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Trump: "Esto no es una prohibición contra los musulmanes"
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la casa blanca asegura que los ciudadanos con permiso de residencia podrán entrar

Trump: "Esto no es una prohibición contra los musulmanes"

El presidente de Estados Unidos utiliza la red social Twitter para defender la orden ejecutiva con la que vetó la entrada de ciudadanos de siete países de mayoría musulmana

Foto: El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, junto al vicepresidente Mike Pence. (Reuters)
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, junto al vicepresidente Mike Pence. (Reuters)

Apenas pasaban las 8 de la mañana en Washington cuando el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, entró en la red social Twitter desde su cuenta personal para escribir: "Nuestro país necesita fronteras sólidas y una investigación extrema, AHORA. Miren lo que está pasando en toda Europa y, de hecho, en todo el mundo -¡un auténtico lío!". El mandatario se había despertado con la paralización judicial de su veto a la entrada de ciudadanos de siete países a Estados Unidos y tenía por delante una nueva jornada de protestas en la que tendría que salir a matizar su decisión.

La cuenta oficial del presidente de Estados Unidos (@POTUS) , que apenas ha contado con actividad desde que Trump tomó el testigo de Barack Obama el pasado 20 de enero, retwitteó el mensaje del magnate. Más de 31.000 tweets y dos horas después sin declaraciones públicas por su parte, Trump volvió a utilizar su cuenta personal para recordar a los cristianos asesinados "en grandes cantidades" en Oriente Medio.

La jueza del Tribunal del Distrito Federal de Brooklyn (Nueva York), Ann M. Donnelly, paralizó hasta el 21 de febrero las deportaciones de refugiados y migrantes que lleguen a Estados Unidos con un visado en regla. Donnelly atendió así la demanda interpuesta por la Unión para las Libertades Civiles en América (ACLU), una de las organizaciones defensoras de los derechos civiles más importantes del país. Según la ACLU en torno a 200 personas fueran detenidas este sábado a su llegada a aeropuertos de EEUU.

Foto: Protestas por el veto de Trump en el aeropuerto de Boston. (EFE)

La orden firmada por Donald Trump el pasado viernes, a pocos minutos de las 17.00 horas, suspendía la entrada de cualquier refugiado a Estados Unidos durante 120 días. Los procedentes de Siria estarían vetados de forma indefinida, mientras que los ciudadanos procedentes de Irán, Irak, Libia, Somalia, Sudán, Siria y Yemen tendrían la entrada bloqueada en los noventa días siguientes.

La prohibición de entrada al país rubricada por el republicano, sin embargo, sí permitía la llegada a suelo americano de personas con permisos de residencia, conocidos popularmente como 'Green cards' (tarjetas verdes), según informó este domingo el jefe de Gabiente de la Casa Blanca, Reince Priebus. En declaraciones al programa 'Meet the Press' de la cadena NBC, recogidas por el New York Times, Priebus defendió la medida del Gobierno tras haberse tomado de forma "delicada" y con el objetivo de "proteger a los americanos de cualquier amenaza terrorista".

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"No podemos permitir que este horror continúe", concluyó. Horas más tarde, su jefe de gabinete, Reince Preibus, ratificaba en declaraciones al programa "Meet the press" de la cadena NBC que la decisión puede ir más allá. "Es posible que otros países tengan que ser añadidos a la orden ejecutiva, pero con el fin de hacer esto de una manera expedita, que pudiera suceder lo más rápido posible, pusimos el foco en siete países" que ya habían sido identificados por el Congreso.

El propio periódico, que junto al Washington Post es objetivo de las críticas a la prensa de Donald Trump desde su cuenta de Twitter, realiza un análisis en el que resta utilidad a la orden ejecutiva firmada por el presidente este viernes. El sociólogo de la Universidad de Carolina del Norte, Charles Kurzman, apunta que solo el 23% de los musulmanes nacidos en Estados Unidos con actitudes extremistas tienen familia en cualquiera de los países vetados. El diario recuerda que los incidentes relacionados con el yihadismo suponen un porcentaje mínimo en los actos violentos ocurridos en el país desde 2001.

El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos mantiene, a través de un informe publicado esta mañana, que el veto se mantendrá. "Los viajes prohibidos se mantendrán prohibidos. El Gobierno de Estados Unidos conserva su derecho de retirar visados cada vez que sea necesario para la seguirdad nacional", señala el texto. El Departamento ha indicado que 375 pasajeros se han visto afectados por la orden ejecutiva, 109 de ellos se encuentran en tránsito a Estados Unidos y se les denegó la entrada en el país, mientras que a otras 173 personas se les fue denegado el embarque en sus vuelos a Estados Unidos en aeropuertos de origen.

Foto: Un miembro del Ayuntamiento de Nueva York durante la protesta en el JFK por el veto de Trump (Reuters).

"Ningún nacional extranjero en suelo extranjero, sin vínculo con Estados Unidos, tiene derecho sin restricciones para demandar la entrada en Estados Unidos o demandar prestaciones por inmigración en Estados Unidos", concluye la nota emitida por el Departamento.

