“La empresa vendió 9.650 entradas pero los relaciones públicas vendimos más”

Las cuentas no salen. El número de personas que la madrugada del jueves celebraba Halloween en el Madrid Arena continúa siendo una incógnita. Las versiones de asistentes y organizadores se contradicen, pero los relaciones públicas de la capital coinciden: “La empresa vendió 9.650 entradas pero no contabilizan las que vendimos nosotros”.

Este viernes se reveló que la empresa organizadora del evento, Divertt S.L., comunicó al Ayuntamiento de Madrid que asistirían 7.000 personas (aproximadamente). Esta cifra desmiente al vicealcalde de Madrid, Miguel Ángel Villanueva, que insistió en que “no había exceso de aforo”, ya que el recinto del Madrid Arena tiene una capacidad de 10.600 localidades y se habían venido 9.650.

Pero para este evento, el Thriller Music Park, los promotores ofrecieron a las grandes empresas de ventas de entradas para fiestas y discotecas. “Nosotros vendimos 106 entradas que nadie está contabilizando. Y no fuimos los únicos que vendimos”, cuenta a El Confidencial un relaciones públicas.

“El aforo legal nunca se respeta”

“Muy pegados”, “no podíamos movernos”, “costaba respirar”. Los testimonios de los miles de jóvenes que estuvieron en la fiesta van en la misma dirección: había mucha gente. Las imágenes lo confirman. Y los que están acostumbrados a trabajar en la noche no se extrañan: “El aforo legal nunca se respeta. A este tipo de fiestas va mucha más gente de la que debe. Hay muchos que entran sin entrada”. Este último punto es una de las primeras conclusiones de la investigación, que aseguran que cientos de jóvenes accedieron al recinto sin entrada y en el momento en el que el músico y DJ Steve Aoki, principal atracción de la fiesta, comenzaba su actuación.

El juez decano de Madrid, José Luis González Armengol, también ha manifestado su opinión sobre el aforo, que considera que superaba “con creces lo legalmente permitido”. “Los jóvenes estaba completamente pegados”, ha añadido. Así, ha llegado a afirmar que había "cuatro personas por metro cuadrado, es decir, una persona por baldosa". Armengol ha explicado que su hija estuvo en la fiesta y que pudo ver en primera persona las aglomeraciones y las personas que caían.

La falta de control ha sido una de las principales críticas de los asistentes a la fiesta. Según los testigos, la entrada no se controlaba adecuadamente. No había registros y tampoco se pedía el DNI para controlar el acceso de menores de edad al recinto del Madrid Arena. “El principal problema es que parece que fallaron los controles y alguien metió la bengala”, concluye uno de los relaciones públicas consultados por este diario.