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Las dudas sobre los estímulos monetarios desatan la mayor caída semanal del Ibex desde marzo
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LA DEUDA ESPAÑOLA SUFRE LA PEOR SEMANA DESDE EL LANZAMIENTO DE LA 'OMT'

Las dudas sobre los estímulos monetarios desatan la mayor caída semanal del Ibex desde marzo

La fe ilimitada de los inversores en los bancos centrales se ha llevado un susto esta semana. La simple alusión a que la Reserva Federal (Fed)

La fe ilimitada de los inversores en los bancos centrales se ha llevado un susto esta semana. La simple alusión a que la Reserva Federal (Fed) estadounidense pueda reducir –que no retirar- el volumen de su tercera ronda de estímulos cuantitativos (QE3) ha bastado para reactivar las dudas en los mercados. Como, además, China ha dado muestras de que su crecimiento sigue frenándose, los inversores han encontrado las excusas perfectas para pisar el freno tras acelerar las compras en las últimas semanas.

En el caso del Ibex 35, ha acumulado unos descensos del 3,7% en el conjunto de los cinco últimos días y ha retrocedido hasta los 8.305,3 puntos. Se trata de su mayor retroceso semanal desde marzo tras haber firmado un pleno bajista con cinco descensos consecutivos. Y aún hay otro dato que certifica el tono que han tenido las últimas jornadas: 32 de los 35 valores del índice han sufrido números rojos.

En su contra, ha pesado demasiado la caída del sector al que es más sensible: la banca. Santander ha caído un 3,6%; CaixaBank, un 3,7%; BBVA, un 4%; Bankinter, un 5,4%; y Sabadell, un 7,5%. Tampoco han echado una mano los restantes pesos pesados del índice: Iberdrola ha bajado un 2%; Repsol y Telefónica, un 4,2%; e Inditex, un 6,6%. 

Pero también ha habido espacio para las compras. Y estas han sobresalido en Sacyr, con una revalorización del 12,5% que ha catapultado sus títulos hasta los 1,929 euros. De este modo, la constructora sigue haciendo realidad lo que se esperaba de ella. A su lado, solo los títulos de Banco Popular y Acerinox han logrado esquivar los descensos con subidas del 2,5% y del 0,25%, respectivamente. 

En las bolsas internacionales, el mayor susto se lo ha llevado Japón. El Nikkei 225, estimulado en primera persona por el Banco de Japón desde comienzos de abril, era el que más había corrido y también han sido el que más ha corregido. Tras desplomarse un 7% en la jornada del jueves, ha cerrado la semana con un descenso acumulado del 3,5%, el peor balance desde octubre. 

En Europa, el Mib italiano ha sufrido en línea con el Ibex, puesto ha bajado un 4% en la semana, mientras que el Dax alemán y el Cac francés han cedido un 1,1%. Por su parte, en Wall Street la corrección también ha sido moderada, con caídas que en el caso del Dow Jones no han llegado al 1%, mientras que el S&P 500 ha bajado un 1,5%. 

Por el momento, y viendo el susto de esta semana, los expertos se muestran cautos a la hora de vaticinar los siguiente movimientos del mercado. El aviso ha quedado ahí, pero aún faltan elementos para completar el diagnóstico. "Aunque tengamos señales que nos avisen de un posible techo a corto plazo de mercado, el soporte -put- de los bancos centrales y, sobre todo, el comportamiento de los bonos de momento no nos hacen pensar en que no sea más que un respiro para volver a subir con fuerzas retomadas", valora Miguel Paz, de Unicorp Patrimonio. 

 La peor semana del año para la deuda 

A la espera de los próximos pasos, los últimos tampoco han sido positivos para la deuda pública española. Las ventas se han impuesto, con el consiguiente repunte de los rendimientos, que suben cuando el precio de los títulos baja. La rentabilidad de los títulos españoles a 10 años ha escalado del 4,20 al 4,42%, en la que ha sido su peor semana desde finales de agosto. O lo que es lo mismo, desde justo antes de que el Banco Central Europeo (BCE) lanzara la versión 2.0 de su programa de compras de deuda, que responde a las siglas OMT

Eso sí, esta vez el incremento del rendimiento no se ha traducido en un sustancial aumento de la prima de riesgo, que mide la diferencia entre la rentabilidad de los bonos españoles y alemanes a 10 años. El motivo reside en que en esta ocasión bund germano también ha sufrido las ventas. Su rendimiento ha pasado del 1,32 al 1,43%, con lo que la prima española, aunque se ha ampliado, solo lo ha hecho de los 288 a los 299 puntos básicos, aunque el viernes llegó incluso a tocar los 303 puntos básicos.

Corrección del dólar...

La convulsión de las últimas jornadas ha vuelto a demostrar que cuando el mercado zozobra, la divisa que más rebota, por aquello de que también es la que más cae cuando retorna el apetito por el riesgo, es el yen japonés. En el conjunto de la semana se ha apreciado un 1,4% contra el euro, hasta los 130,6 yenes, y un 2,1% contra el dólar, hasta los 101 yenes. 

En cuanto al cara a cara entre el euro y el dólar, el primero ha salido fortalecido. Se ha revalorizado cerca de un 0,6%, hasta los 1,292 dólares. Este comportamiento es subrayado por los expertos para destacar que, por ahora, el mercado tiene claro que la Fed mantendrá los estímulos. De lo contrario, el billete verde se hubiera apreciado para descontar que el banco central iba a reducir la impresión de dólares. 

...y rebote del oro

Como antagonista tradicional del dólar, el oro ha curado parcialmente las heridas bajistas de las anteriores semanas. La onza del metal precioso ha remontado un 2%, hasta los 1.387 dólares. Por el contrario, el petróleo también ha caído presa de las dudas generadas por la Fed y China. El barril Brent, de referencia en Europa, ha bajado un 2,2%, hasta los 102,3 dólares, y el estadounidense WTI se ha dejado igualmente algo más de un 2%, hasta los 93,9 dólares.

La fe ilimitada de los inversores en los bancos centrales se ha llevado un susto esta semana. La simple alusión a que la Reserva Federal (Fed) estadounidense pueda reducir –que no retirar- el volumen de su tercera ronda de estímulos cuantitativos (QE3) ha bastado para reactivar las dudas en los mercados. Como, además, China ha dado muestras de que su crecimiento sigue frenándose, los inversores han encontrado las excusas perfectas para pisar el freno tras acelerar las compras en las últimas semanas.