Novagalicia se queda sin el dinero de los millonarios gallegos de México

Novagalicia debería de enfrentarse el próximo 15 de marzo a la segunda ventana de liquidez concedida por el Banco de España para recapitalizar la entidad y devolver parte de los 2.450 millones aportados por el Estado a cambio del 93% del capital. Sin embargo, la institución financiera gallega ha decidido eliminar esa fecha límite al no contar con el dinero prometido de los millonarios empresarios gallegos afincados en México.

Así lo han confirmado fuentes oficiales de Novagalicia, que el pasado 16 de diciembre anunció que había conseguido el compromiso de 17 empresarios locales para aportar hasta 70,4 millones de euros. Parte de ese dinero procedió del acuerdo extrajudicial con Manuel Añón, antiguo accionista de la corporación industrial de Caixa Galicia, que aceptó canjear parte de su inversión -26 millones- por una participación en NCG Banco.

Ese mismo día, el grupo financiero presidido por José María Castellano comunicó que mantenía “negociaciones con el resto de los inversores institucionales que han presentado compromisos de inversión o cartas de interés". Estos eran, fundamentalmente, "pertenecientes a la comunidad de empresarios gallegos en el exterior y fondos de inversión internacionales".

Los primeros han dicho que no, pese a que fue el propio Alberto Núñez Feijóo, presidente de la Xunta de Galicia, el que se lo pidió en una visita que hizo por varios países de Latinoamérica en septiembre de 2011. Posteriormente, en noviembre, Novagalicia reunió en Vigo a varios de estos inmigrantes que han hecho fortuna al otro lado del Atlántico. Entre los más interesados estaba Olegario Vázquez Raña, dueño de la cadena de hoteles Camino Real y del grupo hospitalario Los Ángeles.

La disposición era buena, pero finalmente se han echado atrás. La creciente incertidumbre sobre el estado real de las cuentas de NCG Banco, muy necesitada de recursos propios tras la entrada en vigor de la nueva regulación sobre provisiones, ha frenado la entrada del dinero procedente de estos inversores.

Más capital

La entidad gallega cifra estas necesidades adicionales en 2.340 millones de euros, de los que 1.600 millones corresponden a provisiones y los 740 millones restantes a capital. NCG Banco ha asegurado que podrá cumplir con estos requisitos este mismo año. Para conseguir este colchón, la entidad apunta tres vías: la generación de resultados, la venta de inmuebles en cartera y la entrada de socios privados de aquí a septiembre. Fuentes financieras expresan sus dudas sobre las tres opciones.

De momento, Novagalicia ha decidido eliminar la venta de liquidez que vencía el próximo 15 de marzo, así como la de mitad de junio y la de finales de septiembre. El plazo para conseguir la inyección de capital privado finaliza a la vuelta del verano –el 30 de septiembre- después de que el Ministerio de Economía haya eliminado la posibilidad de prorrogar por un año la opción concedida a Castellano para conseguir dinero de inversores institucionales. Lo que ha acordado con el Banco de España es aportar el capital cuando se tenga, sin ninguna fecha predeterminada.

Por tanto, el que fuera vicepresidente de Inditex se la juega a una sola carta. Su única alternativa es convencer a los grandes fondos profesionales estadounidenses y canadienses para que tomen una participación de al menos el 20% del capital al precio al que el FROB entró el 30 de septiembre del pasado año. Es decir, a apenas tres veces el valor en libros. En la entidad aún se mantiene la confianza en alcanzar el reto, pese a que admiten que ningún banco europeo lo ha conseguido. Tan solo Barclays levantó capital extranjero a pulso, pero fue hace tres años, con la llegada de fondos soberanos árabes.

El pasado mes de diciembre, Novagalicia consiguió que empresarios como los dueños de Constructora San José, Inveravante (Manuel Jove) Azkar, Climagal, Copasa, Coren, Egasa, Gadisa, Hierros Añón, Hijos de Rivera, Investigación Galega de Cable, Igalux Innova, Jealsa Rianxeira, Raneve y Rodean compraran paquetes de acciones. Pero fueron residuales. Tan solo compraron poco más del 2,59% del capital, una cifra insuficiente.