Es noticia
Pirata...
  1. Sociedad
feria de san isidro 2015

Pirata...

Sexto festejo de la Feria de San Isidro con Padilla, el Cid y Talavante como protagonistas. Una corrida con seis toros de 537 a 592 kilos entre los que destacó por encima de todos el tercero

Foto: El torero Manuel Jesús "el Cid" da un pase con la muleta a su primero, durante el sexto festejo de la Feria de San Isidro. (EFE)
El torero Manuel Jesús "el Cid" da un pase con la muleta a su primero, durante el sexto festejo de la Feria de San Isidro. (EFE)

Miércoles 13 de mayo de 2015


Lleno en tarde plomiza e inesperadamente asfixiante
Seis toros de El Ventorrillo bien presentados aunque protestados los tres últimos

El mejor el Gargantillo tercero, que embistió con brío al principio y fijeza al final
Toros de 537 a 592 kilos descastados casi todos y muy parados en general en la muleta

Juan José Padilla de Catafalco y oro: silencio y silencio
Manuel Jesús El Cid de Azul marino y oro: silencio y leves pitos
Alejandro Talavanteoreja con algunas protestas y silencio

"Lo paso pirata...". Mi primer día de toros este San Isidro y a diez minutos de la plaza ya me arrepiento de no ir más a LasVentas... el crisol de estilos, vestuarios, actitudes, predisposiciones que te inundan sin remedio en la obligada cercanía que impone la angosta acera de la calle Alcalá ya son un motivo para no perderse una corrida de toros. Paseo cuasi antropológico camino de ancestrales costumbres tan anacrónicas hoy como imprescindibles mañana para entender y no perder referencia de nuestros bizarros orígenes... y nuestros curiosos congéneres, sirva de ejemplo...

El congénere aficionado que quiere que se le note, de visera y chaleco chulapo, que emana conocimiento en la altitud de su barbilla y demuestra asistencia a temporada completa en la desgastada almohadilla de rayas y con asa que bambolea con el temple y la cadencia que le impone la cuesta abajo hacia la plaza.

El congénere hombre de negocios de camisa a medida, iniciales en el pecho y chaqueta inoportuna por el calor,pero también,por razones ergonómicas, necesariamente desabrochada... sin faltar por supuesto la condecoración descuidada ycenicienta causada por un puro de veinte euros en la solapa y las ganas de gin-tonic "en copa de balón por favor" en la vidriosa mirada.. empresario al que intuyes que no se le pone nada por delante salvo su barriga... y por supuesto hoy, con prisa por irse antes de llegar, que hay que culminar la jornada laboral asistiendo a la otra liturgia nacional que también se sirve en copa de balón... en copa de Europa y con balón de futbol por supuesto...

El congénere del pueblo del torero con la camiseta verde de la peña que fundó su primo y la alegría de su ilusionado viajereflejada en la sonrisa que sirve de faro mientras mira para atrás decidido a meter prisa a sus paisanos para asegurarse de llegar a tiempo de colocar la pancarta, que han pasado toda la semana perfeccionando, en el lugar en el que su devoción quede lo más manifiesta y estiradita posible.

Los congéneres turistas, los curiosos, los de su primera vez, los de su última... el dedicado abuelo con su nieto, el que intentó ser torero, el funcionario, el artista, el que va a desahogarse, a mostrarse, a descubrir...

Me lo paso pirata y aún no he entrado a la plaza... Y sigo... Y al pasar el arco de ladrillo neomudéjar de la plaza disfruto del sin par espectáculo de la redistribución ordenada, casi mecánica, de los distintos fenotipos hacia su hábitat habitual... sol, sombra, ni fu ni fa... España en estado puro... las dos... o las tres Españas, campaña electoral, estereotipos y reorganizaciones... me lo paso pirata sin los toros.. pero hablemos de toros...

A Padilla le han apodado el Piratay eso me recordó la ruborizante expresión. No creo que sea porque se ha apropiado a las bravas y por abordaje de un hueco en el escalafón y los carteles de buen tono de todas las ferias de España que se le había resistido sus primeros diez años de matador de toros. Creo que es más por el parche que ahora tapa el agujero por el que casi se le va la vida hace unas temporadas, por las banderas piratas que alguien se encarga de que aparezcan por el tendido, aunque hoy respetaron Madrid, para recordarle su condición de héroe romántico de película y por esa especie de avidez insaciable por el triunfo que lleva demostrando desde entonces... esa disposición a anteponer su muerte al fracaso de su misión bien definida en el guion de su vida y del que hoy no pudo escribir ni una sola línea reseñable. Pelín frío en el primero, incluso en la réplica al quite delCid, las nulas condiciones del toro taparon el habitual arrojo del Pirata,que lo finiquitó de metisaca y estocada.

En el cuarto, espoleado por la oreja de Talavante, salió más dispuesto y recibió hincado de rodillas por dos veces al más basto, de los toros se entiende, con el capote y repitió arrojo en el arranque de la faena de muleta de nuevo de rodillas y, a merced de un parón inesperado del toro, a punto estuvode ser feamente empitonado. La cosa no pasóa mayores, sino a menores, porque a partir de ahí la faena fue a mucho menos hasta la estocada final. Padilla, camino de las veinte actuaciones sin cortar oreja en Madrid incluso escuchó algunos injustos pitos.

El Cid ni tuvo suerte ni la buscó con el ahínco detantas tardes en esta plaza. Con la mente probablemente puesta en su compromiso con los seis Victorinos de finales de San Isidro, lo más destacable es que colaboró en la venganza de acabar con los seis toros hermanos de los que el año pasado mandaron al hule a los tres toreros obligando a suspender la corrida. Los mató con corrección y abandonó la plaza, con la que no va a dejar de tener pesadillas las dos próximas semanas.

Talavante recibió al serio y astifino tercero por delantales. Menos profundo que en temporadas anteriores con el capote estuvo plantado, serio y firme con la muleta, lo que al coincidir con el mejor toro de la tarde y una buena estocadadesencadenó la concesión del único trofeo de la tarde.

El sexto con muy dudosas hechurasde embestir despejó en seguida las dudas y se manifestó como un manso, parado, mastodóntico y deformado descendiente de la casta Domecq que literalmente no tuvo ni un solo pase.

Antes de que doblara el toro la mayoría de los congéneres abandonaban precipitadamente la plaza sin el temor de reconocer públicamente su afición al futbol y después de casi dos horas de paréntesis yo hice lo mismo para, calle Alcalá arriba, "pasarlo pirata" con la observación de la variopinta amalgama de congéneres que siguen disfrutando, pese al pobre resultado de hoy, de acudir y volver a acudir cada día a una corrida de toros...

Miércoles 13 de mayo de 2015

El redactor recomienda