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El PP cambia de discurso: de ‘Bildu=ETA’ a acusar a UPyD de “demagogia”
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ROSA DÍEZ ABRE BRECHAS ENTRE LOS ‘POPULARES’

El PP cambia de discurso: de ‘Bildu=ETA’ a acusar a UPyD de “demagogia”

“Se debe exigir la aplicación más rigurosa de la ley de partidos, que faculta para expulsar a Bildu de las instituciones en cuanto existan pruebas suficientes

Foto: El PP cambia de discurso: de ‘Bildu=ETA’ a acusar a UPyD de “demagogia”
El PP cambia de discurso: de ‘Bildu=ETA’ a acusar a UPyD de “demagogia”

“Se debe exigir la aplicación más rigurosa de la ley de partidos, que faculta para expulsar a Bildu de las instituciones en cuanto existan pruebas suficientes para demostrar que es un instrumento de ETA”. Mariano Rajoy se mostraba así de contundente en su libro En Confianza, con el que se presentó a las últimas elecciones generales del pasado 20 de noviembre.

El Partido Popular no se ha atrevido a ir tan lejos como el PSOE al hablar de un “nuevo tiempo” político en relación a ETA tras el cese definitivo de la violencia anunciado por la banda el pasado 20 de octubre. Pero el cambio de discurso es, igualmente, radical. Un giro de 180 grados que ha podido dejar descolocado a sus votantes más inflexibles con el entorno de ETA y con las nuevas marcas de la izquierda abertzale y que verían con buenos ojos la iniciativa de Rosa Díez para ilegalizar ya a Bildu y Amaiur en base a 25 supuestas pruebas aportadas por UPyD.

La soledad parlamentaria de Rosa Díez en el Congreso esta semana no ha hecho más que abrir algunas grietas internas dentro del PP. Como la del eurodiputado Carlos Iturgáiz, quien ha dicho que Amaiur “debería estar ilegalizada desde hace mucho tiempo” o como la propia viuda de Gregorio Ordóñez, Ana Iribar, que ha mostrado su apoyo a Díez, harta de la “ambigüedad” del PP y del PSOE. “La soledad en política a veces es hasta buena, ya se sabe, vale más estar solo que mal acompañado, sobre todo cuando se desnuda la verdad del gigante al que uno se enfrenta: derrotar a ETA desde la dignidad y la coherencia democráticas”. Mayor Oreja, por otro lado, decía esta misma semana que, a su juicio, “ETA está ganando la batalla” y que Otegi puede convertirse en el próximo lehendakari.

Las hemerotecas están llenas de antiguas promesas anunciadas por el PP contra Bildu, formación ilegalizada por el Supremo y autorizada, después, por el Constitucional, y contra Amaiur, la coalición que integra a varias fuerzas políticas, entre ellas a Eusko Alkartasuna. “Para el Partido Popular ver a Bildu ocupando escaños en el Congreso de los Diputados será un retroceso de muchos años en la democracia”, expresaba la hoy vicepresidenta Soraya Saénz de Santamaría el pasado27 de septiembre. “Como partido político nos dedicaremos a trabajar para que salga de esas instituciones”, añadía.

El propio Rajoy aseguraba también en su libro que le había producido “un gran disgusto” la sentencia del TC que permitió a Bildu participar en las elecciones locales de mayo. “Lamenté también  que el pacto que propusimos al Partido Socialista de Euskadi y al Partido Nacionalista Vasco para impedir que Bildu gobernara en las instituciones no llegara a buen puerto por la resistencia de los nacionalistas. Ver San Sebastián regida por un alcalde de Bildu me produjo un disgusto aún mayor”.

El discurso del PP gira del antiguo “Bildu-ETA” al nuevo alegato contra UPyD, a quien Leopoldo Barreda criticó muy duramente el pasado martes por querer subir a la tribuna a hacer “demagogia” y a llenar su discurso de “insidias” contra el Gobierno en relación a su lucha contra ETA. Añadió, además, que las 25 pruebas que arguye el partido de Rosa Díez para emprender la ilegalización son muy “endebles” y carecen de “solidez, calidad y contundencia”. Hace menos de un año, el pasado mes de agosto, el mismo Barreda cargaba contra el constitucional y contra Martín Garitano, diputado general de Guipúzcoa, por hacer divisiones entre las victimas y considerar un “error” los atentados de ETA en Cataluña.

El entonces portavoz del PP vasco exigió a “todos los que dijeron que Bildu traería la paz", especialmente a los magistrados del Tribunal Constitucional que votaron a favor de la legalización de Bildu y al PNV, que pidiesen “excusas” a la sociedad democrática por el "”error garrafal” que había permitido a “estos personajes envalentonados hacer este tipo de discursos”.

Aznar: “Bildu no es mas que ETA”

No es el único miembro de su partido que sale mal parado frente al retrato en el espejo. Algunos como José María Aznar siempre han sido muy claros a la hora de hablar de las herederas de Batasuna. El expresidente del Gobierno advertía en mayo, durante la campaña de las municipales, que “sé muy bien que eso que llaman Sortu o Bildu no es más que ETA y sé muy bien que eso hay que derrotarlo. La ley de partidos que aprobamos permitía hacerlo, incluso el Tribunal de Estrasburgo nos dio la razón”. Y añadía que “no tiene porque participar en unas elecciones ni ser legal quien quiere destruir la sociedad y alberga un proyecto totalitario utilizando el asesinato o la extorsión”.

En junio, Esteban González Pons aseguró que el PP pediría la ilegalización de cualquier formación que “acepte ser representante de Batasuna”, a quien “lleve a Batasuna en sus listas” para las elecciones municipales. El partido de Rajoy llegó incluso a insinuar que podría instar a la ilegalización de EA si se ofrecía para dar cobertura al brazo político de ETA.

Hay, sin embargo, un antes y un después del cese de la violencia y aunque ETA no se ha disuelto ni ha entregado las armas, ha obligado al PP a actuar con “prudencia”, en palabras del propio Fernández Díaz, ministro del Interior, ante lo que se antoja como el final de la banda. Y eso a pesar de que los populares se comprometían también en su programa electoral a impulsar la ley de partidos y la ley electoral a las organizaciones políticas vinculadas a ETA. “Adoptaremos las medidas precisas para impedir la utilización de las instituciones en cualquier actividad de apoyo, legitimación o justificación del terrorismo y de sus responsables”, dice textualmente el programa en el epígrafe “una democracia ejemplar”.

Rajoy y Rubalcaba enterraron en la campaña electoral de noviembre el debate sobre ETA y, desde entonces, la colaboración del Gobierno con la oposición en este tema es plena. Más allá de la soledad en la que quedó el partido de Rosa Díez el pasado martes, el Gobierno destaca que la iniciativa suscrita por todos los demás grupos del Congreso reconoce que la democracia ha vencido a ETA y  pide a ETA su disolución “definitiva e incondicional”. Algo que, para el nuevo ministro del Interior vale más ahora que todo el discurso anterior contra la izquierda abertzale. Un discurso que, en todo caso, volverá a estar vigente si ETA vuelve a las armas y da motivos suficientes para expulsar a sus marcas políticas de las instituciones. 

“Se debe exigir la aplicación más rigurosa de la ley de partidos, que faculta para expulsar a Bildu de las instituciones en cuanto existan pruebas suficientes para demostrar que es un instrumento de ETA”. Mariano Rajoy se mostraba así de contundente en su libro En Confianza, con el que se presentó a las últimas elecciones generales del pasado 20 de noviembre.