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La economía real enfría la euforia de los mercados financieros
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PRESIONES PARA QUE EUROPA RELAJE SUS POLÍTICAS

La economía real enfría la euforia de los mercados financieros

La economía financiera se anticipa a la recuperación de la economía real. Nada nuevo bajo el sol. Los mercados comienzan a descontar un escenario en el

O lo que es lo mismo, a medida que se deteriora la economía europea -el índice de manufacturas alemán fue ayer peor de lo esperado- hay más argumentos para creer que los bancos centrales continuarán inundando la economía de liquidez. Incluso se baraja la idea de que el mix de política económica (presupuestaria y monetaria) será más acomodaticio. Es decir, más laxo, lo que ayudará a Alemania a combatir la depreciación del yen japonés, que está haciendo daño a sus exportaciones asiáticas.

La aversión al riesgo  parece haber desaparecido, al menos en la economía financiera. Otra cosa muy distinta es lo que sucede en la economía real, donde las señales de mejora son todavía tenues.

Nada indica una recuperación súbita ni mucho menos intensa. Sobre todo teniendo en cuenta -según las estimaciones del Banco de España- que el año 2013 ha comenzado con una contracción del PIB equivalente al -0,5% en términos intertrimestrales. O del -2% en términos interanuales (frente al -8% y -1,9%, respectivamente, del trimestre anterior). Y lo que es todavía más llamativo: el ritmo de destrucción de empleo se ha situado en el 4,5%, apenas dos décimas por debajo del ritmo del trimestre precedente. Y hay que tener en cuenta que cada punto representa la destrucción de unos 170.000 empleos a tiempo completo en términos de Contabilidad Nacional.

Quiere decir esto que mientras la economía financiera despega, la real, que reacciona pasados entre dos y tres trimestres, no lo hace. Pero ahora bien, la economía real no volverá a la senda del crecimiento hasta que la financiera no se estabilice. Y lo cierto es que ese recorrido parece que ha encontrado ahora la buena salida. Básicamente, por la actuación de los bancos centrales. En particular, la Reserva Federal y el Banco de Japón. Y en menor medida, el BCE. Los mercados quieren dinero y cuanto más barato, mejor.

Una contracción más suave

El resultado es una suave desaceleración en el ritmo de deterioro de la economía. En palabras del servicio de estudios de Bankia, “se percibe una contracción menos acusada en los distintos sectores de actividad en los primeros meses del año”.

Los economistas de la entidad, sin embargo, ponen algunos 'matices'. Frente a una cierta estabilización del ritmo de deterioro en la industria, el sector terciario -los servicios- experimenta una “sensible moderación respecto al tramo final de 2012, cuando sufrió el mayor desplome en tres años y medio”. Así, en enero-febrero el descenso de la cifra de negocio en la industria fue del 2,7% interanual (-2,4% en el trimestre anterior), mientras que en los servicios fue del 5,2% (-7,4% previo).

Por su parte, destaca positivamente el repunte de la entrada de pedidos en la industria (+3,9% en febrero), de forma que en los últimos cuatro meses ha registrado tres datos positivos, “una señal alentadora de cara a una posible reactivación de la inversión productiva”.

No son todas, sin embargo, buenas noticias. El ajuste en el sector de la construcción no sólo continúa, sino que “se ha agudizado”. O dicho en otros términos, “no consigue tocar suelo”. Un dato revela mejor que ningún otro la intensidad del ajuste. El consumo aparente de cemento registró en marzo la mayor caída del último año (-39,8% interanual). Es decir, hasta mínimos de casi medio siglo.

La causa de este pobre comportamiento de la economía tiene que ver con las medidas de ajuste del gasto público, pero también con el intenso proceso de desapalancamiento por parte de los hogares, que el año pasado redujeron su deuda al mayor ritmo en más de tres décadas, un 4,2%, hasta mínimos desde 2006 (79,7% del PIB frente al 82,2% anterior). En todo caso, dice Bankia, esta cifra “sigue siendo muy abultada, ya que prácticamente duplica las que se registraban a mediados de la década de los 90”.

Ahora bien, esta fuerte corrección se produjo a pesar del intenso deterioro de su renta disponible (RBD), en sintonía con la prolongada destrucción de empleo y la contención de las rentas salariales. Esto obligó a las familias a moderar sensiblemente su gasto en consumo, prácticamente estancado en términos nominales, lo que, sin embargo, no evitó que su ahorro siguiera marcando mínimos históricos (8,2% de la renta disponible).

O lo que es lo mismo, a medida que se deteriora la economía europea -el índice de manufacturas alemán fue ayer peor de lo esperado- hay más argumentos para creer que los bancos centrales continuarán inundando la economía de liquidez. Incluso se baraja la idea de que el mix de política económica (presupuestaria y monetaria) será más acomodaticio. Es decir, más laxo, lo que ayudará a Alemania a combatir la depreciación del yen japonés, que está haciendo daño a sus exportaciones asiáticas.

Ministerio de Economía