasero y dejándose la muleta en el embroque, propiciaron la concesión de una merecida oreja.

La disposición, como el viento, fue en aumento con la tarde y quedó acreditada con la machada de irse de nuevo a hincarse de rodillas ante el destino. Otra puerta gayola viento en popa a toda vela... Mejores las verónicas en este segundo,tuvo el remate de una grandísima ovación en los medios y la sensación de que soplaba viento a favor de la primera puerta grande de la feria, pero no fue así.

En la muleta la incomprensión de unos cuantos a la necesidad de mantener la muleta muy baja, sobre todo en los remates de pecho, que obligaban a Abellán a forzar su postura para conseguirlo, hizo que, casi con enfado, protestaran los suficientes insensibles como para arruinar un buen trasteo. División de opiniones a cada pase y encendido enfrentamiento de facciones en cada remate dejaron la sentencia en manos del pinchazo de Abellán, que disolvió salomónicamente la hipotética situación de la típica bronca-oreja de Madrid, convirtiéndola en una ovación de los aficionados más sensibles y zarandeados por el viento.

placeholder El diestro Miguel Ángel Perera. (Efe)
El diestro Miguel Ángel Perera. (Efe)

Perera con los mismos toros, los mismos arrestros y los mismos muletazos, en una plaza de Madrid cubierta, hubiera dado la campanada. Pases buenos y profundos perdían el favor del público por la intermitencia, los enganches y la necesaria técnica de estos casos de plantar la muleta baja y un poco convexa. Lástima, porque el protagonista de "lo que el viento se llevó"no fue solo el éxito de los tres toreros sino la bravura, la embestida y la fuerza de una muy buena corrida de toros que hubiera lucido de perlas en tarde serena o guarnecida.

Fandiño respondió con esa fiereza calma, con esa paz violenta que le caracteriza y que le llevó por dos veces de rodillas a la puerta como quien va a por sus pipas. Porta gayola de cuerpo a tierra las dos veces, de ¡uy!, de susto y de un poquito de torpeza. Para mi de la torpeza de que un torero con tanto fondo se la juegue siempre de esa manera. Lo demás es repetir lo de toda la tarde: buen torero, buenos toros y un huracán fuerza siete, de velocidad y de tendido. Hilvanó mejor los pases, las tandas y la suicida estocada que acabó en una fea voltereta con Fandiño tendido e inmóvil, en el impresionante sexto. Un toro de museo y de darse mus sin recelo, por el miedo, los pitones y su expresión de serio.

Pero Fandiño se atornilló, tiró del bicho en un descuido fugaz del viento y la impresión consecutiva de otra tragedia en el ruedo elevó las ovaciones a la petición de trofeo. No lo hubo, pero Fandiño volvió a ganar enteros... por reconocimiento de la afición y porque entero pudo perfectamente no salir...

Quien triunfó toda la tarde fue una bolsa blanquecina y destartalada a la que conté seis vueltas. Seis vueltas exitosas al ruedo en volandas de unabrisa huracanada que disparaba susviolentadas ráfagas a capricho,haciendo pasar también de vez en cuando por delante de mi cara todo tipo de restos de programas, bocadillos y periódicos a unas velocidades dignas de la Copa América.Por eso, por la constancia de los elementos volatorios, por la evidente y constante existencia vista en el ruedo, por el frío y cicloncillos cuando oí en el quinto toro al espectador que tenía detrás decir "parece que se ha levantado vientecito ahora", a punto estuve de volverme y mandarle definitivamente... a tomar vientos.

Festividad de San Isidro.

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