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Zarraluqui y Hermosilla se baten en el divorcio millonario del expresidente de Parquesol
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FERNÁNDEZ-FERMOSELLE TIENE UNA NUEVA RELACIÓN CON MONTSERRAT CORULLA

Zarraluqui y Hermosilla se baten en el divorcio millonario del expresidente de Parquesol

Es una de las rupturas más sonadas del mundo de los negocios patrio. Este miércoles tiene lugar la vista del juicio por el divorcio de Marcos

Foto: Zarraluqui y Hermosilla se baten en el divorcio millonario del expresidente de Parquesol
Zarraluqui y Hermosilla se baten en el divorcio millonario del expresidente de Parquesol

Es una de las rupturas más sonadas del mundo de los negocios patrio. Este miércoles tiene lugar la vista del juicio por el divorcio de Marcos Fernández-Fermoselle, el que fuera presidente de la inmobiliaria Parquesol, y su mujer, Patricia Martínez, que formaron matrimonio durante más de dos décadas hasta su separación a finales de 2010. Un año y medio después, la justicia afronta un caso que puede poner en jaque el futuro de uno de los patrimonios millonarios más importantes amasado durante los años de la burbuja.

La cita en los juzgados enfrenta, además, a dos de los despachos con más nombre en el proceloso mundo jurídico de las separaciones. Por un lado, el casi centenario Zarraluqui Abogados, especialista en derecho de Familia, asiste a Marcos Fernández-Fermoselle de la mano de Elena Zarraluqui, mientras que Patricia Martínez ha confiado su caso al bufete madrileño Hermosilla & Gutiérrez de la Roza, que ha delegado este servicio a su nuevo socio Adolfo Prego, exmagistrado del Tribunal Supremo en excedencia.

El pasado mes de julio, tras unir en una misma causa las demandas cruzadas en liza, los juzgados de Pozuelo de Alarcón dictaron medidas provisionales sobre la manutención (1.200 euros mensuales por cada una de las tres hijas del matrimonio) y el régimen de visitas, sobre las que hay otra querella presentada por incumplimiento. Sin embargo, quedó por resolver la cuantía de la pensión compensatoria, el verdadero quid de la separación dada la fortuna de Fernández-Fermoselle, que sólo con la salida a bolsa de Parquesol y su posterior venta ingresó cerca de 200 millones de euros.

En un principio, según fuentes jurídicas, Patricia Martínez optó por reclamar el máximo posible de acuerdo a la jurisprudencia existente, es decir, hasta el 30% del patrimonio de su exmarido, con el que formó matrimonio durante 24 años. Sin embargo, su nueva defensa ha optado por no exigir una cantidad determinada y dejar en manos del juez la consideración de cuál debe ser la pensión compensatoria, mientras que el heredero de Parquesol (junto a sus tres hermanos) aspira a resolver el pleito en el sentido contrario.

Más allá de las características comunes a todo divorcio millonario, el caso de Fernández-Fermoselle adquiere una dimensión social extra a cuenta de las terceras personas en juego. El empresario vallisoletano ha rehecho su vida sentimental con Montserrat Corulla, la enigmática abogada encausada hace ya casi seis años por la Operación Malaya, hito a partir del cual su figura adquirió protagonismo por su vinculación a la trama de corrupción urbanística descubierta en Marbella como supuesta testaferro de Juan Antonio Roca.

De manera colateral, su implicación en el caso Malaya adquirió además dimensión política cuando, en plena campaña electoral a las municipales de 2007, el entonces candidato a la alcaldía del Ayuntamiento de Madrid, el luego ministro Miguel Sebastián, en un debate televisivo contra Alberto Ruiz Gallardón, blandió una foto de Montserrat Corulla para preguntar a su contrincante del PP que explicara“cuál era su relación personal con una de las implicadas en la Operación Guateque”, otro caso de corrupción local.

Es una de las rupturas más sonadas del mundo de los negocios patrio. Este miércoles tiene lugar la vista del juicio por el divorcio de Marcos Fernández-Fermoselle, el que fuera presidente de la inmobiliaria Parquesol, y su mujer, Patricia Martínez, que formaron matrimonio durante más de dos décadas hasta su separación a finales de 2010. Un año y medio después, la justicia afronta un caso que puede poner en jaque el futuro de uno de los patrimonios millonarios más importantes amasado durante los años de la burbuja.