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Las ventas mundiales de bonos desafían al dinero barato de los bancos centrales
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fuerte repunte de las rentabilidades

Las ventas mundiales de bonos desafían al dinero barato de los bancos centrales

Los bancos centrales proponen... pero los inversores están comenzando a disponer por su cuenta con unas ventas de deuda que amenazan la recuperación

Foto: El presidente del BCE, Mario Draghi
El presidente del BCE, Mario Draghi

Los bancos centrales proponen... pero los inversores están comenzando a disponer por su cuenta. El dinero barato que prometen los principales bancos centrales, que se han comprometido a mantener los tipos de interés en mínimos históricos hasta que la recuperación se afiance, se está convirtiendo en dinero caro en los mercados a través del incremento de los rendimientos de la deuda pública. Y esta tendencia, aunque se inserta dentro de un proceso de progresiva normalización desde unas condiciones financieras extraordinarias, contieneen su propia dinámicala capacidad de arruinar esa esperada reactivación de la economía porque encarece los costes de financiación para los Estados y las empresas y amenaza con reabrir las heridas de los países más endeudados.

La última demostración de esta separación entre el discurso de los señores del dinero y la respuesta de los inversores se produjo ayer. En la rueda de prensa posterior a la reunión en la que el Banco Central Europeo (BCE) mantuvo los tipos de interés en el mínimo histórico del 0,5%, su presidente, Mario Draghi, confesó que la recuperación de la Eurozona sigue siendo demasiado débil como para descartar más rebajas del precio del dinero y que la economía todavía está sometida a riesgos bajistas. Reiteró, además, el mensaje de que "los tipos seguirán al nivel actual o más bajos durante un largo periodo de tiempo".Vamos, que en su hoja de ruta actual no contemplauna fuerte recuperación ni una posible subida de los tipos de interés.

Con ese diagnóstico, y ante unas expectativas que auguraban un Draghi algo más optimista sobre la evolución de la economía, no había razón aparente para que hubiera ventas de bonos en la Eurozona. Más bien todo lo contrario. Pero es justo eso lo que ocurrió. Las ventas de deuda arreciaron por la tarde, ya con las palabras del banquero italiano sobre la mesa. Aunque no ocurrió solo en la deuda de la zona euro. Se trató de un fenómeno global, una oleada de ventas de bonos que, como huella, dejó los rendimientos más altos de los últimos tiempos.

La secuencia resultó espectacular. El rendimiento del bono estadounidense repuntó del 2,89 al 2,97% y se quedó a las puertas del 3%, un nivel que no toca desde julio de 2011. Sí llegó hasta esa cota el bono británico, que escaló del 2,88 al 3,008%, algo que no se veía desde el verano de 2011. Otro que superó una cifra redonda fue el bund alemán, que saltó del 1,94 al 2,04% para marcar su cota más alta desde marzo de 2012. Todo ello, pese a que Estados Unidos mantiene el precio oficial del dinero entre el 0 y el 0,25% desde diciembre de 2008 y ha asegurado que no tiene previsto tocarlo hasta 2015; pese a que Reino Unido tienelos tipos en el 0,5% desde 200'9 y tampoco contempla subirlos; y pese a que Draghi reiteró ayer que la posibilidad de bajar más los tipos continúa abierta.

Nada de ello importó. Y la sacudida fue global. El interés de los bonos suecos también se tensó hasta máximos desde 2011 al alcanzar el 2,74%; los austriacos y los holandeses, en el 2,46% en ambos casos, se encuentran en máximos desde la primavera de 2012. El de los franceses, en el 2,62%, es el más alto desde junio del año pasado.Y el rendimiento de los bonos austrialianos a 10 años, en el 4,07%, se encuentra en zona de máximos desde abril de 2012. Los periféricos tampoco se salvaron de la estampida. En el caso español, y tras conseguir por la mañana 4.000 millones en una subasta de bonos y obligaciones a 10 años, la rentabilidad de los bonos a 10 años repuntó del 4,51 al 4,617%, el nivel más alto desde comienzos de agosto. Mayor fue el castigo para el bono italiano, que escaló del 4,42 al 4,55%, el mayor interés desde junio. Y hasta julio retrocedió el bono portugués tras acelerarse del 6,77 al 6,99%.

Pensando en el 18 de septiembre

Si los principales bancos centrales están prometiendo que el precio del dinero seguirá en mínimos históricos durante más tiempo, ¿a qué se debió este éxodo de la deuda? Principalmente, a otra remesa de buenos datos económicos en Estados Unidos, que acentuaron la sensación de que la Reserva Federal (Fed) estadounidense reducirá sus estímulos monetarios en la reunión de los días 17 y 18 de septiembre.

Entre esos datos, ayer destacaron dos. El primero, la caída de las peticiciones de subsidio de desempleo durante la semana pasada hasta las 323.000, por debajo de las 330.000 previstas y de la media de 346.000 que se viene registrando en 2013. Y el segundo, al espectacular repunte de la actividad en el sector servicios, que subió en agosto hasta los 58,6 puntos, por encima de los 56 puntos de julio, de los 55 puntos previstos y, sobre todo, el dato más alto desde 2005. Como esta estadísticacomplementa a la conocida el martes sobre la actividad del sector empresarial, que escaló más de lo previsto durante el mes pasado y alcanzó el nivel más alto desde 2011, la impresión conjunta es que la economía estadounidense está empezando a crecer con más fuerza.

Esta impresión pasará hoy una prueba definitiva con los datos de empleo de agosto. Las previsiones contemplan una creación de 180.000 empleos, por encima de los 162.000 de julio, en tanto que la tasa de desempleo se mantendría en el 7,4%. Cuanto más se superen estas previsiones, mayor será la probabilidad de que la Fed aminore la marcha de su tercera ronda de estímulos cuantitativos (QE3), con la que hasta ahora viene dedicando 85.000 millones de dólares al mes a la compra de deuda pública e hipotecaria.

Con el mercado descontando, por un lado, que la entidad presidida por Ben Bernanke comenzará a comprar menos bonos y confiando, por otro, en que la recuperación sí se está afianzando, la migración de la deuda soberana a otros activos como la renta variable está siguiendo su curso. "No deja de ser una normalización del mercado, con menor aversión al riesgo y rotación hacia la bolsa", explica José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España. Constituye, por tanto, una transición desde una situación excepcional -tipos oficiales y tipos a largo plazo en los niveles más bajos de siempre- hacia otra más normal, aunque ese viaje entraña sus riesgos. "Al final, no sólo supone un ajuste al alza en las valoraciones de los activos alternativos, sino también en el coste de financiación. Es un test interesante del optimismo sobre la recuperación económica", reconoceMartínez Campuzano.

Los bancos centrales proponen... pero los inversores están comenzando a disponer por su cuenta. El dinero barato que prometen los principales bancos centrales, que se han comprometido a mantener los tipos de interés en mínimos históricos hasta que la recuperación se afiance, se está convirtiendo en dinero caro en los mercados a través del incremento de los rendimientos de la deuda pública. Y esta tendencia, aunque se inserta dentro de un proceso de progresiva normalización desde unas condiciones financieras extraordinarias, contieneen su propia dinámicala capacidad de arruinar esa esperada reactivación de la economía porque encarece los costes de financiación para los Estados y las empresas y amenaza con reabrir las heridas de los países más endeudados.