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Podemos e IU entran en la batalla final por los escaños en el último tirón de la negociación
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Podemos e IU entran en la batalla final por los escaños en el último tirón de la negociación

Las dos fuerzas dejan al desnudo la tensión por el encaje de las listas. Chocan por los puestos de salida. IU quiere entre 8 y 12. Iglesias ofrece 9 diputados, pero no dice dónde ni por dónde

Foto: Pablo Iglesias y Alberto Garzón, minutos antes de su reunión del pasado 18 de febrero en el Congreso. (Reuters)
Pablo Iglesias y Alberto Garzón, minutos antes de su reunión del pasado 18 de febrero en el Congreso. (Reuters)

No era tan "secundario". No era un elemento tan accesorio. La confección de las listas electorales siempre es un rompecabezas difícil de encajar para cualquier partido, y más cuando se trata de una coalición de dos fuerzas que hasta prácticamente ayer confrontaban en las urnas y en las tribunas. Podemos e Izquierda Unida han tropezado en la misma y previsible piedra y han penetrado en una tensa pelea por los escaños y la ordenación de las candidaturas. Y eso que sus protagonistas, Pablo Iglesias y Alberto Garzón, se empeñaron en verbalizar que las listas no serían un "obstáculo" capaz de frenar la alianza. Por ahora, ha hecho encallar las negociaciones, se ha convertido en su principal "escollo" y ha hecho saltar por los aires el plazo que se habían marcado los interlocutores.

Hasta ahora, las dificultades lógicas a cuenta de las candidaturas se habían conducido con el mismo manto de discreción que había cubierto las conversaciones. El diputado de IU las reconocía, pero ni una ni otra organización daba muchos detalles. Ni tan siquiera sobre la plaza reservada para Garzón. Pero este sábado las tiranteces saltaron a la luz pública. Podemos e IU se enzarzaron en un choque por los escaños, con diferencia de relato incluida. La formación morada ofrece nueve diputados y cinco senadores -"multiplicar por siete" la representación actual de la federación, según defendió el secretario de Organización, Pablo Echenique-, sin especificar ni puestos ni circunscripciones, al menos públicamente, mientras que IU exige entre ocho y doce diputados "en puestos de salida". O sea, quiere actas aseguradas, y no jugársela.

Garzón no pudo presentar al consejo político un preacuerdo con Podemos, pero sí la exigencia de un sexto de los diputados del nuevo grupo

La batalla quedó al desnudo porque la federación celebraba este sábado su consejo político, la reunión de su máximo órgano de dirección entre asambleas. La intención inicial era llevar al cónclave al menos un preacuerdo. Pero no pudo ser. El propio Garzón reconoció a su llegada, ante los periodistas, que no había ningún pacto aún, pese a que está "cerca" y las negociaciones, "avanzadas". Horas después, al término de la cita, la situación no había cambiado, porque la negociación seguirá en los próximos días. Incluso puede que hasta el fin del plazo legal, el 13 de mayo, aunque antes habrán tenido que celebrarse las respectivas consultas de las dos organizaciones a sus bases -la segunda en el caso de IU-.

Podemos e IU no consiguen cerrar el acuerdo

Pero ¿qué es lo que ha pasado en las últimas horas? ¿Qué tramo falta por recorrer para sellar la alianza de las dos formaciones y qué se ha conseguido ya? No es fácil responder todas las preguntas porque la reserva continúa y ni Garzón ni el responsable de Organización de IU, Adolfo Barrena, responsable directo de las negociaciones, ni Echenique han desvelado todas las cartas.

01. Las listas

Garzón ofreció un primer planteamiento nada más llegar al consejo político: IU cosechó 926.783 votos, por los 3,1 millones de Podemos (sin sus confluencias). La relación, razonó, es de 1:4. La federación aportó el 20-D un cuarto de los votos totales. Pero, para demostrar "generosidad" y ante la "firme creencia de estar ante un momento histórico", exigió una proporción menor de escaños, "un sexto" de la coalición resultante. Dicho de otra forma, demandó que una sexta parte de los nuevos diputados pertenezca a IU.

Las dos fuerzas discrepan en torno a qué se entiende por puesto de salida. La federación lo entiende como los escaños de más segura elección

Al principio, la federación no quiso traducir ese porcentaje, aunque ofrecía, como cifra orientativa, en torno a 9-10 parlamentarios. Las cuentas salían así a partir de los resultados de diciembre: 40 diputados de Podemos -sin los aportados por En Comú Podem en Cataluña (12), En Marea en Galicia (6) y Podemos-Compromís-És el Moment en Valencia (9)- más los dos de IU-Unidad Popular más los 14 que las dos organizaciones podrían haber obtenido de haber ido juntas, esquivando el castigo de la 'ley D'Hondt'.

