Rajoy concretó los nuevos recortes con Álvaro Nadal tras conocer los resultados del Eurogrupo

El Gobierno vio ayer despejadas en la reunión del Eurogrupo las dos principales dudas que le impedían redefinir sus planes de recortes económicos para los próximos meses: las condiciones de la línea de crédito para los bancos españoles con problemas y la prórroga de un año para cumplir con el objetivo de déficit. Mariano Rajoy pasó todo el día encerrado en La Moncloa con su equipo, Álvaro Nadal (responsable de la oficina económica) al frente, para preparar la intervención que hoy lleva al Congreso para adelantar las nuevas medidas de ahorro y de aumento de la recaudación que empezará a aprobar en el Consejo de Ministros del viernes. Los ministerios de Economía, Hacienda y Trabajo remitieron antes sus distintas alternativas sobre subidas de impuestos, reducción de salarios en las Administraciones Públicas y recursos para paliar la factura del paro.

Rajoy tiene que concretar esta misma mañana los próximos sacrificios para los españoles, al menos en sus líneas generales porque el detalle se lo puede guardar para el ‘viernes de dolores’, según advierten en fuentes gubernamentales. “Todo ha quedado en manos de Rajoy y su equipo, nosotros hemos presentado todas las diferentes posibilidades”, coincidían anoche en afirmar en los departamentos implicados. Los sindicatos de la función pública están citados para esta misma tarde pero están pendientes del discurso de Rajoy.

Hacienda y Administraciones Públicas han enviado a la Moncloa las posibles variables para ahorrar vía recortes en salarios de empleados públicos: desde la clásica supresión de una paga extra (la de Navidad) al estilo de la intervención aplicada en Portugal y Grecia, a liquidar complementos por productividad. El aumento de la jornada de trabajo para aproximar la productividad funcionarial a la del sector privado (también para poder prescindir de interinos y contratados) está descontado.

En el caso de la subida de impuestos, la segunda en seis meses y esta vez los indirectos, también estaba sobre la mesa de Rajoy en sus diferentes variables basadas en el ‘ensanchamiento’ del IVA (menos productos con el tipo reducido) y en el aumento de los especiales sobre productos o vehículos contaminantes. El Gobierno tiene que rendirse a las exigencias europeas y adelantar a este año esa subida de impuestos que planeaba dejar para los próximos presupuestos del Estado y condicionado a la rebaja de las cotizaciones sociales que pagan los empresarios por los trabajadores.

Según fuentes gubernamentales, Rajoy tuvo que esperar hasta ayer mismo por la mañana a conocer los acuerdos del Eurogrupo para acabar de perfilar sus anuncios para hoy. La prórroga hasta finales de 2014 para cumplir con el objetivo de déficit del 3% es un balón de oxígeno con el contaba el Gobierno, pero sólo para tener más margen en el presente ejercicio, no porque quisiera relajación alguna en las comunidades autónomas cuando parece que se han mentalizado de que tienen que aplicarse en el ahorro y la austeridad amenazadas por la ley de estabilidad presupuestaria.

Medidas contrarias a su programa electoral

Rajoy tiene el reto de volver a “pisar el ecelerador” de las reformas, como él mismo anunció ante su partido. Debe pedir más sacrificios a los ciudadanos y, de nuevo, abordar una subida de impuestos contraria a su programa electoral, a los principios de su partido y hasta a la tradición de gobierno del PP. De nuevo con el argumento de la emergencia nacional y presionado por la UE. Esta vez acude al Congreso con el aval de haber conseguido en la Unión Europea la línea de crédito para la banca española, el objetivo en el que llevaba volcado desde finales de mayo y por el que había retrasado buena parte de sus planes de reformas económicas pendientes.

Al margen de las cuestiones meramente económicas, en el PP también hay una gran expectación política en el orden interno por ver cómo solventa Rajoy la papeleta en el trámite parlamentario. Hay voces que reclamaban más decisión para entrar en la gran reforma pendiente y apremiante: la de las administraciones que el Gobierno anunció para antes del verano.