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“Rajoy acercará a los presos de ETA pero necesitará tiempo para gestionarlo en el PP”
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ENTREVISTA 20N: ÍÑIGO URKULLU, PRESIDENTE DEL PNV

“Rajoy acercará a los presos de ETA pero necesitará tiempo para gestionarlo en el PP”

Íñigo Urkullu (Alonsótegui, Vizcaya, 1961) tiene ante sí el reto de evitar que Amaiur le arrebate al PNV el liderazgo nacionalista tras el 20N. Asegura que,

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“Rajoy acercará a los presos de ETA pero necesitará tiempo para gestionarlo en el PP”

Íñigo Urkullu (Alonsótegui, Vizcaya, 1961) tiene ante sí el reto de evitar que Amaiur le arrebate al PNV el liderazgo nacionalista tras el 20N. Asegura que, de ocurrir, sería la consecuencia de un hecho coyuntural, el fin de la violencia, que beneficia electoralmente a la izquierda abertzale. “No sería un drama”, dice. Revela también que ha llamado a Mariano Rajoy para hablar de la nueva situación política y está a la espera de que le responda. Aun así, está convencido de que si es el nuevo presidente del Gobierno acercará a los presos de la banda al País Vasco, pero antes necesitará tiempo para gestionar la medida con los 'irreductibles' del partido. Y desde el convencimiento de que ETA dejará de asesinar, no descarta que un sector de la banda tenga la intención de “volver a las andadas”. El Confidencial lo entrevistó el pasado jueves en su despacho de Sabin Etxea.

¿Dónde estaba cuando ETA anunció el “cese definitivo” de la violencia?

En este mismo despacho, conectado a Internet.

Eso es que lo esperaba.

Estaba en los cálculos, era una de las hipótesis más probables.

Brian Currin, uno de los promotores de la Conferencia de Paz de Aiete, ha dicho que espera otro comunicado de ETA antes o inmediatamente después del 20N.

No quiero hacer especulaciones, pero si fuera cierto no me gustaría que fuese un comunicado para pedir el voto a nadie. Para mí, el comunicado importante era el del cese definitivo de la violencia, y el próximo que espero es el de la disolución y el desarme.

¿Qué papel ha tenido el PNV en este desenlace final, si es que ha tenido alguno?

Hemos tenido muchas conversaciones con el PSOE, con el PP y con la izquierda abertzale. Hubo un momento delicado entre el mes de agosto y mediados de septiembre porque la izquierda abertzale tenía otras expectativas de gestión del tiempo, y tuvimos que insistir en que había que avanzar y hacer posible lo que hemos logrado antes de las elecciones.

Ahora han cogido carrerilla y piden la amnistía, el reconocimiento de Euskadi como Estado, el derecho de autodeterminación…

Obedece a la presión interna. Tienen prisa por ofrecer a su gente un discurso en el que parezcan triunfadores, cuando no lo son.

¿Significa eso que puede haber un sector minoritario que considere que las expectativas no se han cumplido y vuelva a atentar?

Siempre he alertado sobre la posibilidad de una escisión en ese mundo. La izquierda abertzale ha intentado preservar la unidad, pero eso no significa que no haya tensiones internas, incluso en ETA. No descarto que haya alguien que tenga la tentación de volver a las andadas, pero si lo hace estará haciendo caso omiso a la propia ETA.

¿Ha hablado con Rajoy del fin de ETA?

Me ofrecí a hablar con él y estoy a la espera de su respuesta. Sí he hablado con el presidente del PP vasco (Antonio Basagoiti), pero tampoco en exceso. Mariano Rajoy sabe que me tiene a su disposición para hacer una valoración de la situación.

Si se cumplen las encuestas, será el próximo presidente del Gobierno y, por tanto, el encargado de gestionar el fin definitivo de la banda. ¿Cree que va a ser capaz, por ejemplo, de acercar presos?

