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Podemos sacude las primarias del PSOE y reta a los candidatos con la moción a Rajoy
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LA LUCHA DEL 39º CONGRESO FEDERAL

Podemos sacude las primarias del PSOE y reta a los candidatos con la moción a Rajoy

Los socialistas denuncian el intento de Iglesias de embarrar el proceso interno. Sánchez, Díaz y López se unen contra la iniciativa y le recuerdan que pudo haber propiciado el cambio hace un año

Foto: Pablo Iglesias, rodeados de los portavoces de Unidos Podemos, dirigiéndose a la rueda de prensa en el Congreso. (EFE)
Pablo Iglesias, rodeados de los portavoces de Unidos Podemos, dirigiéndose a la rueda de prensa en el Congreso. (EFE)

Otro poderoso golpe de efecto. Con una puesta de escena similar a la de hace más de un año y vivido casi como una afrenta al PSOE más que como un bofetón al PP. Los socialistas encajaron mal y digirieron peor el anuncio sorpresa de Pablo Iglesias de preparar una moción de censura contra Mariano Rajoy. La sensación generalizada era que Podemos había lanzado la bomba abocada al fracaso desde el primer minuto para "interferir" en sus primarias. Pero la reacción, en cambio, unió a los tres candidatos: ninguno recogió el guante y los tres recordaron al líder de la formación morada que ya pudo investir a un presidente socialista en marzo de 2016, y no quiso. Ni siquiera Pedro Sánchez, el que enarbola un discurso más contundente contra el jefe del Ejecutivo —de él pide su dimisión ya—, quiso secundar la propuesta de Iglesias, aunque sí dejó abierta la puerta a una moción de censura en el futuro, que en todo caso pretende liderar él si sale ungido por las bases como nuevo secretario general el 21 de mayo. Sin embargo, más allá del no de Sánchez, Susana Díaz y Patxi López, lo cierto es que la oferta del partido morado está diseñada para desafiar a los tres candidatos, tanto si se debate antes (más improbable) como si se debate después de la votación de los militantes socialistas.

Iglesias compareció este jueves en el Congreso rodeado de los portavoces de su partido y de las confluencias, emulando la foto del 22 de enero de 2016: la imagen de los máximos colaboradores del líder arropando su apuesta. Entonces, su órdago era hacerse con una vicepresidencia todopoderosa dentro de un Gobierno de coalición con el PSOE. Aquel triple salto mortal, del que no previno a Sánchez —secretario general por aquellos días—, encabritó a los socialistas. Les conmocionó y les hizo barruntar que la intención de Podemos de tejer una alianza entre las dos formaciones de izquierda no era sincera. Ahora, la apuesta es otra: una moción de censura contra Rajoy, justificada por la necesidad de dar salida a una "grave situación institucional" por el agolpamiento de casos de corrupción y el intento del PP de "patrimonializar" el aparato del Estado. Su "obligación ética" es hacer todo lo que esté en su mano para liquidar la "descomposición" y la "emergencia democrática" que ha provocado la corrupción de los populares, cuyo último exponente es la operación Lezo. No adelantó ni quién sería el candidato ni con qué programa se presentaría en la Cámara.

La formación morada no se quiere echar atrás pese a la falta de apoyos y baraja que se pueda votar su iniciativa en el entorno de la votación del 21-M

Unidos Podemos solo recibió el respaldo explícito de Compromís —socio electoral en las generales del 20-D y del 26-J— y el sí con condiciones de ERC, que avisó de que daría su apoyo si se allana el camino a un referéndum independentista en Cataluña. Hasta el PNV y el PDeCAT (la antigua Convergència) criticaron a la formación morada por su falta de "seriedad" y "concreción". Pero el portazo más rápido y tajante llegó de PSOE y Ciudadanos. Enseguida se comprobó que no había números.

PSOE, Ciudadanos y PNV rechazan la propuesta de moción de censura de Unidos Podemos contra Rajoy

Un "balón de oxígeno" al PP

"Entonces nos engañó, ahora no nos va a engañar. La respuesta es no", respondió el portavoz socialista, Antonio Hernando, que denunció la "mala fe", la "irresponsabilidad" y la ausencia de "rigor" por parte de Iglesias, desplegando la "misma" actitud que hace un año, cuando impidió la investidura de Sánchez como presidente del Gobierno. El PSOE había tenido noticia de la iniciativa de Iglesias poco antes de su rueda de prensa en la Cámara Baja: intentó contactar con el líder de la gestora, Javier Fernández, y finalmente pudo hablar con su número dos, Mario Jiménez, quien, según fuentes de Ferraz, le advirtió del "error" de su estrategia, por cuanto suponía dar un "balón de oxígeno" a Rajoy y al PP. Una idea que trasladó Hernando: se estaba perdiendo un "tiempo precioso" en pedir explicaciones al presidente "con estos fuegos artificiales".

