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Historia de un saqueo: cómo Díaz Ferrán vació la caja de sus empresas
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ENÉSIMO JUICIO CONTRA EL EXPRESIDENTE DE CEOE

Historia de un saqueo: cómo Díaz Ferrán vació la caja de sus empresas

Gerardo Díaz Ferrán, el expresidente de CEOE, es hoy un ángel caído. Un juez ha contado en un reciente auto cómo saqueó algunas de sus empresas en una vertiginosa fuga hacia delante

Foto: Fotografía de archivo de Gerardo Díaz Ferrán. (EFE)
Fotografía de archivo de Gerardo Díaz Ferrán. (EFE)

La figura que proyecta Gerardo Díaz Ferrán esla de un ángel caído. Pero el expresidente de CEOE representa hoy, sobre todo, la imagen de un empresario–hoy en prisión– que en plena fuga hacia delante saquea literalmente sus empresas para continuar con la fábula.

Esto es lo que se cuenta en un reciente auto del juzgado número 36 de Madrid en el que se describe con todo lujo de detalles la maquinaria diabólica que construyó Díaz Ferrán para descapitalizar un enjambre de sociedades y dar apariencia de solvencia, cuando en realidad el conglomerado empresarial que construyó a partir de la nada con su socio de toda la vida desde los tiempos de la universidad, Gonzalo Pascual (hoy fallecido), era una ruina.

La historia de la fuga hacia adelante tiene su punto culminante en marzo de 2010, cuando el Ministerio de Economía procede a la disolución administrativa de Seguros Mercurio. Pero viene de algunos años atrás. El capital social de la compañía ascendía por entonces a 14,76 millones de euros, pero lo que hizo Díaz Ferrán, sostiene el juez instructor, es pedir a un subordinado suyo, José Lorenzo Chacón, 30 millones de euros “con el fin de obtener liquidez”, dice el auto, para cubrir agujeros en otras empresas del grupo. El resultado, como no podía ser de otra manera, es una descapitalización de Seguros Mercurio, cuyo Fondo de Inversión, tutelado por la dirección general de Seguros, desaparece de un plumazo.

Hacía falta, sin embargo, más dinero. Mucho dinero para continuar con la pantomima y dar imagen de solvencia en unos momentos claves para la reciente historia de España (la crisis era algo más que una evidencia y Zapatero exigía un pacto social firmado por CEOE). El 29 de enero de 2009, Seguros Mercurio compró el hotel Vistanova, situado en el término municipal de Calviá (Baleares), propiedad de Teinver, precisamente la instrumental de Díaz Ferrán y Pascual que está en medio de todas las oscuras compraventas de la pareja. Teinver era, de hecho, propietaria del 20,7% de Seguros Mercurio, por lo que todo quedaba en casa. El resto se canalizaba a través de otras sociedades de la pareja. Se pagó, es un decir, ocho millones de euros, aclara el auto del juez instructor.

Pero los verdaderos receptores fueron Air Comet (dos millones de euros) sin que se haya encontrado “ningún documento que acredite la razón del traspaso”. Ni que decir tiene que los dueños de Air Comet eran el propio Díaz Ferrán y su socio. Otros 1,36 millones de euros de la compraventa fueron a parar a Teinver a través de la compañía vendedora.

Se realizaron más pagos entre empresas del grupo, aunque, como dice el auto, “los datos aparecen en la escritura, pero los destinatarios reales son otros distintos”. Estos “simulan la recepción de las cantidades sin que se acredite la justificación alguna de deuda”.

La huida hacia delante seguía. Hasta el punto de que, meses después de la operación, quienes la propician desisten de ella. Y es entonces cuando Díaz Ferrán decide devolver a Seguros Mercurio 5,2 millones a través de dos pagarés, que, sin embargo, no fueron nunca cobrados. Lo que se hizo fue endosarlos a otra operación relacionada con el llamado complejo Lanzarote. ¿Cuál fue la consecuencia? Pues como dice el auto, “un perjuicio para Seguros Mercurio equivalente a 5,24 millones". Precisamente, la misma cuantía de los falsos pagarés. El juez lo llama "pagos inapropiados", e incluso en la contabilidad de la aseguradora aparecen otros abonos por 4,5 millones para Teinver, Air Comet y Newco, todas ellas de Díaz Ferrán. Un auténtico expolio para una aseguradora que vive de dar garantías a sus clientes.

No acaba ahí el saqueo. Está acreditada la venta de 9 inmuebles a Viajes Marsans, también del expresidente de CEOE y de su socio, por algo más de cuatro millones de euros, si bien en esta operación tan sólo se cobraron 18 cheques por un total de 1,9 millones de euros.

El cruce de operaciones fraudulentas entre las empresas de Díaz Ferrán no acaba ahí. Como recuerda el juez instructor, en octubre de 2009, Seguros Mercurio compra a Teinver (la sociedad instrumental), un edificio en la calle Costa Brava, de Madrid, por 19,6 millones de euros. El edificio tiene varias hipotecas, y como dice el juez, “se hace una anotación contable que no coincide con la realidad”, pues se contabiliza la compra del inmueble con una anotación de la deuda contraída con Teinver por importe, precisamente, de 19,6 millones de euros. Acontinuación se compensa con la deuda que a su vez esta entidad tenía con Seguros Mercurio por la compra de autocartera y otras operaciones igualmente ficticias.

Operación acordeón

El embrollo crece y crece. Hasta el extremo de que la pareja de empresarios decide reducir el capital de la aseguradora en 12,9 millones, mientras que simultáneamente (operación acordeón) lo que se hace es ampliar el capital en 16,1 millones, pero ya con nuevos accionistas que son precisamente los dos socios a través de otras instrumentales. Teinver pasa de tener el 20,7% de las acciones a un 76,45% “sin que se encuentre ningún documento del cambio de accionariado”, sostiene el instructor.

La madeja, lejos de desenredarse, se lía un poco más y en plena vorágine la aseguradora compra a Teinver (su principal accionista) una participación indivisa del 29,1% de una finca en el complejo hotelero Lanzarote Bay por algo más de 6,4 millones de euros. Para obtener liquidez se desinvierten 15 millones “contra la opinión del Comité de Inversiones”. La fuga sigue adelante y en apenas medio año “se extraen cantidades sin justificación alguna a favor de una cuenta remunerada del Banco Sabadell.

Al final, todo ha acabado en los tribunales y los principales sospechosos en la cárcel. O lo que es lo mismo, el asunto está listo para que se pueda abrir juicio oral una vez que el fiscal y el abogado del Estado presenten la calificación jurídica de los hechos. Los sospechosos, como dice el juez, son, además del propio Díaz Ferrán, su presunto testaferro, el liquidador de empresas Ángel de Cabo e Iván Losada Castell, además de su subordinado José Lorenzo Chacón. Se les acusa de haber presentado datos falsos, de alzamiento de bienes, de diversos delitos contables y de falsedad en documento privado. La fuga hacia delante se ha acabado.

La figura que proyecta Gerardo Díaz Ferrán esla de un ángel caído. Pero el expresidente de CEOE representa hoy, sobre todo, la imagen de un empresario–hoy en prisión– que en plena fuga hacia delante saquea literalmente sus empresas para continuar con la fábula.

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