Creo que sí, aunque va a necesitar un poco de tiempo para gestionar la situación interna en el PP. Está cautivo de muchos discursos extremistas en el pasado. Es cautivo, y lo digo con todo el respeto, de la utilización del sufrimiento de las víctimas y del discurso del expresidente Aznar, entre otras cosas. Es probable que no pueda con los 'irreductibles', pero tendrá que gestionar la nueva situación en el entorno de esos irreductibles para hacerles ver que estamos en un tiempo de cese definitivo de la violencia y que el PP tiene que actuar para que podamos avanzar en la senda de la convivencia.

Usted ha reclamado una política penitenciaria más flexible, pero es obvio que no es lo mismo un etarra condenado a varios siglos de cárcel por varios asesinatos que otro que cumple condena por colaboración con banda armada. ¿Qué hay que hacer con los etarras que tienen delitos de sangre?

He hablado de acercamientos, de poner en libertad a los presos enfermos, de acabar con la excepcionalidad con que han sido tratados, no de amnistía ni de indultos. Es evidente que no es lo mismo una persona condenada por delitos de sangre que otra que lo ha sido por otros casos. A los primeros les corresponde pedir perdón, tener un gesto de arrepentimiento que no esté condicionado a que se puedan beneficiar de progresiones de grado. Dicho esto, para el PNV lo primero es la memoria de las víctimas. Tiene que quedar claro que la sociedad no le debe nada a ETA, pero a los partidos nos corresponde tener altura de miras.

¿Qué efecto va a tener el fin de la violencia en los comicios del 20N, las primeras sin ETA desde la recuperación de la democracia?

No creo que el anuncio del cese definitivo sea el elemento catalizador del voto de la izquierda abertzale. Amaiur va a beneficiarse de la herencia de Bildu porque no ha habido tiempo de juzgar su inoperancia en la gestión de las instituciones. Amaiur vivirá de las rentas del victimismo que tan bien han explotado durante años.

Les van a comer espacio electoral.

Hay que entender que ha habido una concentración de fuerzas políticas y que los escaños se repartirán entre una oferta menor de candidaturas. Cuando los integrantes de Amaiur iban por separado acaparaban votos finalmente inútiles porque no eran suficientes para tener representación. Ahora la situación es distinta. Mi opinión es que el PSE va a bajar y que el PP va a subir algo. Siendo consciente de todas estas circunstancias, aspiramos a mantener el grupo parlamentario en el Congreso.

Supongo que para el PNV sería una catástrofe que Amaiur fuese la fuerza mayoritaria.

Fíjese que en las últimas generales de 2008: el PNV no fue el ganador, fue el PSE. No sería un drama porque creo que estamos viviendo una situación coyuntural que beneficia a la izquierda abertzale. Los votantes están más preocupados por la situación económica que por el terrorismo y el resultado que el fin del mismo pueda tener en las formaciones políticas.

Resulta paradójico que quienes han justificado los crímenes de ETA (“consecuencia del conflicto” los han llamado en muchas ocasiones) vayan a recoger los frutos del fin de la banda cuando el resto de partidos democráticos lleva años luchando por ello.

Lo que me enerva es la interpretación que hacen de las aspiraciones nacionalistas algunos partidos y medios de comunicación para caricaturizar lo que son reivindicaciones del nacionalismo democrático, en lugar de felicitarnos por el fin de la violencia, de pensar que estamos ante un nuevo tiempo, que si todas las ideas son libres, que sean los ciudadanos los que pongan a cada uno en su sitio. Da la sensación de que el fin de la violencia es una victoria de ETA, cuando es un fracaso; suyo y de la izquierda abertzale porque no han conseguido nada.

Van a perder la capacidad de influir en el Gobierno de Madrid que han tenido esta legislatura.

Será lo que el partido gobernante decida en función de si tiene mayoría absoluta. Nosotros somos muy conscientes de que en esta legislatura hemos podido aprovecharnos, en el mejor sentido del término, de las circunstancias que han afectado a otras formaciones políticas y sus estrategias. El partido que gobierne deberá redefinir el modelo económico e institucional, y aunque tenga mayoría absoluta tendrá que buscar consensos. 

Si el resultado del PNV es malo, le van a echar a usted la culpa por estatutista. 

