Slim, socio de La Caixa, compra el 8,4% de YPF tras ejecutar a Eskenazi

YPF, la hasta hace unos meses filial argentina de Repsol, habla desde anoche mexicano. Carlos Slim, uno de los dos hombres más ricos del mundo, ha hecho público la compra de un 8,4% de la empresa petrolera nacionalizada por el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Se da la circusntancia de que Slim es socio preferencial de La Caixa, primer accionista de Repsol.

No obstante, la entrada del dueño de Telmex, el mayor rival de Telefónica en México, se ha hecho de forma involuntaria y sin ningún tipo de acuerdo estratégico con Isidro Fainé, con quien comparte el consejo de administración de Criteria, el holding industrial del grupo catalán, o si la decisión de comprar 32,9 millones de acciones clase D de YPF lo ha hecho de forma independiente. En realidad se trata de una ejecución de parte del préstamo que Inbursa, su banco, le prestó por 300 millones de dólares a la familia Eskenazi para comprar hasta el 25% de YPF.

La relación de Slim con Fainé es muy cercana desde que La Caixa adquirió un 20% de Inbursa, su brazo financiero, en mayo de 2008. Esa operación le dio al banco catalán dos asientos en el consejo de administración de la empresa mexicana. Posteriormente, Slim tomó pequeñas participaciones en Caixabank cuando la caja decidió salir a bolsa en julio del pasado año.

La irrupción de Slim se produce en un momento de gran tensión entre el gobierno argentino y Respol después de que Fernández de Kirchner decidiera confiscar YPF con el argumento de que la española no invertía lo suficiente para elevar la producción de hidrocarburos. Repsol amenazó con tomar medidas jurídicas contra cualquier inversor o compañía que se aliara con la República latinoamericana para explotar los activos de YPF, en especial los yacimientos de Vaca Muerta.

Repsol tiene valorada su participación del 57% de YPF que tenía hasta hace tres meses en 7.000 millones de dólares, unos 5.000 millones de euros. La compañía negocia con Deloitte, el auditor, como contabilizar esa inversión. Dependerá de si la firma da por buenas las explicaciones del grupo presidido por Antonio Brufau sobre lo que podría recibir del Gobierno argentino si gana los pleitos internacinales. Si no los acepta, tendría que hacer frente a una provisión millonaria que pondría patas arriba su balance.

Se da la circunstancia de que Slim es un gran amigo de Felipe González, a la vez consejero de Gas Natural, la sociedad controlada por La Caixa y la propia Repsol. La petrolera ha perdido más de un 40% de su capitalización bursátil desde que sufrió la nacionalización de YPF, compañía que le aportaba cerca del 30% de su beneficio operativo.

La expropiación le ha obligado a diseñar en un tiempo récord un plan estratégico que ha tenido una fría acogida por parte de los inversores. Especialmente porque las agencias de calificación le han amenzado a Repsol con retirarle el rating, lo que supondría un duro palo para Brufau y su equipo. Repsol aún mantiene un 12% de YPF, un 6% que no fue nacionalizado y otro 6% procedente de la ejecuación de la garantía por el impago de un préstamo fallido concedido por la española a la familia Eskenazi. La misma operación forzada que ha provocado la irrupción de Slim.