Rajoy amaga con crear una comisión sobre las finanzas de PSOE, Podemos y C's

Mariano Rajoy y Albert Rivera han llevado al pleno del Congreso su pelea por la diferente interpretación de los compromisos de investidura alcanzados el pasado año que permitieron el desbloqueo político. El presidente de Ciudadanos amenaza con encabezar la iniciativa para crear en el Congreso una comisión de investigación sobre la 'Caja B del PP' y el jefe del Ejecutivo amaga con montar en el Senado la misma comisión, pero para investigar la financiación de todos los partidos, la del PSOE en Andalucía, la de Podemos desde Venezuela o los apoyos empresariales de los 'riveristas'.

Ciudadanos insiste en montar una comisión específica sobre la corrupción y la “financiación ilegal” del Partido Popular, acusación que da por demostrada igual que la existencia de la 'Caja B' en la sede de Génova basada en las declaraciones de Luis Bárcenas. Es una vía que garantizaría la presencia permanente en la Cámara del problema que más ha contribuido al desgaste electoral de la formación que dirige Rajoy.

El Partido Popular admite que los acuerdos con Rivera incluyen el compromiso de desnudar sus cuentas, pero aspira a mezclar sus escándalos con los casos que afectan a los demás, los conocidos y los que saldrían después, en una comisión más genérica que sirviera además para plantear nuevas propuestas legislativas, normativas o de acuerdos entre partidos para combatir mejor la corrupción.

Desde ese choque de interpretaciones, más la diferencia de fondo en el mantenimiento del Pedro Antonio Sánchez al frente del gobierno de la Región de Murcia, Rivera ha acusado a Rajoy de incumplir la palabra que dio el aspirante a la presidencia del Gobierno de permitir la indagación parlamentaria sobre las cuentas de su partido. "Le pido que cumpla su palabra porque con ustedes o sin ustedes, aquí se va a poner en marcha la comisión de investigación de la Caja B del PP", dijo retador el jefe de Ciudadanos seguro de contar en el empeño con el apoyo del PSOE y Podemos.

Rivera elevó el tono al detallar que llamará a declarar a los cuatro tesoreros del PP imputados, aunque no sabía si vendrían en persona a la Cámara “tendrán que hacer Skype desde la cárcel”.

El jefe del Ejecutivo replicó que sigue dispuesto a cumplir todos los compromisos de la investidura, pero que insistía en negociar sobre el formato y contenido de esa comisión si debe incluir a los demás partidos proponentes como el PSOE, Podemos y Ciudadanos, o incluso en qué Cámara se tendría que convocar.

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Rajoy amagaba así con utilizar la mayoría absoluta del Grupo Popular en el Senado para contraprogramar cualquier comisión contra su partido que Ciudadanos, PSOE y Podemos puedan montar en el Congreso. Y sin depender de compromisos previos con ningún grupo como tendrá que hacer Rivera con los socialistas y los 'podemitas' en la Cámara baja.

El presidente del Gobierno ofreció una vía intermedia entre el reto de Rivera y su propio amago: reconducir el escándalo de la corrupción en el PP, junto con los demás, hacia la actual subcomisión sobre “calidad democrática” que ya estudia mejoras en el funcionamiento del sistema. Para remachar, Rajoy llamó al presidente de Ciudadanos a “mirar adelante” para evitar quedarse cual estatua de sal de tanto mirar atrás.