Iglesias desea capitalizar la indignación social generada por los casos de corrupción. Ana Pastor tiene en sus manos decidir la fecha del debate

"Mariano se debe de estar frotando las manos, ya que con esto se le descarga la presión", indicaban después fuentes próximas al portavoz, que acusaban al jefe del partido morado de "interferir" sin tapujos en las primarias del PSOE. Verbo que por cierto utilizó el presidente extremeño, el susanista Guillermo Fernández Vara, quien denunció la "neurosis obsesiva" de Iglesias con los socialistas.

Desde la dirección de Podemos niegan cualquier voluntad de injerir en el congreso del PSOE, escudándose en la “urgencia” de dar una respuesta ante la “excepcionalidad” que vive el país tras destaparse los casos de corrupción en el PP. El rechazo frontal mostrado por el PSOE fue recibido con “sorpresa” por parte de la formación morada, y aunque son pesimistas en un cambio de posición, aseguran que estarían dispuestos a respetar los tiempos internos de los socialistas, hasta que elijan a su secretario general, si se prestan a apoyar la iniciativa.

El PSOE ve en la moción de censura de Pablo Iglesias la "misma mala fe" que hace un año

Con o sin los apoyos suficientes para garantizar que la moción de censura salga adelante, Podemos no dará marcha atrás. La moción se presentará con total seguridad, aunque sea en solitario (para ello basta con 35 diputados), en “las próximas semanas”. Como tope han establecido finales de mayo, por lo que podría coincidir tanto antes como después de las primarias del PSOE. El reglamento de la Cámara Baja señala que la votación de la moción de censura debe hacerse al menos cinco días después de su presentación. Pero quien convoca el pleno es la presidenta del Congreso, la popular Ana Pastor. En sus manos estará hacer que se celebre la sesión en la recta final de las primarias del PSOE o bien con las urnas cerradas, una vez ya elegido el nuevo secretario general.

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"Abrir un debate"

El objetivo principal de Podemos es “abrir un debate” que, dicen, ya se está dando en la sociedad civil. De esta forma tratan de impulsar una estrategia de fondo mediante la que buscan presentarse como única alternativa al Gobierno del PP y polarizar con lo que denominan la “triple alianza” de PP, PSOE y Ciudadanos. Capitalizar la indignación social generada por los casos de corrupción y hacerse con el título de líderes de la oposición son otros de los asuntos en juego.

Sánchez insiste en su mensaje de que Rajoy debe dimitir "y luego ya se verá". No descarta una moción en el futuro, pero no la ofertada por Podemos

Iglesias se reunió la tarde de este jueves con su núcleo duro para diseñar la agenda de los próximos días, centrándose en cerrar reuniones con otras formaciones políticas, principalmente las catalanas, y con organizaciones de la sociedad civil, incluidos los sindicatos. Todo ello enfocado a recabar el mayor número de apoyos posibles, tanto dentro como fuera del Congreso. La formación prepara también un referéndum interno para medir el apoyo de sus bases a esta iniciativa tomada por la dirección del partido y no descarta convocar movilizaciones en la calle contra la corrupción.

La estrategia de Podemos cohesionó por un día, siquiera artificialmente, al PSOE. "Hace un año no hubiera hecho falta una moción de censura para desalojar al PP", aseguró Sánchez desde Viveiro (Lugo). A los que "empiezan la casa por el tejado", dijo en alusión a Podemos, les dice que su propuesta es que Rajoy "comparezca en el Congreso, asuma sus responsabilidades y dimita como presidente del Gobierno". Esta fue la idea fuerza del exlíder, manifestada desde primera hora de la mañana en la SER en una entrevista en la que reconoció que "ahora mismo" no existe "una mayoría alternativa" a la nucleada en torno al PP. Sánchez, como advertían desde su equipo, no se niega a estudiar una moción de censura, pero no aceptará la ofrecida por Podemos. "Que dimita Rajoy y ya se verá", deslizan, sin aclarar cuál es el siguiente paso, puesto que si el jefe del Ejecutivo se va —cosa que no parece que quiera hacer—, debería haber necesariamente otra investidura, de un candidato del PP o de otro partido.


Si los colaboradores del exsecretario calificaban de "fuegos de artificio" la oferta de Iglesias, Susana Díaz hablaba de "numerito", de "pantomima", de su afán por convertirse en el "centro de atención" y por "intervenir" en los procesos del PSOE. "Lo tenemos muy visto", dijo, apuntando a lo que ocurrió hace un año, cuando se invistió por anticipado como vicepresidente del Gobierno, "repartiendo cargos y pidiéndose el CNI". "¿Con qué candidato y con qué apoyos pretende sacar adelante su moción de censura? ¿Ahora sí vale el apoyo de Ciudadanos?", se preguntó Patxi López desde Twitter, que como sus rivales recordó que Iglesias, "cuando tuvo la oportunidad real de cambio en España votó no a un presidente socialista".

Foto: Pedro Sánchez, este 26 de abril durante su acto con simpatizantes en Pontevedra. (EFE)

¿A quién beneficia?

Los susanistas tenían claro que el gesto de Podemos no beneficiaba al candidato que más próximo se ha situado a la formación morada, Pedro Sánchez. "Le perjudica porque las bases del PSOE se sienten agredidas por el intento de intromisión de Pablo, como enfadó lo que ocurrió el año pasado. Se demuestra el pelaje del personaje y destroza la estrategia de Pedro. Y además Podemos echa un salvavidas a Rajoy". La impresión de que el exlíder no es el que sale mejor parado de este envite era compartida por los seguidores de López.