La secuencia siguió con las declaraciones de Pablo Echenique desde Zaragoza. El número tres de Podemos confirmó que había mantenido contacto con Barrena hasta la medianoche del viernes. Fue entonces, según el dirigente, cuando la formación morada lanzó su última propuesta: nueve diputados, cinco senadores, sin concretar dónde (puesto) ni por dónde (circunscripción). Era la "quinta cesión" de los de Iglesias, un acto "generoso" hacia sus eventuales socios. Echenique señaló que su homólogo le había trasladado poco antes del consejo que esa oferta no era aceptable, por "insuficiente". Fuentes de la cúpula de la federación de izquierdas aseguraron que no les constaba ese planteamiento de nueve "puestos de salida". Ahí radicaba la diferencia.

Pablo Echenique: "Estamos más cerca que nunca de poder cerrar el pacto con IU"

IU entiende como tales las plazas de los diputados que salieron elegidos el 20-D y aquellos que podrían haber entrado en el Congreso de haber sumado fuerzas las dos organizaciones. Ejemplo práctico: en Madrid IU logró dos parlamentarios (Alberto Garzón y Sol Sánchez) y Podemos, ocho. La federación entiende que la décima silla sí es de salida, pero no la undécima -que cree de riesgo- o la decimoquinta. La formación emergente utiliza otra vara de medir, porque tiene en cuenta el efecto multiplicador de la entente. En consecuencia, la discrepancia no está en el número de candidatos, sino en su ordenación en las listas.

El diputado tuvo que suprimir de su resolución inicial la referencia a que la cuestión de las listas no puede ser un "obstáculo para la firma" de la alianza

El encaje final dependerá del curso de las conversaciones de Barrena y Echenique. Pero el reparto de la decena de diputados que pide IU afecta a Madrid (2-3 plazas) y varias provincias andaluzas (Sevilla, Málaga, tal vez Cádiz, Granada, Jaén o Córdoba). Pero no solo. Según algunos dirigentes de IU consultados, País Vasco y las dos Castillas también entran en el bombo. Fuera de la negociación queda Valencia, Cataluña y Galicia, que llevan sus dinámicas propias y en las que entran otros actores (Compromís, Anova, ICV-EUiA o Barcelona en Comú).

IU sí dejó claro que ese sexto de parlamentarios que exige es "irrenunciable". Más aún, en la resolución final aprobada por el consejo aumentó al alza su apuesta al escribir que esa proporción significa que debería contar con entre 8 y 12 escaños seguros en el Congreso (aparte queda el Senado). Además, Garzón tuvo que asumir la supresión de un párrafo de su texto inicial, enel que declaraba que la cuestión de las listas es "secundaria" y no puede ser un "obstáculo para la firma de un acuerdo entre las organizaciones". Y otro cambio más: la precisión de que los votos de IU-UP suponen "aproximadamente un tercio de los de Podemos [y no un cuarto] como contribución a la coalición". En el consejo político se oyeron voces de dirigentes que demandaban apretar más las tuercas a Podemos, de forma que la proporción de escaños exigidos se acerque más al 1:4, al cuarto de votos que IU aporta a la alianza. En esas tesis se halla Cayo Lara y el sector que le es más afín, 'IU sí, con más fuerza', cuya candidatura para la XI Asamblea Federal encabeza la eurodiputada Paloma López. También Izquierda Abierta se muestra más exigente.

02. La marca

No se ha revelado cómo se llamará la eventual coalición ni cómo se visualizarán las dos organizaciones en la papeleta que los votantes tendrán en sus colegios electorales. Pero esa cuestión preocupa menos, porque se entiende que ya está garantizada la presencia de la "simbología" de IU y la independencia de las dos formaciones. Garzón indicó que no habrá "inconveniente" en este punto porque se comprobará la "autonomía" de la federación, y Echenique agregó que no hay tampoco "fricciones" en esta materia. "Eso ya está desbloqueado -analiza una colaboradora del diputado-. No queremos diluirnos porque además no es necesario. Lo que ha funcionado son las sopas de siglas", en clara referencia al rechazo de Íñigo Errejón a las coaliciones.

IU y Podemos encallan con las listas

03. El programa

IU, a través de Marga Ferré, y Podemos, a través de Carolina Bescansa y Nacho Álvarez, están trabajando en un programa de mínimos que compartan las dos fuerzas. El consejo político aprobó las líneas maestras que defenderá en la alianza. Cinco ejes: economía al servicio de las personas (banca pública, destinar un 2% del PIB a la creación de empleo, derogación de las reformas laborales del PSOE y del PP, acabar con la economía sumergida, reforma fiscal), regeneración democrática (reforma electoral, reforzamiento de la lucha anticorrupción, revocatorios de los cargos públicos, incremento de la participación ciudadana, defensa del derecho a decidir, laicidad del Estado), potenciación de los servicios públicos, medio ambiente y soberanía alimentaria e igualdad.

Está "taxativamente" acordado que habrá campañas diferentes, liderazgos diferenciados, identidades distintas. Pero los dos compartirán grupo

Cada formación podrá defender sus reivindicaciones máximas al margen del núcleo común acordado por las dos. Eso ya está claro.

