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Una constructora pagaba el chalé donde el 'pequeño Nicolás' captaba inversores
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EDHINOR S.A., ESPECIALIZADA EN OBRAS PÚBLICAS

Una constructora pagaba el chalé donde el 'pequeño Nicolás' captaba inversores

El presunto impostor trabajaba para Edhinor como 'freelance'. Le pagaban esta casa que hacía de oficina en El Viso para cerrar contratos y captar nuevos inversores.

Foto: El chalé de El Viso donde el 'pequeño Nicolás' captaba inversores.
El chalé de El Viso donde el 'pequeño Nicolás' captaba inversores.

La carrera profesional del 'pequeño Nicolás' tiene multitud de aristas, pero muchas de ellas convergen en un mismo punto: un domicilio de Madrid que ya se ha hecho famoso, el chalé del número 32 de la calle Carbonero y Sol, en el exclusivo barrio de El Viso. El joven aseguró a la Policía Nacional que utilizaba esa vivienda para hacer negocios, pero la forense psiquiatra que le reconoció tras pasar tres días en los calabozos invalidó esas revelaciones asegurando que Francisco Nicolás Gómez Iglesias sufría “una florida ideación delirante de tipo megalomaníaco”.

Sin embargo, sólo una semana después de su detención, comienzan a confirmarse muchos de los datos que el chico adelantó en esa declaración. Según ha podido saber El Confidencial de fuentes cercanas a las pesquisas, el chalé de El Viso fue efectivamente utilizado por el 'pequeño Nicolás' para reunirse con empresarios e inversores entre los meses de junio de 2013 y junio de 2014. Por su parte, fuentes próximas al imputado preguntadas por este diario se han ratificado en la primera declaración formulada por el joven en comisaría, en la que ya reconocía que empleaba ese inmueble como oficina.

¿Cómo consiguió un chico de 20 años sin trabajo conocido utilizar a su antojo un chalé de 700 metros cuadrados en una de las zonas más exclusivas de la capital? Esa pregunta que se hace todo el mundo ya tiene una respuesta. El verdadero propietario de ese inmueble es Kyril de Bulgaria, príncipe de Preslav. Él mismo lo admitió ayer en declaraciones a El Mundo. Negó conocer al 'pequeño Nicolás', pero explicó que una inmobiliaria se encarga de gestionar sus alquileres. Aseguró que los últimos inquilinos estuvieron un año y abandonaron la vivienda el pasado mes de junio.

El inquilino no fue exactamente el presunto impostor. Según fuentes próximas a la investigación, el inmueble estuvo en realidad alquilado durante ese tiempo por una empresa constructora con sede en Madrid, Edhinor S.A., especializada en la construcción de infraestructuras y obras públicas. Edhinor habría sido la compañía que habría costeado el precio del alquiler del chalé de El Viso, que en una vivienda de estas características y en esta zona de Madrid podría haber ascendido a 5.000 euros mensuales.

Uno de los propietarios de Edhinor, Pedro Buendía de Lera, niega cualquier relación de su compañía con el chalé de El Viso. “Yo no conozco a este chico. Nunca lo he visto. Miente en todo, ¿quién te ha dado mi teléfono?”, se limitó a contestar ayer a este diario con un tono marcadamente nervioso. Sin embargo, pese a la contundencia de sus afirmaciones, otras fuentes próximas a la investigación policial corroboran la existencia de la relación de Edhinor con el famoso chalé. En la mañana de este miércoles, la constructora Edhinor ha lanzado un comunicado en el que niega que fuera arrendataria del chalé. Además, asegura que la empresa nunca ha mantenido “vínculo alguno ni laboral ni profesional con Francisco Nicolás G. I.”

Contratado como freelance

El propio Nicolás dispone de pruebas que confirmarían ese vínculo, pero también guarda otras que permiten despejar la última gran incógnita. ¿Qué relación tenía Nicolás con ese chalé y, por tanto, con Edhinor? Según ha podido saber este diario, el acusado trabajaba para la empresa constructora como freelance. Su labor consistía en captar inversiones y contratos para esta compañía. La vivienda de lujo fue la oficina que le pusieron para que cerrara el mayor número posible de operaciones.

Eso explicaría por qué los vecinos veían al joven entrar y salir a todas horas en compañía de hombres negocios. Además, con el paso del tiempo, el inmueble, de unos 700 metros cuadrados útiles, tres plantas, un semisótano y un garaje, dejó de ser una simple oficina para convertirse en una segunda residencia. Su habitación estaba en la segunda planta. Llevó a sus amigos a la casa, montó fiestas en ella y también la utilizó para cerrar sus propias operaciones. El chalé le sirvió para impresionar a sus contactos. Su relación con esa vivienda llegó a tal punto que convirtió este domicilio en el oficial anotándolo en su propio DNI. El Confidencial accedió en exclusiva este lunes a ese documento.

Una casa de diseño

La vivienda tenía todo lo necesario para hacer negocios. Se podía acceder por dos entradas. La principal se encontraba en la propia calle Carbonero y Sol y, la otra, en la parte de atrás, en el callejón de la calle de Grijalba. Además, la casa estaba repleta de cámaras de seguridad. Tan recelosos eran de preservar su intimidad que “los dos filipinos que trabajaban haciendo guardia en la vivienda fueron despedidos y pusieron a gente de su máxima confianza que le consiguió una gran empresa de seguridad de Madrid vinculada con el Madrid Arena”, asegura una persona que estuvo dentro del inmueble en compañía del pequeño Nicolás.

La decoración de la vivienda era “de las mejores marcas de diseño”, prosigue esta fuente. La planta principal la ocupaba prácticamente un extensísimo salón que desembocaba en el jardín, el lugar del que más le gustaba presumir al ‘pequeño Nicolás’. “Había una piscina exterior, con forma de laguna y luces en su interior”, narra el mismo testigo. La primera planta del inmueble dispone de tres dormitorios-despachos y, un piso más arriba estaba reservado para la suite. La última planta, donde se podía subir en ascensor, era la azotea, el lugar de “las fiestas de postín”.

Nicolás daba la sensación de vivir ahí. De hecho, uno de los empresarios que ha reconocido a este diario que fue engañado por él contó que estuvieron reunidos en un despacho de la planta baja. "La sensación que me dio es que el chico vivía ahí", relata este otro testigo. "Estuvimos dentro reunidos en un despacho. Él tenía las llaves de la casa y el personal encargado de la limpieza y el servicio le llamaba por su nombre".

Fuera o no su vivienda habitual, el ‘pequeño Nicolás’ no fue arrestado el pasado martes en este casoplón de uno de los barrios más elitistas de Madrid, en las inmediaciones del Santiago Bernabéu y a sólo diez minutos del Ministerio de Economía. La Policía lo localizó en la casa de su abuela, de 90 años, y lo tuvo retenido casi 72 horas. Desde que fue puesto en libertad el pasado viernes, nadie ha conseguido dar con el 'pequeño Nicolás'.

La carrera profesional del 'pequeño Nicolás' tiene multitud de aristas, pero muchas de ellas convergen en un mismo punto: un domicilio de Madrid que ya se ha hecho famoso, el chalé del número 32 de la calle Carbonero y Sol, en el exclusivo barrio de El Viso. El joven aseguró a la Policía Nacional que utilizaba esa vivienda para hacer negocios, pero la forense psiquiatra que le reconoció tras pasar tres días en los calabozos invalidó esas revelaciones asegurando que Francisco Nicolás Gómez Iglesias sufría “una florida ideación delirante de tipo megalomaníaco”.

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