Según recoge la agencia EFE, el presidente pidió al exalcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani, asesoría para hacer legal la prohibición a la entrada de musulmanes. "Cuando lo anunció por primera vez dijo 'veto a musulmanes'. Me llamó y me dijo 'crea una comisión y muéstrame la forma de hacerlo legalmente", aseguró Giuliani en declaraciones al canal Fox News.

A medida que avanzaba la jornada, a la decisión de la Justicia se sumaba el descontento de miles de estadounidenses que llevaron sus protestas desde los aeropuertos a las calles de las principales ciudades. Y como portavoces de 130 millones de personas, los fiscales generales de 16 estados tanto republicanos como demócratas redactaron una nota conjunta de repulsa que tachaba la decisión de Trump de "inconstitucional". En este punto, el mandatario optó por emitir él también un comunicado.

"Para ser claro, esto no es una prohibición contra los musulmanes como los medios han informado de manera falsa", afirmó, al señalar que de hecho, hay "más de 40 países" similares en el mundo que no están afectados por la medida. "Esto no es sobre la religión. Esto es sobre el terrorismo y para mantener seguro nuestro país", subrayó el magnate neoyorquino. Además de matar al mensajero, Trump apuntó a su antecesor. "Mi política es similar a lo que el presidente (Barack) Obama hizo en 2011 cuando prohibió los visados para refugiados de Irak durante seis meses", arguyó.

"Los siete países nombrados en la orden ejecutiva son los mismos identificados por la Administración de Obama como fuentes de terrorismo"

"Los siete países nombrados en la orden ejecutiva son los mismos previamente identificados por la Administración de Obama como fuentes de terrorismo", indicó Trump. El mandatario remarcó que EEUU volverá a "emitir visados a todos los países una vez estemos seguros de que hemos revisado e implementado las políticas más seguras durante los próximos 90 días". "Tengo un sentimiento tremendo -prosiguió- por la gente implicada en la horrorosa crisis humanitaria en Siria. Mi primera prioridad será siempre proteger y servir a nuestro país, pero como presidente encontraré formas de ayudar a aquellos que están sufriendo".

Indignación internacional

La canciller alemana Angela Merkel utilizó al portavoz de su Gobierno, Steffen Seibert, para criticar la medida del presidente Trump. "Está convencida de que la guerra decidida contra el terrorismo no justifica que se coloque bajo sospecha generalizada a personas en función de una determinada procedencia o religión", indicó Seibert. El presidente francés, François Hollande, también afeó la decisión del presidente estadounidense este sábado, demandando que Europa debe "responder".

En conversación telefónica con el dirigente estadounidense, el socialista subrayó que la defensa de la democracia implica el respeto de los principios en los que se sustenta, "en particular la acogida de los refugiados". También el primer ministro belga, Charles Michel, aclaró este domingo que pedirá explicaciones a Trump, al estar en desacuerdo con el veto a la entrada en el país de ciudadanos de varios países de mayoría musulmana.

Pero es en el Reino Unido donde mayores consecuencias está teniendo la orden ejecutiva firmada por Trump. El Gobierno británico, a través del ministro de Exteriores, Boris Johnson, ha calificado el veto de "divisorio" y "equivocado". La primera ministra, Theresa May, ha ordenado al exalcalde londinense y al ministro de Interior, Amber Rudd, respectivamente, que hablen por teléfono con sus colegas de EE.UU. para evaluar el impacto de las medidas en refugiados e inmigrantes y en los británicos con doble nacionalidad de los países afectados.

El alcalde de Londres, Sadiq Khan, el primer musulmán en llegar a la alcaldía de esta capital, tilda de "vergonzosa" y "cruel" la prohibición de entrada a ciudadanos de estos siete países. El laborista considera que la decisión perjudica "los valores de libertad y tolerancia sobre los que EE.UU. ha sido construido". El líder de su partido, Jeremy Corbyn, dijo hoy que la visita de Trump al Reino Unido debería ser cancelada hasta que se levante la nueva medida estadounidense contra los musulmanes.

De hecho, el portal de peticiones del Parlamento del Reino Unido, cuenta con una recogida de firmas para que se vete la entrada de Donald Trump al país. La iniciativa cuenta ya con cerca de medio millón de apoyos, por lo que será debatida en el Parlamento, para lo que son necesarias solo 100.000. En unas declaraciones a la cadena ITV, Corbyn señaló que no está de acuerdo con que se reciba al presidente de Estados Unidos mientras se producen "estos horribles ataques contra los musulmanes".

Uno de los últimos países europeos en sumarse a condenar la firma del presidente Trump ha sido Austria. El ministro de Exteriores de Austria, Sebastian Kurz, ha señalado que "el justificado compromiso contra el terrorismo y el islamismo no puede conducir a que se ponga bajo una sospecha generalizada a toda una comunidad religiosa y a Estados enteros".

Apenas pasaban las 8 de la mañana en Washington cuando el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, entró en la red social Twitter desde su cuenta personal para escribir: "Nuestro país necesita fronteras sólidas y una investigación extrema, AHORA. Miren lo que está pasando en toda Europa y, de hecho, en todo el mundo -¡un auténtico lío!". El mandatario se había despertado con la paralización judicial de su veto a la entrada de ciudadanos de siete países a Estados Unidos y tenía por delante una nueva jornada de protestas en la que tendría que salir a matizar su decisión.

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