04. Los elementos acordados

Ya hay elementos cuya discusión está cerrada. Podemos e IU están de acuerdo en que se firme una coalición estatal, con las salvedades de Galicia, Cataluña y Valencia.

Susana Díaz no teme la confluencia de Podemos e Izquierda Unida

También está "taxativamente" acordado que se reconocen "diferencias políticas", que se respetan las "identidades diferentes", los "liderazgos diferentes" y los "planteamientos programáticos diferentes". Está pactado asimismo que esas diferencias "se visibilicen a lo largo de todo el proceso electoral". Podemos e IU desplegarán campañas distintas, aunque coordinadas, y sus líderes compartirán algunos actos, aún por determinar.

Como explicó Barrena, tampoco se discute que los diputados de Podemos e IU se cobijarán bajo un mismo grupo federal, al que se trasladará "ese acuerdo de visibilidad de las diferentes fuerzas que lo integren", que comprenderá "el reconocimiento de los diferentes liderazgos, la participación política y la acción institucional". El reparto de los recursos económicos de la coalición se reflejará igualmente en el texto del pacto.

05. Las perspectivas

Pese a que el escollo de las listas no es menor, ambas organizaciones mostraron optimismo. Garzón señaló, al término del consejo, que el pacto está "cerca" y aconsejó prudencia y discreción, trabajar "al margen del ruido legítimo de los titulares de los medios" para que la negociación avance contra reloj y se resuelvan las diferencias. También Lara expresó su deseo de que las conversaciones fructifiquen. Echenique, por su parte, indicó que el acuerdo está "más cerca que nunca" y confió en poder cerrarlo para el lunes.

Las dos organizaciones exhiben optimismo en la recta final, remarcan que el acuerdo está más "cerca" e insisten en que toca preservar la discreción

Pero hay una cosa clara para ambas partes: "O hay un acuerdo global o el acuerdo es imposible", en crudas palabras de Adolfo Barrena. El espíritu que se palpó en el consejo de IU fue de mesurado optimismo, y el tono, según relataron distintos dirigentes, no fue bronco.

06. Las consultas

El plazo legal para la formalización de las coaliciones electorales concluye el 13 de mayo. Y probablemente se apuren los tiempos. Pero Podemos tiene convocada su consulta a las bases para el 10 y 11. IU, que descartó celebrar un segundo referéndum, reculó. Garzón, por la presión de los críticos -'IU sí con más fuerza' e Izquierda Abierta, el partido de Gaspar Llamazares- y por la opinión favorable de varios de los suyos, rectificó e incluyó en la resolución final la convocatoria de la consulta a las bases para cuando esté cerrado el acuerdo. En pocas horas habrá desenlace. Y esta vez todo hace pensar que habrá fumata blanca. La que no hubo para el 20-D.

Garzón confirma las presiones del PSOE para que IU no pactase con Iglesias para el 26-J

Alberto Garzón, en su exposición de cierre, a puerta cerrada ante sus compañeros del consejo, se defendió frente a los críticos. Destacó que él y los suyos buscan "un buen acuerdo", y no uno cualquiera. "Si aceptáramos cualquier acuerdo, ya lo habríamos traído hoy". Sí advirtió de que el pacto final contendrá "luces y sombras", porque "siempre es así". "Vienen muchas curvas y mejor no marearse. Las dificultades no serán pocas y las negociaciones van a ser complicadas", alegó. Eso sí, recordó que los ciudadanos, cuando le paran en la calle, no le hablan de listas, porque "les importa un pimiento".

También reconoció ante los suyos que el PSOE presionó a IU el mes pasado, con encuestas por delante, para disuadirle de las ventajas de la confluencia, porque la federación está al alza en las encuestas, y Podemos a la baja. Pedro Sánchez habló con Garzón, como se citó con él el número dos de los socialistas, César Luena.

La discusión en el consejo político discurrió sin sobresaltos, según todas las fuentes consultadas. El propio Cayo Lara apoyó la convergencia con la formación de Pablo Iglesias. Los matices venían por la exigencia de una segunda consulta a las bases y por la pretensión de los sectores críticos de retrasar la XI Asamblea, intento que fracasó. La votación final de la resolución de Garzón reflejó el consenso: 105 votos a favor, 1 en contra y 9 abstenciones.

No era tan "secundario". No era un elemento tan accesorio. La confección de las listas electorales siempre es un rompecabezas difícil de encajar para cualquier partido, y más cuando se trata de una coalición de dos fuerzas que hasta prácticamente ayer confrontaban en las urnas y en las tribunas. Podemos e Izquierda Unida han tropezado en la misma y previsible piedra y han penetrado en una tensa pelea por los escaños y la ordenación de las candidaturas. Y eso que sus protagonistas, Pablo Iglesias y Alberto Garzón, se empeñaron en verbalizar que las listas no serían un "obstáculo" capaz de frenar la alianza. Por ahora, ha hecho encallar las negociaciones, se ha convertido en su principal "escollo" y ha hecho saltar por los aires el plazo que se habían marcado los interlocutores.

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