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Barcelona permite a sus concejales tener sólo la ‘estelada’ en su despacho
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NI ES BANDERA OFICIAL NI ESTÁ RECONOCIDA

Barcelona permite a sus concejales tener sólo la ‘estelada’ en su despacho

Los concejales de Barcelona podrán tener en sus despachos oficiales la bandera independentista. Se trata de la bandera estelada, es decir, la senyera (bandera oficial catalana)

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Barcelona permite a sus concejales tener sólo la ‘estelada’ en su despacho

Los concejales de Barcelona podrán tener en sus despachos oficiales la bandera independentista. Se trata de la bandera estelada, es decir, la senyera (bandera oficial catalana) con un triángulo azul en el cual figura una estrella. No es una bandera oficial ni, hasta hace poco, era una enseña popular. Pero el proceso hacia la constitución de un Estado propio que Artur Mas ha iniciado le ha dado la importancia y la popularidad que antes no tenía. Y, aunque desde hace varios años ha comenzado a hacerse mayoritaria en las manifestaciones, nunca había entrado en los despachos oficiales.

Las cosas han cambiado de repente. Hace quince días, el PP tuvo conocimiento de que la concejal Francina Vila, del distrito barcelonés de Horta-Guinardó, tenía una estelada en su despacho oficial y esperó a que ayer hubiese Comisión de Presidencia para plantear el tema al alcalde, el convergente Xavier Trias. “Lo que queremos es que se vele por que las banderas que estén en despachos oficiales sean banderas también oficiales”, señala a El Confidencial àngels Estellés, edil del PP.

El concejal de Presidencia, Jordi Martí, fue el encargado de replicar a la popular: resulta que eso es una cuestión de “libertad” y que cada concejal puede hacer lo que quiera. Martí señaló también que no hay ninguna ley que obligue a que en los despachos haya determinadas banderas. Estellés, no obstante, difiere de esta afirmación. "La ley de banderas detalla qué banderas han de estar en los organismos oficiales . Y un despacho oficial de un concejal es un organismo oficial. Por tanto, los concejales están sujetos a la legalidad y, si están en un despacho oficial, han de ondear enseñas oficiales. Y la estelada no lo es. Por tanto, es su obligación que allí haya las enseñas que marca la ley”.

La edil popular recuerda que en numerosas ocasiones su partido ha tenido que exigir que en las fachadas de edificios oficiales –y especialmente en fechas señaladas- se pusiese no sólo la bandera catalana, sino también la española. “De momento, hemos conseguido que, al menos, esa norma se cumpla. Pero es una pena tener que pelear para que se ponga la bandera española”, subraya.

Los rifirrafes entre CiU y PP en el Ayuntamiento barcelonés son una prolongación de la batalla política que se libra en el Parlamento catalán. Los convergentes están inmersos en la tarea de crear “estructuras de Estado” para cuando Cataluña sea independiente y los populares les echan en cara que dedican más tiempo y esfuerzos a los temas identitarios que a intentar paliar la crisis económica.

El Consistorio barcelonés, por su importancia y peso social y económico, es un escenario de primera línea donde esa batalla se escenifica con mayor intensidad. Barcelona, como capital del futuro Estado catalán, quiere marcar camino. Y el alcalde Xavier Trias ya ha realizado pasos en ese sentido, hasta el punto de que los socialistas consideran que el Ayuntamiento es el banco bueno de Artur Mas, debido a que los fondos municipales sirven a la Generalitat para pagar sus compromisos sin pedir permiso a los barceloneses.

Suntuosos gastos identitarios 

Pero eso no es todo: Barcelona ha entrado también en el terreno de los suntuosos gastos identitarios. Para empezar, Trias encargó una gran bandera catalana cuyo mástil mide 17,14 metros (en referencia al año 1714, la caída de Barcelona ante las tropas de Felipe V) y tiene una superficie de 17,14 metros cuadrados. La 'broma' costó casi 7.000 euros. El Ayuntamiento también ha nombrado al periodista Toni Soler como responsable de los actos del Tricentenario de 1714, que se celebra el año que viene. Paralelamente al Consejo Asesor de la Transición Nacional de Artur Mas, a la Comisión de Conmemoraciones y a la Comisión de los actos del Tricentenario de la Generalitat (cuyo encargo se hizo al también periodista Miquel Calzada, Mikimoto), Trias creó su propia comisión.

Recientemente, el Ayuntamiento de Barcelona aprobó también una subvención de 10.000 euros para traducir al catalán la novela Victus, de Albert Sánchez Piñol, novela de la que el Consistorio compró también 500 ejemplares. La obra trata del asedio de Barcelona en 1714 y ha sido uno de los libros más vendidos en la jornada del 23 de abril.

Además, el alcalde prepara una inversión multimillonaria en el Centro Cultural del Born, que se convertirá en el centro neurálgico de los fastos de los 300 años. Sólo para el 2013, el gasto previsto es de 9 millones, aunque cuando haya finalizado su acondicionamiento y se ponga en marcha completamente las expensas totales alcanzarán los 84 millones de euros.

Ante la lluvia de millones previstos para la conmemoración de la caída de Barcelona, la oposición ha pedido explicaciones a Trias. En la comisión de Cultura que se celebró este martes, el PP volvió a insistir en conocer el calendario de actividades que tendrán lugar en el Born y lo que cuestan. “Nos han dicho que aún no tienen un calendario especificado y que ya nos contestarán cuando lo tengan”, dice a este diario àngels Estellés.

Los populares denuncian la manipulación que los nacionalistas hacen del tema del Tricentenario. “En las excavaciones que se hicieron en el Born, ha quedado demostrado que la Barcelona de 1714 era una ciudad cosmopolita, con un nivel comercial muy elevado y muy próspera. Nada que ver con la Barcelona sojuzgada por España que nos quieren hacer ver. Pero esta realidad se aleja de las tesis del nacionalismo, desmienten su teoría y no quieren decirlo”, señala la concejal popular.

Los concejales de Barcelona podrán tener en sus despachos oficiales la bandera independentista. Se trata de la bandera estelada, es decir, la senyera (bandera oficial catalana) con un triángulo azul en el cual figura una estrella. No es una bandera oficial ni, hasta hace poco, era una enseña popular. Pero el proceso hacia la constitución de un Estado propio que Artur Mas ha iniciado le ha dado la importancia y la popularidad que antes no tenía. Y, aunque desde hace varios años ha comenzado a hacerse mayoritaria en las manifestaciones, nunca había entrado en los despachos oficiales.