Un día soy representante del sector estatutista, otro día del plan Ibarretxe, otro me he subido al mundo. Es no entender el papel que tiene el PNV en su conjunto.

La lectura que se hace es que PNV ha recuperado su discurso más soberanista por miedo a que Amaiur les supere en las urnas.

Esa apreciación es injusta. Es una interpretación que hacen los medios de comunicación de los discursos del PNV. El 28 de febrero del año pasado, presentamos en un acto público celebrado en Bilbao la iniciativa Ados, donde planteé la necesidad de un nuevo estatus político para Euskadi. Lo que ahora planteamos es la consecuencia de aquella iniciativa. La soberanía nacional está en los principios fundacionales del PNV, aunque hemos dicho que para llegar a ella hay que hacer un trabajo gradual, dinámico, para concitar el apoyo mayoritario de la sociedad vasca. No somos deudores de la izquierda abertzale ni de nadie en conceptos de independencia, territorialidad, soberanía o derecho de autodeterminación. Cuando se consiguió el Estatuto de Gernika en 1979, ya dijimos que no era la estación término, sino la intermedia, un paso más en ese ejercicio gradual de la soberanía. Hoy, 34 años después, seguimos aspirando a un nuevo status, pero no porque ETA haya terminado. 

El PNV celebrará en enero su Asamblea General, que debe elegir al presidente del partido. Sé que son las agrupaciones las que proponen a sus candidatos y que no depende de su voluntad, pero me gustaría saber si le gustaría seguir al frente del partido.

No suelo hablar de mí mismo.

Después de la asamblea tendrán que ir pensando en elegir al candidato a lehendakari para las autonómicas de 2013.

Sí, inmediatamente después de terminar la asamblea tendremos que hablar del candidato a lehendakari.

Hay personas en su partido que dicen que Juan José Ibarretxe sería el mejor candidato para hacer frente a la izquierda abertzale.

Yo preferiría dejar en paz a Ibarretxe. El anuncio en su día la retirada y no tengo más que decir.

Ha pedido al lehendakari que adelante las autonómicas para que la izquierda abertzale tenga representación en la Cámara de Vitoria.

No le he pedido un adelanto electoral, sino que reflexione sobre la nueva situación y no se escude en lo que es el catón de todo gobernante: que intentará agotar la legislatura. Habrá que contar también con los resultados del PSOE el 20N.

¿Por si Patxi López se viene a Madrid como candidato a la sucesión en el partido?

Sin entrar en quinielas, me preocuparía que el lehendakari estuviese más ocupado en la situación del PSOE en los próximos 3 ó 4 meses que en su función. Si el partido convoca un Congreso Extraordinario después de las generales, entre otras cosas para elegir a un nuevo secretario general porque Rodríguez Zapatero querrá también dejar de serlo, la gestión de ese proceso va a llevar tiempo.

El presidente Rodríguez Zapatero le ha recibido a usted en La Moncloa y aún no hay ni fecha para que lo haga con el lehendakari. ¿No le parece un feo que el cese de la violencia lo analice con usted antes que con Patxi López?

No entro en la manera de gestionar la situación por parte del presidente del Gobierno.

Íñigo Urkullu (Alonsótegui, Vizcaya, 1961) tiene ante sí el reto de evitar que Amaiur le arrebate al PNV el liderazgo nacionalista tras el 20N. Asegura que, de ocurrir, sería la consecuencia de un hecho coyuntural, el fin de la violencia, que beneficia electoralmente a la izquierda abertzale. “No sería un drama”, dice. Revela también que ha llamado a Mariano Rajoy para hablar de la nueva situación política y está a la espera de que le responda. Aun así, está convencido de que si es el nuevo presidente del Gobierno acercará a los presos de la banda al País Vasco, pero antes necesitará tiempo para gestionar la medida con los 'irreductibles' del partido. Y desde el convencimiento de que ETA dejará de asesinar, no descarta que un sector de la banda tenga la intención de “volver a las andadas”. El Confidencial lo entrevistó el pasado jueves en su despacho de Sabin Etxea.

Mariano Rajoy