El bueno, el malo y el feo de los hermanos Bárcenas Gutiérrez

No debe ser nada fácil apellidarse Bárcenas Gutiérrez cuando Luis, el hermano mediano, es el hombre que ha hackeado las cuentas del Partido Popular. Pablo, Luis y Juan Carlos Bárcenas Gutiérrez son, por este orden, el hijo bueno, el malo y feo de aquel director de una sucursal del Banco Central de Badajoz que la suerte quiso que fuera quien autorizara créditos a un prestigioso empresario de la zona, Ángel Sanchís, que le devolvió todos los favores cuando Alianza Popular le nombró su tesorero. Luisito, que nació el 22 de agosto de 1957 en Calañas (Huelva), licenciado en Empresariales por Icade, fue fichado por el partido. Un salto de altura en la vida del hijo mediano de los Bárcenas Gutiérrez que, irremediablemente, cambió la vida de todos. también la de Pablo -el primogénito- y la de Juan Carlos -el pequeño-. Para bien y para mal.

El extesorero del mayor partido de España no solo llegó a controlar la caja en la que entraba y salía todo el dinero que llegaba al PP, sino que arrimó a todos los suyos al calor del partido para que la vida les fuera mejor. En la puerta colocó a su cuñado, Antonio de la Fuente, como jefe de seguridad. Pocas semanas después de que José María Aznar aterrizase en La Moncloa, la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, contrató como asesor a Pablo, el primogénito. La mujer cuya imagen también se ha llevado por delante el caso Gürtel le hizo un contrato de seis meses que fue renovando hasta que en enero del 98 se le hizo uno indefinido. Hoy, quienes trabajan en la Federación Española de Municipios y Provincias, hablan de Pablo como el "bueno" de la familia. Aunque el PSOE instó a Barberá a explicar si el PP le obligó a contratar a Pablo por ser hermano de Luis, todos sus compañeros lo desvinculan de la imagen de gran corruptor que emana su hermano y respaldan su trabajo.

El pequeño, Juan Carlos, también sucumbió a la erótica del poder cuando Luis fue acumulando fortuna y peso político en un modesto despacho del sexto piso de la sede de los populares, el habitáculo donde supuestamente acudía la cúpula del PP para cobrar sobresueldos en negro. Hoy es uno de los diez asesores que tiene el Grupo Parlamentario popular en el Senado. Según fuentes de dicho grupo, el pequeño entró a trabajar a comienzos de la actual legislatura y su sueldo ronda los dos mil euros brutos mensuales. Una cantidad que varía según los trabajos encargados y la discrecionalidad del jefe del grupo. La trayectoria del pequeño de la familia no solo está ligada a la de su hermano, sino también a la de Jesús Sepúlveda, exmarido de la ministra de Sanidad, Ana Mato, imputado en la trama Gürtel. Su nombre figura en el Consejo de Administración de la Sociedad Urbanística Municipal de Pozuelo de Alarcón (Madrid), una de las localidades más ricas de Madrid, que tuvo como alcalde a Sepúlveda.

El juez Ruz lo encontró como apoderado de una cuenta suiza

Juan Carlos otorgó contratos millonarios a la constructora Hispánica, que recibió adjudicaciones por más de 4,5 millones de euros a través de un contrato para la ejecución de 60 viviendas de protección en Pozuelo de Alarcón. La misma constructora también consiguió la concesión del plan de acondicionamiento del local para oficinas centrales de la sociedad urbanística municipal de la localidad (Sumpasa), presupuestado en más de 200.000 euros.  

 

En uno de sus autos, el juez Garzón asegura que Constructora Hispánica fue beneficiaria de contratos millonarios en los ayuntamientos de Boadilla del Monte, Majadahonda y Pozuelo. En el primero de estos tres consistorios se investiga la adjudicación del contrato de las obras del Parque del Deporte y la Salud de Boadilla, una de las inversiones más importantes del municipio. Hispánica también fue la escogida por varias consejerías de la Comunidad de Madrid. En 2007, la consejería de Presidencia le adjudicó, a través de la empresa pública Arpegio, las obras de la pista de atletismo y un campo de fútbol en una parcela municipal de Paracuellos del Jarama por algo más de un millón de euros. El mejor contrato lo obtuvo en Marbella, cuando la constructora, a través de la UTE formada con la sociedad Inabensa, se hizo con las obras de ampliación del  Hospital Costa del Sol, con un presupuesto inicial que rozaba los 50 millones de euros.

En febrero de 2013, el pequeño de los Bárcenas fue señalado con el dedo cuando un auto del juez Ruz lo citaba como apoderado, junto a su cuñada Rosalía Iglesias, de una cuenta en Suiza de su hermano Luis, convirtiéndose en otra víctima de su propio apellido.

Del propio Luis, el "malo" de la familia, se dice que llegó al partido como Tarzán, sin un duro, y salió por la puerta de atrás y con 22 millones, mínimo, en cuentas en Suiza. En la calle Génova encontró trabajo y amor. Rosalía Iglesias Villar, hija de un taxista, era una telefonista de las oficinas de Génova donde Luis entró casado y con un hijo. Se divorció de su primer matrimonio para poder casarse con Rosalía, que hoy lo defiende con uñas y dientes ante todo aquel que le espete que su marido es un corrupto. El divorcio lo llevó un abogado que actualmente forma parte de la dirección del partido. Con ella tuvo a su segundo hijo, Guillermo, que también sufre en sus carnes la maldición de apellidarse Bárcenas.