Los susanistas creen que el gesto dañará a Sánchez porque recuerda el enfado de las bases con Iglesias y porque molesta su intento de "intromisión"

Los partidarios de Díaz también creen que Sánchez yerra al pedir la dimisión del presidente del Gobierno ahora, porque ya se demandó en el pasado sin éxito —el primero fue Alfredo Pérez Rubalcaba, en 2013— y porque no avanza cuál es el paso siguiente. "Y al decir que no había una mayoría alternativa, nos da la razón cuando decíamos que su verdadero propósito era ir a elecciones y blindarse en el poder", sostienen. En el equipo de la candidata respaldan la estrategia de la gestora: que se monte la comisión de investigación sobre la financiación del PP, forzar a Rajoy a que se explique ante ella y tomar decisiones después. "El PSOE va a ser muy firme, nos va en ello la credibilidad, pero es mejor no hacer aspavientos ni golpes de efecto", defienden. Los patxistas creen que el discurso de la corrupción ya está "amortizado" entre las bases del partido, puesto que ya están muy decantadas en esta batalla interna.


Los sanchistas, sin embargo, están convencidos de que la posición diáfana de su jefe conecta con la parte de la militancia que nunca digirió bien que se facilitara el Gobierno a Rajoy. "Esta apuesta clarifica las posiciones, ayuda a poner sobre la mesa con crudeza qué opciones hay. La candidatura de la abstención es directa o indirectamente responsable de lo que ocurre en este país. Y no pide la salida de Rajoy porque está atrapada en una decisión que se ha demostrado errónea", indicaba uno de los portavoces del aspirante. "Que no haya secretario general beneficia al PP y a Podemos, ya lo dijimos", abundaba una de sus principales colaboradoras.

A la espera de la comisión que investigue las cuentas del PP

La creación de la comisión de investigación sobre la presunta financiación ilegal del PP no será tan inminente. El PSOE deseaba que se constituyese a finales de la semana próxima, justo después del debate de totalidad de los Presupuestos de 2017. Pero, como pronto, no estará lista hasta la segunda semana de mayo. Lo mismo ocurrirá con la otra comisión de investigación pendiente de abrir, la que analizará la crisis financiera desde 2000

Para poder dar vida a los dos órganos, los grupos parlamentarios han de elegir a sus representantes en ambas y pactar el nombre de quién las presidirá. El PSOE defendió en la Junta de Portavoces de este jueves que los grupos designaran a sus comisionados este mismo viernes, a fin de que el órgano que debe escrutar las cuentas del PP estuviera listo como máximo el 5 de mayo, y el que ha de estudiar la quiebra bancaria, el día 8. Sin embargo, los otros partidos de la oposición calificaron de precipitados esos plazos. 

Ante la falta de consenso, la presidenta del Congreso, Ana Pastor, optó por dar una semana de margen para que los grupos elijan a sus representantes. Estos deberán tener sus nombres preparados para el 5 de mayo, informa Europa Press. PP y PSOE ya apalabraron conceder la presidencia de la comisión de cajas a la portavoz de Coalición Canaria, Ana Oramas, pero aún no han trabajado sobre quien deberá pilotar la investigación de la supuesta financiación ilegal del PP. 

El portavoz de los conservadores, Rafael Hernando, criticó el cambio de criterio de los grupos, la ruptura de la norma no escrita en la Cámara de que no se simultaneen dos o incluso tres comisiones de investigación, porque los partidos pequeños tienen dificultades para atender a todas sus obligaciones parlamentarias. Pero el PP está en minoría y no tiene más remedio que aceptar que se abran ambas comisiones.  

Otro poderoso golpe de efecto. Con una puesta de escena similar a la de hace más de un año y vivido casi como una afrenta al PSOE más que como un bofetón al PP. Los socialistas encajaron mal y digirieron peor el anuncio sorpresa de Pablo Iglesias de preparar una moción de censura contra Mariano Rajoy. La sensación generalizada era que Podemos había lanzado la bomba abocada al fracaso desde el primer minuto para "interferir" en sus primarias. Pero la reacción, en cambio, unió a los tres candidatos: ninguno recogió el guante y los tres recordaron al líder de la formación morada que ya pudo investir a un presidente socialista en marzo de 2016, y no quiso. Ni siquiera Pedro Sánchez, el que enarbola un discurso más contundente contra el jefe del Ejecutivo —de él pide su dimisión ya—, quiso secundar la propuesta de Iglesias, aunque sí dejó abierta la puerta a una moción de censura en el futuro, que en todo caso pretende liderar él si sale ungido por las bases como nuevo secretario general el 21 de mayo. Sin embargo, más allá del no de Sánchez, Susana Díaz y Patxi López, lo cierto es que la oferta del partido morado está diseñada para desafiar a los tres candidatos, tanto si se debate antes (más improbable) como si se debate después de la votación de los militantes socialistas.

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