Es noticia
Todos cantan victoria tras la crisis de Gaza
  1. Mundo
AMBAS PARTES CREEN QUE EL ALTO EL FUEGO SATISFACE SUS DEMANDAS

Todos cantan victoria tras la crisis de Gaza

La población de Gaza fue la primera en salir a las calles a las nueve de la noche del pasado miércoles para celebrar el alto el

Foto: Todos cantan victoria tras la crisis de Gaza
Todos cantan victoria tras la crisis de Gaza

La población de Gaza fue la primera en salir a las calles a las nueve de la noche del pasado miércoles para celebrar el alto el fuego anunciado en El Cairo. Las negociaciones consiguieron poner fin a ocho días de bombardeos, cuando por momentos una incursión terrestre se vislumbraba como única opción. La mediación estadounidense y egipcia se felicitaban de forma recíproca y apenas pasaron unos minutos para que los líderes de Hamás y el Gobierno israelí comparecieran para interpretar el acuerdo como una victoria.

Unos 160 palestinos han muerto en Gaza y más de 1.300 han resultado heridos como consecuencia de los bombardeos israelíes. Del otro lado se cuentan cinco bajas, tras los proyectiles disparados desde la Franja por las milicias palestinas. Cerca de la mitad de las víctimas son civiles y todavía ayer la muerte de un palestino, abatido de un tiro en la cabeza cuando se acercaba a la verja fronteriza al sur de Gaza, ponía en entredicho la recién estrenada y vitoreada tregua.

El acuerdo de alto el fuego es una derrota para Israel, que se doblegó a los requisitos de la resistencia”, aseguró victorioso el líder de Hamás, Jaled Meshal, nada más anunciado públicamente el alto el fuego. Según la organización palestina la apertura de los cruces fronterizos de Gaza con Israel y la extensión de la zona de pesca para los habitantes de la Franja, recogidos en las cláusulas de la tregua, son un primer paso para el levantamiento del embargo que rige desde 2007. Para la organización palestina éste era uno de los asuntos cruciales para terminar con las hostilidades.

Hamás ha lanzado en estos ocho días cerca de 1.500 cohetes sobre suelo israelí, una cifra que quintuplica a la escasa resistencia que opusieron en 2009 durante la llamada Operación Plomo Fundido. “Si Israel no cumple con su parte, nosotros tenemos la mano preparada en el gatillo”, añadió Meshal. La organización, sin embargo, ha sufrido un importante desgaste, ha perdido a su líder militar y ha visto reducidas sus infraestructuras bajo el fuego israelí.

Esa es la victoria que reivindica Tel Aviv. El ministro de Defensa, Ehud Barack, aseguró que la Operación Pilar de Defensa “ha cumplido sus objetivos completamente”, al entender que “Hamás ha visto reducido su potencial”. Israel se ha ahorrado el coste de una incursión terrestre como la que tuvo lugar hace tres años y, además, con vistas a futuros conflictos ha probado la eficacia de su nuevo sistema antimisiles, facilitado por Estados Unidos, que ha derribado cientos de cohetes palestinos.

Sin embargo, las negociaciones con Hamás, a quien Israel considera una organización terrorista, y la interrupción del ataque lanzado por Israel a dos meses de las elecciones ha despertado las críticas de parte de la opinión pública. “Sé que hay ciudadanos que esperaban una respuesta aún más dura”, sostuvo el primer ministro hebreo Benjamin Netanyahu, quien agregó que la tregua era la opción más conveniente para Israel en estos momentos.

Ambos celebran victorias descafeinadas, aunque “parece que las celebraciones de Hamás son más fuertes y sinceras”, señala a El Confidencial a través de correo electrónico Shashank Joshi, analista del Real Instituto de Servicios, con sede en Londres. Según este experto, la organización palestina obtiene “unas mejores condiciones de las esperadas, a las que se añade el respaldo obtenido a nivel internacional”.

