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Cómo se manipulan los asistentes a las manifestaciones
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RIFIRRAFE DE GOBIERNO Y GENERALITAT POR LAS CIFRAS DE MANIFESTANTES

Cómo se manipulan los asistentes a las manifestaciones

Cuando se habla de manifestaciones, nunca se cuenta a gusto de todos. El consejero de Interior de Cataluña, Felip Puig, cargó este sábado desde la radio

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Cómo se manipulan los asistentes a las manifestaciones

Cuando se habla de manifestaciones, nunca se cuenta a gusto de todos. El consejero de Interior de Cataluña, Felip Puig, cargó este sábado desde la radio pública catalana contra la Delegación del Gobierno central, por haber dicho que la manifestación antiindependentista había congregado el pasado 12 de octubre a 65.000 personas, frente a las exiguas 6.000 que decía la Guardia Urbana. Para Puig, la Delegación del Gobierno actuó de forma partidista para hinchar los números de asistentes y dar más importancia a la protesta.

Pero las manifestaciones son siempre cuestión de ideologías y de luchas políticas, para las que se utilizan las instituciones que cada uno tiene bajo su responsabilidad. Resulta que la Delegación del Gobierno está en manos del PP y la Guardia  Urbana, en manos de CiU, ya que depende del alcalde nacionalista Xavier Trias. El consejero también dio por buena la cifra de los urbanos para contabilizar 1,5 millones de asistentes en la manifestación independentista del pasado 11 de septiembre, aunque desde la Delegación del Gobierno se cifró la afluencia en 600.000 personas.

Los métodos que se utilizaron para las cuentas tanto en un caso como en otro fueron los mismos, pero los resultados son diametralmente opuestos. ¿La explicación? Por un lado, la delimitación del perímetro a tener en cuenta. Por otro, la burda apreciación de la densidad de personas, que es la que, al final, da la cifra final. Y ahí es donde cada cual pone su granito de arena para decantar la balanza hacia el éxito o el fracaso de la convocatoria a conveniencia.

En la protesta del 11 de septiembre, se dio por buena una longitud de 3 kilómetros y se contabilizó una superficie que abarcaba varias calles paralelas. Ello, unido a la contabilización de 4 personas por metro cuadrado, suma algo menos del millón y medio de asistentes que dieron oficialmente desde la Guardia Urbana. El Confidencial intentó este sábado, sin éxito, recabar la versión de la propia Guardia Urbana  y de la consejería de Interior para defender sus tesis.

Sin embargo, tanto las cifras como el método de la Policía local son rebatidos desde otras instancias, tanto profesionales como políticas. Un experto en estas técnicas señala a El Confidencial que si se contabiliza sobre la superficie es relativamente fácil hacer una estimación de la afluencia de gente: “Pongamos que ocupaban todo el Paseo de Gracia, de arriba a abajo. Son 1,2 kilómetros. Y de ahí hasta el final, alrededor de 1,5 kilómetros. Seamos generosos y pongamos 3 kilómetros de longitud en total. Pero luego, al medir la anchura, hemos de tener en cuenta que el Paseo de Gracia puede tener, como mucho, 60 metros, mientras que Via Laietana es mucho más estrecha. Aún así, concedamos 40 metros de anchura de media. Y eso sin contar mobiliario urbano, es decir, kioskos, paradas de Metro y autobús, árboles, señales... en total, pues,120.000 metros cuadrados. Contando que estuviesen totalmente llenos de gente, no podríamos dar a cuatro personas por metro porque es materialmente imposible, ya que se llevan pancartas y banderas, por lo que un cálculo generoso sería de entre 2 y 2,5 personas por metro cuadrado. Por las zonas aledañas, se puede calcular la asistencia del mismo modo,aunque con menos densidad, por lo que habrá que sumar esas cifras a las del recorrido, lo que eleva la cifra final considerablemente, aunque es prácticamente imposible que la llegue a doblar. Que cada cual saque sus conclusiones”.

“Son cifras políticas”

Para el PP, las cifras ofrecidas por la Guardia Urbana tanto en una manifestación como en la otra son “cifras políticas. Si la concentración del 12 de octubre hubiese sido nacionalista, el número de asistentes que hubiesen dado sería de 600.000. Su cómputo no obedece a criterios profesionales. Es vergonzoso para el Cuerpo de la Guardia Urbana. Y Felip Puig debería callarse si tuviese vergüenza, aunque todo esto obedece a que ya estamos en campaña electoral”.

Las mismas fuentes afirman que “los nacionalistas tendrían que callarse, porque los que verdaderamente manipulan son ellos. Cualquiera sabe que científicamente es imposible meter a un millón y medio de personas en el Paseo de Gracia. Es de chiste. Y que Felip Puig sea precisamente el que ahora venga a decir que la Delegación del Gobierno manipula es de juzgado de guardia, sobre todo después de los números que dieron para la manifestación del 11 de septiembre”.

Los populares también defienden las cifras de manifestantes del 12-O que ahora critica el consejero del Interior. “El perímetro de la plaza de Cataluña es de unos 100 por 100 metros, es decir, 10.000 metros cuadrados. A ellos hay que añadir el Paseo de Gracia hasta la altura de Gran Via, que estaba lleno de gente, la Rambla Cataluña y la gente que pululaba por los aledaños: Ronda Universitat, Pelai, Rambla y Ronda Sant Pere. En total, unos 7.000 u 8.000 metros cuadrados más. Y, aunque el centro de la plaza sí estaba muy compacto, ya que no cabía un alfiler, por las calles adyacentes la densidad no era tanta. Por tanto, aunque es verdad que peca de generoso hablar de 65.000 personas, lo que no deja de ser incontestable es que la cifra de 6.000 personas que dio la Guardia Urbana es radicalmente falsa. Lo que hicieron fue medir a ojo el centro de la plaza y dar sólo el número de personas que cabía en el círculo central”, dice una de las fuentes consultadas.

Sea como fuere, la guerra de cifras es sólo un aspecto más de la cruenta batalla política en la que se han enzarzado los partidos catalanes. Una batalla en la que prima el mensaje y la imagen pública para ganarse a una ciudadanía que, en buena parte, aún no se ha decidido si ir a votar el 25 de noviembre o, en todo caso, que todavía no tiene claro a quién ha de dar su confianza.

Cuando se habla de manifestaciones, nunca se cuenta a gusto de todos. El consejero de Interior de Cataluña, Felip Puig, cargó este sábado desde la radio pública catalana contra la Delegación del Gobierno central, por haber dicho que la manifestación antiindependentista había congregado el pasado 12 de octubre a 65.000 personas, frente a las exiguas 6.000 que decía la Guardia Urbana. Para Puig, la Delegación del Gobierno actuó de forma partidista para hinchar los números de asistentes y dar más importancia a la protesta.