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Podemos intensifica la guerra con los medios privados para colocar a sus tertulianos
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TRAS LA POLÉMICA CON LA 'CADENA SER'

Podemos intensifica la guerra con los medios privados para colocar a sus tertulianos

La posición del partido adoptada tras su última polémica con la Cadena SER va un paso más allá de anteriores debates sobre los medios, cuando las propuestas de regulación se limitaban a lo público

Foto: El líder de Podemos, Pablo Iglesias, durante una entrevista en la 'Cadena SERr'. (EFE)
El líder de Podemos, Pablo Iglesias, durante una entrevista en la 'Cadena SERr'. (EFE)

“En todos los programas y en todos los partidos es la dirección (de las formaciones políticas) la que decide quién va y los cambios son habituales. Los demás es propaganda”. Así zanjaba el secretario de Organización de Podemos, Pablo Echenique, la última polémica protagonizada por el partido con los medios de comunicación. Previamente se había producido un encontronazo entre Podemos y la 'Cadena SER' a cuenta de Íñigo Errejón, a quien querían hacer rotar de la tertulia 'Hora 25' para que participase en su lugar la portavoz parlamentaria Irene Montero. La cadena se negó al cambio y la formación visibilizó el conflicto tratando de acudir a la tertulia para, desde el exterior de las instalaciones donde se celebraba, denunciar su "veto".

De lo que habría hablado Irene Montero si no le hubiesen impedido entrar en la tertulia de la Cadena SER

La tensa escena podría quedarse en una simple anécdota o una criticable estrategia de comunicación política, pero la historia tiene otro trasfondo, más allá de la ruptura de la tregua decretada tras Vistalegre II entre el pablismo y el errejonismo. Se trata de la concepción misma del ecosistema mediático y la regulación de los grandes medios de comunicación privados. Como suele ser habitual en la formación, la polémica, más o menos buscada, se ha tratado de utilizar como excusa para abrir el debate y poner sobre la mesa la postura que defiende el partido. Eso sí, el momento elegido para ello, con la agenda centrada en los casos de corrupción del PP, no podía ser peor.

Foto: El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias. (EFE) Opinión
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Completando las afirmaciones del secretario de Organización, que iban acompañadas del extracto de una información de la agencia EFE en la que se daba cuenta cómo las direcciones de PSOE y C's habían decidido en el pasado sus portavoces en los programas de la cadena, el responsable de discurso, Pedro Honrubia, uno de los miembros del núcleo duro de Pablo Iglesias salido de Vistalegre II, lanzaba una reflexión con pistas claras sobre el control de los medios privados: “No son propietarios del derecho ciudadano a la información”.

El texto difundido en redes continúa afirmando que “ellos mandan en lo suyo, nosotros en lo nuestro”. Todo ello para establecer la diferencia de que “ellos son medios para el ejercicio de un derecho ciudadano y no propietarios de ese derecho”, mientras que un partido político “tiene otra función en la cual ciertas decisiones no afectan a los derechos de nadie”.

“Ellos son medios para el ejercicio de un derecho ciudadano y no propietarios de ese derecho”

Como conclusión, el responsable de discurso y miembro de la dirección del partido sentencia que “tenemos derecho a gestionar nuestra política de comunicación y a reclamar que se nos dé espacio en una tertulia política como esa donde están todos los partidos. Si solo nos lo quieren dar bajo unas determinadas condiciones pues es su decisión y no se puede hacer otra cosa más allá de la denuncia del hecho, pero que no crean que con eso nos van a imponer sus criterios”. El texto remata con el 'leitmotiv' que han repetido todos los miembros de la dirección al referirse a la polémica: “En Podemos manda la gente, no Cebrián”, en referencia al consejero delegado del grupo Prisa, al que pertenece la 'Cadena SER'.

La posición del partido va un paso más allá de anteriores debates sobre los medios, cuando las propuestas de control y regulación se limitaban a los públicos. Al igual que en los programas electorales, se evitaba desarrollar en su posicionamiento el funcionamiento de los grupos de comunicación privados, dejando atrás unas declaraciones de Pablo Iglesias, previas a la fundación de Podemos, que todavía lo persiguen a día de hoy: “Todos los medios (de comunicación), sin excepción, son el enemigo”. Una afirmación que realizó durante un taller de comunicación política en una universidad de verano de Izquierda Anticapitalista (hoy Anticapitalistas, corriente integrada en la formación), y que sus rivales políticos han utilizado como advertencia de las hipotéticas políticas comunicativas que implantaría Podemos de llegar al poder.

De primer altavoz a enemigo declarado

En el programa con el que la formación concurrió a las últimas elecciones generales, las propuestas en política mediática se ciñen a una reforma de la Ley General de la Comunicación Audiovisual (LGCA). Esta consistiría en “desgubernamentalizar los medios públicos”, revisar “los criterios de gestión del espectro radioeléctrico para garantizar un reparto más equilibrado”, reconocer y proteger los medios sociales y comunitarios sin ánimo de lucro y, por último, “crear un Consejo del Audiovisual, independiente e integrado en la Plataforma Europea de Autoridades Reguladoras (EPRA)”.

La guerra abierta por Podemos como consecuencia de no poder colocar a los tertulianos elegidos por la dirección del partido no se entendería sin conocer la relación de dependencia que tuvo Iglesias para hacer despegar su proyecto político, a base de presentarse a la opinión pública en los platós de televisión y lanzar sus mensajes en los medios que le dieron cobertura. Precisamente, la 'Cadena SER' fue de los primeros, incluyendo a Errejón como tertuliano fijo antes incluso de llegar a las instituciones, mientras que en el espacio matutino del canal televisivo Cuatro, presentado por el periodista Jesús Cintora, se le cedió un asiento fijo a Pablo Iglesias como tertuliano antes incluso de lanzar Podemos.

En julio de 2012, durante un curso de verano en Valencia organizado por la Academia de Pensamiento Crítico y titulado 'Poder, Ideología y Medios de Comunicación', Iglesias lo dejaba claro: “El 95% de un liderazgo es un dispositivo audiovisual, el 95% de una campaña electoral es un dispositivo audiovisual y el 95% de lo que puede decir una organización política es también un dispositivo audiovisual. Mucho más importante que las propuestas y que el eventual diseño de un programa de gobierno alternativo es el discurso”.

“En todos los programas y en todos los partidos es la dirección (de las formaciones políticas) la que decide quién va y los cambios son habituales. Los demás es propaganda”. Así zanjaba el secretario de Organización de Podemos, Pablo Echenique, la última polémica protagonizada por el partido con los medios de comunicación. Previamente se había producido un encontronazo entre Podemos y la 'Cadena SER' a cuenta de Íñigo Errejón, a quien querían hacer rotar de la tertulia 'Hora 25' para que participase en su lugar la portavoz parlamentaria Irene Montero. La cadena se negó al cambio y la formación visibilizó el conflicto tratando de acudir a la tertulia para, desde el exterior de las instalaciones donde se celebraba, denunciar su "veto".

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