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Rosell 'mete la tijera' en CEOE: apuesta por reducir en un tercio la plantilla
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QUIERE DEJAR LA CÚPULA POR DEBAJO DE 100 PERSONAS

Rosell 'mete la tijera' en CEOE: apuesta por reducir en un tercio la plantilla

Esperanza Aguirre planea reducir el número de diputados de la Asamblea de Madrid desde los 129 actuales hasta apenas 65. Y no es la única que

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Rosell 'mete la tijera' en CEOE: apuesta por reducir en un tercio la plantilla

Esperanza Aguirre planea reducir el número de diputados de la Asamblea de Madrid desde los 129 actuales hasta apenas 65. Y no es la única que detecta un exceso de personal en ciertas instituciones. Juan Rosell, presidente de CEOE, también ha puesto en marcha un plan de ajuste en la cúpula de la patronal, con el fin de dejar la plantilla por debajo de las cien personas. Según explican fuentes internas de la organización, la Confederación contaba en sus filas con unos 155 profesionales cuando el dirigente catalán accedió a la presidencia en sustitución de Gerardo Díaz Ferrán en diciembre de 2010. La casa cuenta ya sólo con unos 120. Y bajando.

“Han abandonado la patronal unas 35 personas en ese año largo. Eso sí, prácticamente no ha habido despidos. Apenas seis. El resto han sido jubilaciones, prejubilaciones o contratos temporales que finalizaban…”, añaden. Según fuentes conocedoras de las intenciones de Rosell, su plan pasa por acentuar ese ajuste hasta dejar la estructura central de CEOE por debajo del centenar de personas. Un recorte adicional que culminaría una reducción de un tercio respecto a la plantilla que se encontró. El presidente no ha ocultado a su entorno en ningún momento que, según su criterio, la cúpula de CEOE estaba sobredimensionada.

Una tesis muy en línea con los tiempos, pero que no es compartida por parte de la casa. Y remiten a los datos. Según consta en el último Anuario de CEOE, con guarismos correspondientes al año 2010, la patronal sumaba entonces 3.729 trabajadores, de los que casi 3.600 dependían de las diferentes organizaciones territoriales (55) y sectoriales (175). “Es remarcable que la cúpula confederal solamente representa el 3,48% de los efectivos humanos, el 4,9% de los ingresos, el 5,44% de los gastos, el 0,82% de las sedes y el 3,68% de los metros cuadrados actualmente utilizados”, reza el documento. Los servicios centrales costaron ese año 29 millones de euros, mientras que el gasto de de toda la estructura rozaba los 535 millones.

Es más, la patronal ha sacado tradicionalmente pecho de sus fuentes de financiación y de su escaso staff. “Ninguna gran organización española, sea económica, social o política, hace sentir tanto su influencia con tan pocos medios financieros o humanos”, subrayaba el citado Anuario. Y recordaba que la Confederación cubre por sí misma la parte del león de sus gastos estructurales: “En un porcentaje abrumador, con excepción hecha de la administración de los fondos de formación, la financiación de la CEOE proviene de cuotas empresariales, bien de miembros de pleno derecho o de miembros asociados. Entre ambos conceptos, a los que sumamos patrocinios y otros ingreso propios, la patronal cubre más del 83% de sus necesidades”.

Rosell se convirtió en capo de los empresarios tras el episodio más triste de la patronal desde su fundación, en los estertores de la carrera empresarial de Díaz Ferrán. El ex presidente de Fomento del Trabajo sabía que lograba los apoyos para acceder al cargo con el compromiso de levantar las alfombras y cambiar la imagen del empresariado. Un esfuerzo que también obligaba a modificar cosas de puertas adentro. Incluso en su campaña electoral, Rosell apuntaba la necesidad de cambiar los Estatutos de la patronal para reforzar el código ético en la casa. E incluso ponía como ejemplo al Instituto de la Empresa Familiar (IEF), lobby catalán por excelencia. “Rosell podía incluso haber sido más ambicioso en las reformas internas si las circunstancias hubieran ayudado”, se asegura desde una sectorial, en alusión a la crisis.

Deserciones por la crisis

Precisamente la recesión ha abierto un nuevo frente en la patronal. Y es que organizaciones claves en CEOE han solicitado reducir el número de vocalías que atesoran en la Asamblea General, con el fin de ahorrar en la factura que abonan. Un puesto en ese cónclave da poder, en tanto es el órgano de decisión supremo de la casa; suya es la última palabra en el cambio de Estatutos o la elección de presidente. Claro que estar en ese foro también tiene un precio. En concreto, 9.000 euros al año por vocal. La cuestión no es baladí, en tanto patronales como la Confederación de Empresarios Andaluces (CEA) suman 24 vocalías y tienen que abonar cada doce meses 216.000 euros. Una cantidad importante en plenas vacas flacas, sobre todo en las comunidades autónomas.

Paradójicamente, también la patronal tecnológica (Aemetic) ha solicitado reducir su nivel de representación. Los presidentes de la CEA y Aemetic, Santiago Herrero y Jesús Banegas, respectivamente, compitieron con Rosell por la presidencia de CEOE. Comparten la petición de árnica la patronal cementera (Oficemen) y la de fabricantes de automóviles (Anfac), sectores ambos muy golpeados por la crisis. “Saldremos comidos por servidos. Incluso puede haber superávit de solicitudes para cubrir las bajas”, apuntan fuentes internas de la institución, que minimizan el impacto económico de las deserciones y dejan claro que otras organizaciones están por la labor de cubrir las vocalías vacantes. “Otra cosa es que a CEOE le interese que sectoriales o territoriales clave pierdan peso”, matizan otras fuentes de la organización.

Esperanza Aguirre planea reducir el número de diputados de la Asamblea de Madrid desde los 129 actuales hasta apenas 65. Y no es la única que detecta un exceso de personal en ciertas instituciones. Juan Rosell, presidente de CEOE, también ha puesto en marcha un plan de ajuste en la cúpula de la patronal, con el fin de dejar la plantilla por debajo de las cien personas. Según explican fuentes internas de la organización, la Confederación contaba en sus filas con unos 155 profesionales cuando el dirigente catalán accedió a la presidencia en sustitución de Gerardo Díaz Ferrán en diciembre de 2010. La casa cuenta ya sólo con unos 120. Y bajando.

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