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Margallo y Montoro arrinconan a De Guindos solo un mes después de llegar al poder
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ECONOMÍA NO PARTICIPÓ EN EL ENCUENTRO CON EMPRESARIOS

Margallo y Montoro arrinconan a De Guindos solo un mes después de llegar al poder

Los ministros luchan por arañar cuota de poder en el nuevo Ejecutivo. Y el titular de Economía, Luis de Guindos, que no pertenece al aparato del

Foto: Margallo y Montoro arrinconan a De Guindos solo un mes después de llegar al poder
Margallo y Montoro arrinconan a De Guindos solo un mes después de llegar al poder

Los ministros luchan por arañar cuota de poder en el nuevo Ejecutivo. Y el titular de Economía, Luis de Guindos, que no pertenece al aparato del partido y no ha hecho la travesía de la oposición, parece haber perdido pie frente a los pata negra. El ministro de Exteriores, José Manuel García Margallo, se daba ayer un baño de ego y le robaba la instantánea con los Alierta, Galán, Florentino o González. Todo tras arrebatarle la bandera de la marca España, una divisa que también merecería enarbolar como responsable de la competitividad empresarial. Una reconvención a la que se suman las rectificaciones a las que le ha sometido el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. Con la sombra de Álvaro Nadal desde Moncloa planeando sobre su gestión, parece condenado a centrar sus esfuerzos en la reforma del sistema financiero.

La ausencia del ministro de Economía en la reunión mantenida ayer por Margallo con treinta de las principales empresas del país en el Palacio de Santa Cruz no puede ser más dolorosa. ¿Pretexto? Había que estar en el Ecofin de Bruselas. “Es cierto. Pero también lo es que De Guindos no iba a asistir a ese foro como invitado. De hecho, el día del Ecofin se conoce desde hace mucho tiempo. Siempre se podía haber buscado otra fecha para la reunión con las empresas”, aseguran fuentes del Gobierno. De Guindos se limitó a cumplir el expediente y mandar a uno de sus lugartenientes, Jaime García-Legaz. Margallo, tan hábil como consciente de la importancia de las cuestiones de imagen -hasta ha creado una dirección general ad hoc-, les había ganado por la mano. Otros, como los titulares de Fomento e Industria, simplemente se quitaron el sombrero y aceptaron un segundo plano.

Todo comenzó hace dos semanas, durante el viaje del ministro de Exteriores a Arabia Saudí. Margallo filtraba entonces la celebración de esta reunión con la élite empresarial para buscar fórmulas que facilitaran la internacionalización de la empresa y potenciaran la imagen de España en el exterior. Como publicó ayer el diario Expansión, el anuncio sorprendió en Economía y, sobre todo, en uno de sus cuerpos estrella, como son los técnicos comerciales, tradicionalmente enfrentados a los diplomáticos de carrera. Aunque los inquilinos de las Oficinas Comerciales -98 en todo el mundo- están adscritos a Economía, dependen administrativamente de la Embajada. Su papel es clave en la penetración de las empresas españolas en el extranjero.

Margallo había aprovechado la ocasión -y la inoperante panoplia de organismos creados para promover la imagen de marca España- para sacar una cabeza a su compañero de Consejo de Ministros. Eso sí, no falta quien entiende que el afán del ministro de Exteriores por acaparar atribuciones puede terminar convirtiéndose en un caramelo envenenado. Más que fotos, se piden hechos. “La reunión resultó algo descafeinada y lo lógico es que hubiera estado el ministro de Economía -se asegura desde una de las empresas asistentes-. Se enmarca dentro de un Gobierno que ya está haciendo demasiadas cosas de cara a la galería. ¿Cuántas entrevistas ha concedido Soria en los últimos diez días? ¿Le queda tiempo para hacer algo?”.

En este sentido, el acto celebrado ayer sólo resultó práctico para que el titular de Exteriores pudiera hacerse oír entre la flor y nata empresarial. "No acudimos para hablar. De hecho, sólo intervinieron los presidentes de Telefónica e Inditex, como había quedado establecido", explica otro de los asistentes. "Como en otras citas celebradas por el anterior Gobierno, sirvió para la foto y poco más". Además, también se repitieron errores del pasado, pues la lista final de asistentes tuvo que ampliarse ante las quejas de algunos ilustres por quedarse fuera. "Deben entenderse entre ellos y tener claro cuáles son sus prioridades", afirma otra multinacional española. "Tienen voluntad, pero igual con quien tienen que reunirse y ayudar para el salto al exterior es a otro tipo de compañías". 

El frente Montoro-Nadal

Lo peor es que el frente Margallo no es el único que tiene abierto De Guindos. Es choque más evidente es el que mantiene con Montoro, casi desde el día 1. Mientras el ministro de Economía cifraba el primer recorte del Gobierno en 4.000 millones, en un corrillo con periodistas el de Hacienda rehusaba confirmar las cifras ofrecidas por su colega. Malentendido o no, las correcciones se sucedieron. Entre las más llamativas, la provocada por la  aseveración de Guindos respeto a que el Gobierno controlaría ex ante los presupuestos de las comunidades autónomas. Montoro tenía que terciar para garantizar el “pleno respeto del PP a la autonomía económica, política y financiera” de las autonomías. También tuvo que intervenir para dejar claro que el escenario de déficit que maneja el Ejecutivo para este año es del 8% y que no superará ese umbral, como había apuntado el ex ejecutivo de PriceWaterhouseCoopers.

Los ministros luchan por arañar cuota de poder en el nuevo Ejecutivo. Y el titular de Economía, Luis de Guindos, que no pertenece al aparato del partido y no ha hecho la travesía de la oposición, parece haber perdido pie frente a los pata negra. El ministro de Exteriores, José Manuel García Margallo, se daba ayer un baño de ego y le robaba la instantánea con los Alierta, Galán, Florentino o González. Todo tras arrebatarle la bandera de la marca España, una divisa que también merecería enarbolar como responsable de la competitividad empresarial. Una reconvención a la que se suman las rectificaciones a las que le ha sometido el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. Con la sombra de Álvaro Nadal desde Moncloa planeando sobre su gestión, parece condenado a centrar sus esfuerzos en la reforma del sistema financiero.

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