Egipto y Turquía, principales potencias regionales, y el resto de países árabes han otorgado a Hamás un firme apoyo. Lo que conlleva a un mayor aislamiento de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), la gran derrotada en esta crisis. El líder de la organización, Mahmud Abbas, se limitó a prestar su apoyo a las reivindicaciones de Hamás, con quien mantiene congeladas las relaciones. Pero su irrelevancia en el conflicto ha sido tan inexistente que su propuesta pacífica para reclamar en la ONU el reconocimiento como Estado observador, se ve reducida a mínimos por la maquinaria belicista de Hamás, que ahora cuenta con el aliento de las democracias regionales. La organización que liderara Yaser Arafat ha perdido ya el último atisbo de legitimidad para representar a todo el pueblo palestino.

La mediación

Egipto, considerado como garante de la tregua, obtuvo un gran espaldarazo por su gestión de las negociaciones. El islamista Mohamed Morsi se decantó desde el primer momento por sus afiliados de Hamás. Con la cuerda tensa, pero sin amenazar con romperla, el presidente egipcio consiguió al mismo tiempo convencer a los palestinos más obstinados y salir airoso ante Israel. El ministro egipcio de Exteriores, Mohamed Kamel Amr, fue el primero en hacer oficial el acuerdo y las felicitaciones llegaron tanto de Estados Unidos, como de Israel, Palestina y el resto de la comunidad internacional.

Tan respaldado se sintió el presidente Mohamed Morsi que el día siguiente decidió arrogarse prácticamente todos los poderes bajo su figura. Con el Parlamento disuelto, una enmienda constitucional anterior le otorgaba al presidente el poder ejecutivo y legislativo. Y haciendo uso de esas funciones, este jueves decidió que una hipotética disolución por parte de los jueces de la Cámara Alta y del órgano que redacta la Constitución –amenazados por el Tribunal Constitucional bajo las dudas de su ilegalidad- no tendría efecto. En pocas horas, el prestigio exterior se convirtió en miserias de puertas hacia dentro. Y ayer miles de personas de todos los espectros políticos no islamistas se echaron a las calles para condenar estas medidas, llegando en algunos casos a incendiar sedes de los Hermanos Musulmanes en distintas ciudades del país. Las felicitaciones del día anterior se vieron empañadas por un comunicado de la Unión Europea en el que instó ayer a Egipto a respetar el “proceso democrático” y la “separación de poderes”.

Junto a Egipto, Estados Unidos fue el otro gran protagonista del acuerdo. Tras unos primeros días de parálisis, en los que Barack Obama instó a Mohamed Morsi a hacer uso de su influencia para mediar en el conflicto, Hillary Clinton decidió viajar desde Asia para rubricar el acuerdo. Una visita relámpago a Jerusalén y después a El Cairo sirvieron para hacer oficial el anuncio.

El Gobierno israelí, que ha mantenido unas relaciones bastante frías en los últimos tiempos, agradeció el esfuerzo a la Administración demócrata. Estados Unidos trató de demostrar que su figura todavía tiene influencia en Oriente Próximo, aunque el alto el fuego no lo gestara el presidente estadounidense como hubiera ocurrido hace años, sino el nuevo Egipto surgido tras la primavera árabe. El Gobierno norteamericano reconoce de forma subliminal que su papel en la zona se reduce al de acompañante o, en el mejor de los casos, al testaferro de un contrato apalabrado por otros. Estados Unidos gana también desde la debilidad, en una crisis en la que se han cantado muchas victorias para tan pocos éxitos.   

La población de Gaza fue la primera en salir a las calles a las nueve de la noche del pasado miércoles para celebrar el alto el fuego anunciado en El Cairo. Las negociaciones consiguieron poner fin a ocho días de bombardeos, cuando por momentos una incursión terrestre se vislumbraba como única opción. La mediación estadounidense y egipcia se felicitaban de forma recíproca y apenas pasaron unos minutos para que los líderes de Hamás y el Gobierno israelí comparecieran para interpretar el acuerdo como una victoria.

Gaza