Un alto cargo de la Comunidad de Madrid adjudicó contratos a la empresa de su marido

Cristina Ruiz Gómez, responsable de adjudicación de contratos a empresas privadas de la Dirección General de Turismo de la Comunidad de Madrid, propuso a una empresa de su marido para varios proyectos del departamento. Su pareja, Rafael Márquez Cobo, comparte la administración de Know Scola S.L. con Pedro Ordax Álvarez, un exfuncionario de prisiones propietario de tres empresas más (Eurodax Gestión S.L, Staff Solutions S.L y Tecnologías, Servicios y Outtasking) que también se han beneficiado de contratos públicos de la administración autonómica. Cristina Ruiz asegura que fue ella quien los presentó, aunque niega que exista una amistad entre el matrimonio y el socio de su cónyuge. “Mi marido tenía muchas ganas de crear una empresa de formación y les puse en contacto”, añadió.

Un portavoz del director general de Turismo, Joaquín Castillo Dolagaray, aseguró ayer a El Confidencial que el máximo responsable de Turismo de la Comunidad tuvo conocimiento de estos hechos en junio -tres meses después de que él tomara posesión del cargo- y que “no hay nada ilegal” en las adjudicaciones. Pese a ello, Dolagaray ordenó la rescisión de todos los contratos con las compañías antes citadas y que Cristina Ruiz no volviera a participar en el proceso de selección de empresas.  Ruiz negó a este diario cualquier trato de favor y aseguró ser “víctima de una persecución”.

Know Scola S.L., que tiene su sede en la localidad madrileña de Galapagar, se constituyó el 9 septiembre de 2011 con un capital social de 3.100 euros, para la “mediación en la realización de todo tipo de actividades de enseñanza, formativas, docentes y educativas en general”. Dos meses después, el 18 de noviembre, le fue adjudicado un contrato de 20.024,33 euros para la “promoción JMJ 2011”. Un mes después, el 15 de diciembre, se hizo con otro nuevo contrato de 16.198 euros, esta vez para encargarse del acto promocional del proyecto “Mad About Info”, cuyo objetivo era la coordinación de todas las oficinas  de turismo de la Comunidad.

En el listado de adjudicaciones de la Consejería de Economía y Hacienda, de la que dependía en ese momento la Dirección General de Turismo, ambos contratos figuran como que fueron anulados. “Se cancelaron una vez adjudicados porque se presentó otra oferta más barata”, explica Ruiz, que afirma que de ambos se encargó finalmente la empresa Diegire Servicios S.L. Al frente de esta empresa figura como administradora única Cristina Sierra Daimiel, que en su perfil de Facebook figura Pedro Ordax como uno de sus amigos.

La relación de Know Scola con Turismo de la Comunidad de Madrid continuó en enero de este año con un nuevo contrato para elaborar un plan estratégico para las oficinas de turismo, en este caso por un importe mucho más modesto: 3.304 euros. La lista de contratos en poder de este diario llega solo hasta el pasado mes de marzo, lo que impide saber si Cristina Ruiz contrató en otras ocasiones con la empresa de su marido, aunque aquella asegura que hubo un único contrato más por un importe aproximado de 800 euros. “Muchas veces necesitas tener plena confianza en una empresa”, matizó.

Ordax y sus cuatro empresas que trabajan para la Comunidad

Más estrecha es la relación de la citada alto cargo con el socio de su marido, Pedro Ordax, cuyas tres empresas realizaron un buen número de trabajos para la Dirección General de Turismo madrileña. La principal, Tecnologías, Servicios y Outtasking S.L. (T.S.O), de la que es administrador único, suscribió 13 contratos entre abril de 2011 y marzo de 2012 por un importe total de 49.180 euros. La mayoría de ellos figuran bajo el epígrafe “apoyo información turismo oficina Barajas”, el centro de atención que la comunidad tiene en el aeropuerto madrileño. Cada contrato se refiere a un mes, aunque las cantidades son distintas y oscilan entre los 882 euros de agosto de 2011 a los 3.393,68 del mes de abril de ese mismo año. El resto de adjudicaciones lo son por el servicio de azafatas en ferias, también por importes distintos, el mayor de ellos 8.368,86, aunque en este caso en el listado en poder de este diario figura la anotación “propuesto”.

El 9 de diciembre de 2011 se firmaron cuatro contratos más. Dos relativos a la oficina de información de Barajas y otro por el servicio de azafatas para Ifema. El cuarto lo suscribió con otra de sus empresas, Staff Solutions S.L., constituida el 23 de septiembre de 2011, dos semanas después de la que registró con el marido de Cristina Ruiz. En este caso también por el trabajo de azafatas para una exposición en la Plaza de la Independencia, por un monto de 10.000 euros. Esta misma empresa fue la beneficiaria, en otras fechas, dos contratos más por 5.605 euros, también por trabajos de promoción turística. T.S.O y Staff Solutions tienen la misma sede social en un piso del Paseo de San Illán de Madrid.

Cristina Ruiz dijo a este diario que su relación con Ordax es meramente profesional y no de amistad. En su perfil de Facebook figura entre sus amigos, según comprobó este diario días atrás. La cuenta personal de Pedro Ordax desapareció ayer de la citada red social. “No pedimos las escrituras a las empresas a las que se adjudican los contratos para saber quién está detrás. Esta persona inició la relación con Turismo hace varios años para prestar un servicio de transporte y a partir de ahí ha seguido contratando porque sus ofertas han sido las más baratas y prestan un buen servicio”, añadió.

Una tercera empresa en la que Pablo Ordax es su administrador único consiguió la organización de unas jornadas entre oficinas de turismo de la comunidad por 3.819,90 euros: Eurodax Gestión, una compañía cuya sede coincide con el domicilio particular de Ordax en la localidad madrileña de La Acebeda.

Contratos adjudicados sin subasta pública

Los contratos menores, los que no superan los 18.000 euros para servicios y los 50.000 euros para obras, no salen a subasta pública y se adjudican a la empresa que el responsable de la contratación considere más oportuna. Ruiz asegura que siempre pide presupuesto a tres compañías y que la elección recae sobre la oferta más barata. “Puede comprobar que ninguna de las empresas de que me habla contratan ya con Turismo, sino otras distintas”, justifica.