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Rajoy cruza los dedos y se va de vacaciones sin pedir el rescate y negando la crisis de Gobierno
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EL PRESIDENTE RECONOCE LA IMPOPULARIDAD DE SUS MEDIDAS PERO DICE QUE SON INEVITABLES

Rajoy cruza los dedos y se va de vacaciones sin pedir el rescate y negando la crisis de Gobierno

“Quien pueda, feliz verano”. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, cerró ayer su intervención a modo de balance de sus primeros ocho meses de Gobierno con

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Rajoy cruza los dedos y se va de vacaciones sin pedir el rescate y negando la crisis de Gobierno

“Quien pueda, feliz verano”. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, cerró ayer su intervención a modo de balance de sus primeros ocho meses de Gobierno con un claro augurio de lo que puede depararle este mes de agosto en el que tomará, a partir de hoy, unos pocos días de vacaciones en Galicia. Rajoy está preparado para que la prima de riesgo vuelva a dar tardes de sustos estivales, como le ocurrió a José Luis Rodríguez Zapatero el año pasado por estas fechas, aunque Moncloa advierte que estas alzas no serán significativas pues se deben a especuladores que aprovechan el bajo volumen de negocio estival para provocar subidas desbocadas de la prima con pequeñas inversiones.

Rajoy clausuró ayer el curso político en una de las semanas más cruciales de su mandato sin pedir el rescate y negando la mayor de que España vaya a necesitar una ayuda total sobre su economía. Un punto en el que Rajoy coincide con su homólogo italiano Mario Monti, que despachó con él en Moncloa el mismo día en el que el presidente del BCE, Mario Draghi, llenaba de desesperanza los mercados anunciando que solo compraría deuda de ambos países si estos solicitaban primero ayuda al fondo de rescate. Un giro que pocos esperaban de Draghi y que ha cambiado por completo la perspectiva con la que el líder del Ejecutivo comienza sus vacaciones, por más que Rajoy haya tratado de hacer de la necesidad virtud destacando los aspectos más favorables de las palabras del responsable del BCE. “Que el gobernador diga que las primas de riesgo no responden en su totalidad a la situación económica de esos países me parece una declaración muy importante de la que yo tomo nota”, explicó Rajoy.

Cierto es que el BDE ha reconocido, por primera vez, que tantea la posibilidad de actuar en el mercado secundario a través de determinadas intervenciones cuya letra pequeña está aún por concretar y definir. Europa tiene sus tiempos y el gallego, los suyos. “No tengo tomada ninguna decisión. Quiero conocer primero cuáles son esas medidas, qué significarían, qué pretenden, si son adecuadas... A la vista de las circunstancias tomaremos una decisión u otra". Moncloa no descarta, por tanto, que tenga que pedir, finalmente, ayuda, tal y como lo hizo en el caso del rescate a la banca, pero fuentes del Ejecutivo subrayan, sin embargo, que solo se hará si las condiciones para esa ayuda son claramente ventajosas para nuestro país, como en su día lo fue la línea de crédito para la banca.

Sangre, sudor y lágrimas

Rajoy se despidió también de su primer curso político haciendo una cerrada defensa de sus reformas y del camino emprendido por él y sus ministros para salir de la crisis con medidas claramente impopulares pero inevitables, dijo, para asentar las bases del crecimiento económico. De hecho, advirtió que nunca había prometido milagros durante la campaña electoral pero sí trabajar para reducir el déficit (“no se puede vivir a crédito de manera permanente”), así como para llevar a cabo reformas estructurales que mejoren la competitividad, entre las que citó, por ejemplo, las bondades de la última reforma laboral o el hecho de que la mayor parte de los EREs presentados en 2012 hayan sido de reducción de jornada y de extinción temporal de contrato y no de pérdidas de puestas de trabajo.

En esta versión española del discurso de Churchill del “sangre, sudor y lágrimas”, Rajoy reconoció que esta gestión, en estas circunstancias, “es muy incómoda, muy desagradable y no es lo que nos gusta”, pero advirtió también que “no es una opción, no se puede hacer otra cosa”. “Es lo que hay que hacer si quieres salir de la situación en la que estamos y no hundirnos más de cara al futuro”. Tampoco pidió la comprensión de la oposición: “No estoy de acuerdo con una medida que afecta a mucha gente, pero el Gobierno no elude su responsabilidad y toma decisiones”.

Orgulloso de sus ministros

Rajoy se reunirá con el Rey Juan Carlos el próximo martes 14 de agosto y, de momento, no parece que en ese tradicional despacho de verano en Mallorca le vaya a comunicar a Su Majestad la composición de un hipotético cambio de Gobierno, rumor del que se ha especulado mucho en los últimos días en los medios de comunicación y al que Rajoy negó cualquier indicio de verosimilitud.

“Llevo casi 31 años en política y no hay verano en el que no se plantee un debate sobre si hay algún cambio”, ironizó para después defender la labor de todo su gabinete y en especial de los ministros económicos más directamente chamuscados por la crisis. “Están haciendo un enorme trabajo. Estoy orgulloso de cómo se ha comportado este Gobierno y de cómo han defendido sus posiciones en el parlamento”.

Agosto es un mes en el que España no tendrá que colocar deuda y eso, al menos, aflojará un poco la tensión que se cierne sobre el Ejecutivo. Pero los ministros no podrán estar muy lejos de Madrid y deberán estar localizables ante cualquier suceso de última hora que pueda romper la tranquilidad estival. Si nada rompe la rutina y si los mercados dejan, los ministros y su presidente pueden cruzar los dedos y no volver a verse hasta el próximo consejo ordinario convocado para el 24 de agosto. La duda es si para entonces, Rajoy podrá seguir postergando una respuesta más concreta al requerimiento lanzado por Draghi esta misma semana. “Quien pueda, feliz verano”.

“Quien pueda, feliz verano”. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, cerró ayer su intervención a modo de balance de sus primeros ocho meses de Gobierno con un claro augurio de lo que puede depararle este mes de agosto en el que tomará, a partir de hoy, unos pocos días de vacaciones en Galicia. Rajoy está preparado para que la prima de riesgo vuelva a dar tardes de sustos estivales, como le ocurrió a José Luis Rodríguez Zapatero el año pasado por estas fechas, aunque Moncloa advierte que estas alzas no serán significativas pues se deben a especuladores que aprovechan el bajo volumen de negocio estival para provocar subidas desbocadas de la prima con pequeñas inversiones.

Mariano Rajoy