Mas: Cataluña no tiene el 100% de las garantías para independizarse

La independencia de Cataluña no está tan clara. Ni siquiera para Artur Mas, que se ha convertido en el paladín del secesionismo tras la manifestación del 11 de septiembre, en la que salieron a la calle millón y medio de catalanes reclamando la separación de España. Mas fue meridianamente claro el martes: su voluntad es convocar un referéndum sobre el “derecho a decidir” durante la próxima legislatura. Es decir, para que los ciudadanos decidan si quieren separarse o no de España.

Pero la letra pequeña tiene muchos más matices. “En el horizonte de este derecho a decidir, ha de caber el Estado propio. Cataluña no puede renunciar a la opción de formular su futuro, dentro de Europa y del euro y con puentes con el resto de España. Pero para llegar a ello, se han de tener las garantías de que es posible. Y, hoy por hoy, el 100% de estas garantías no existen. Lo que sí tenemos es la certeza, la determinación y la voluntad de que el pueblo catalán se pronuncie durante la próxima legislatura”, explicó Mas.

El presidente catalán señaló también que está dispuesto a lo que sea para poder materializar el referéndum. En una respuesta realizada en inglés a un medio extranjero, explicó que intentará mantenerse dentro del marco legal de las leyes locales o, en último extremo, recurrirá a la legislación internacional para poder llevar a cabo la consulta. De todos modos, también admitió que no sabe todavía cuál sería la pregunta a incluir en ese referéndum. “Eso dependerá del momento en que se realice. Ya se verá. Lo único que queremos es que pueda dar la oportunidad a los ciudadanos de pronunciarse”, subrayó.

Para Mas, una Cataluña independiente es ”perfectamente viable desde el punto de vista económico”. A este respecto, desgranó algunas cifras: los recursos de riqueza anual son de 200.000 millones de euros. ”Es decir, con 7,5 millones de habitantes, tiene una producción igual a Portugal, que tiene 10 millones de ciudadanos. Además, la economía catalana es equivalente a la de algunos países relativamente pequeños de Europa. Y no digo a la de los más pequeños, a los que sobrepasamos. Hay que tener en cuenta, por otro lado, que tenemos una gran capacidad de abrirnos al mundo, como se demuestra por el aumento de exportaciones. Y cada día hay más empresas con delegación fuera, aparte de que somos una potencia turística y de que la inversión extranjera también crece”.

Apoyo de otras autonomías en la cumbre

Mas subrayó que, aunque “voluntariamente” no intervino en la discusión del debate sobre la necesidad de revisar el modelo de financiación autonómica (“Cataluña no puede entrar en ese debate, porque ha de quedar fuera del café para todos, ya que todos querrán exactamente los mismos dineros independientemente de lo que aporten. Por tanto, Cataluña ha de tener un sistema bilateral muy diferente, lo que no quiere decir insolidario”, justificó), sí intentó liderar las críticas al reparto del esfuerzo fiscal.

“Si atendemos al reparto de los déficits públicos y a los sacrificios y a las cargas, lo que pretende el Gobierno central es injusto y desleal. Para el 2013, España tiene autorizado un déficit del 4,5% del PIB. Pero de ese porcentaje, el 3,8% se lo queda el Gobierno central y el 0,7% corresponde a las comunidades autónomas, cuando éstas tienen el 37 o el 38% del gasto público total de España. Si nos obliga a hacer esos sacrificios, sólo lo podemos hacer con recortes en sanidad, educación y servicios sociales y eso pone en riesgo las líneas básicas de la cohesión social”, aseguró Artur Mas.

Su opinión es que el margen de déficit fiscal que deberían soportar las autonomías tendría que ser de un tercio. “Las previsiones que había era situar el déficit en el 3% para el 2013. Y a las autonomías le correspondía el 1,1%, es decir, aproximadamente un tercio. Pero resulta que Europa accede a situar el techo del déficit en el 4,5% y, en cambio, a las autonomías nos lo rebaja el Gobierno central hasta el 0,7%, es decir, menos de un sexto. Eso es injusto. Y más teniendo en cuenta que entre el 70 y el 75% de nuestros presupuestos se van en sanidad, educación y servicios sociales. Lo lógico sería que ya en este año, las autonomías pudiésemos soportar un tercio del déficit total del conjunto del Estado”.

Por si fuera poco, calificó de “irreal” lo que pide el Gobierno central. Y eso le puede pasar factura más tarde. Sus planteamientos, aseguró, fueron apoyados por las comunidades gobernadas por el PSOE y por algunas del PP.