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“A los bancos les ha superado su propia desesperación y lo pagarán en los juzgados”
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HABLAN LOS AFECTADOS POR EL CASO DE LAS PARTICIPACIONES PREFERENTES

“A los bancos les ha superado su propia desesperación y lo pagarán en los juzgados”

“La empleada de la sucursal puso mi dinero en un producto financiero ilíquido, perpetuo, no garantizado y destinado a inversores cualificados”. Quien hace estas declaraciones es

Foto: “A los bancos les ha superado su propia desesperación y lo pagarán en los juzgados”
“A los bancos les ha superado su propia desesperación y lo pagarán en los juzgados”

“La empleada de la sucursal puso mi dinero en un producto financiero ilíquido, perpetuo, no garantizado y destinado a inversores cualificados”. Quien hace estas declaraciones es Ángela García, una de los más de 700.000 afectados por las participaciones preferentes. El dinero del que habla son todos sus ahorros y el problema de la operación que explica está en que su banco de toda la vida le ofreció un depósito a cinco años que terminó convirtiéndose, sin aviso ni explicaciones, en una inversión de alto riesgo.

La calificación de ‘preferente’ hace referencia a la posición de los tenedores de estas participaciones: en caso de que la entidad emisora quebrara cobrarían, siempre y cuando quedase patrimonio, antes que los accionistas. Sin embargo, recibirían su dinero después que el resto de acreedores de la entidad. Es decir, que a efectos prácticos las posibilidades de recuperar su dinero en caso de quiebra serían prácticamente nulas.

“Nos han engañado”, afirman varios de los afectados por el ‘corralito español’ a El Confidencial. Ante el gran número de engaños la Asociación de Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros (ADICAE) prepara una demanda conjunta contra las 52 entidades que vendieron participaciones preferentes. De los miles de casos que gestiona esta asociación “sólo uno, un inversor, conocía fielmente en qué producto financiero estaba colocando su dinero”. Los demás, entre los que también hay gente famosa, “buscaban depósitos y no renta”.

Carlos Valero no está entre los afectados. Pero sí sus padres: “Contrataron un plazo fijo a dos años que les permitía sacar su dinero pagando 75 euros. Ahora han descubierto que su banco, Caixa Bank, colocó el dinero en preferentes”. El caso de esta pareja de ancianos es una de las historias más repetidas, ya que la “gente mayor es el perfil mayoritario en esta estafa”, explican desde ADICAE.

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La estrategia de los afectados

Uno de los primeros objetivos de esta Asociación es acabar con el desconocimiento, ya que hay mucha gente en sus casas que no sabe todavía que son 'víctimas' de las preferentes. Al mismo tiempo que organizan actos de protesta han presentado una ‘demanda pública’ a la CNMV, al considerar que ni este organismo ni el Banco de España han cumplido con su papel regulador.

Otra de las vías de actuación es la política. Desde ADICAE han enviado a los partidos políticos propuestas de moción para que en los plenos de los ayuntamientos se discuta esta cuestión. Además, durante la Comisión de Afectados del pasado jueves a la que acudió este periódico, algunos de los allí presentes demandaban a la Asociación que “recomiende a las víctimas del fraude sacar su dinero de los bancos que han cometido la estafa y abrir cuentas en otras entidades”. La respuesta de ADICAE fue clara: “No hay banco recomendable”.

“Los contratos son nulos de pleno derecho”

Desde los despachos de abogados avisan que en los próximos meses habrá un aluvión de demandas. Carlos Guerrero, abogado especialista en mala praxis bancaria de MAB Consultores, es optimista ante la situación de los afectados: “Estos años hemos llevado muchos SWAPS, que es un producto complejo también, y ya se han dictado unas 600 sentencias contra bancos y 90 a favor de ellos, pero es que las preferentes es más descarado si cabe, por tanto el número de sentencias a favor de los afectados será mucho mayor, ya que son casi todos particulares con perfil de inversor sin conocimientos”.

Pese a que no es un caso sencillo y cada uno de los afectados tiene sus particularidades, Guerrero apuesta porque “en un año, podrán recuperar su dinero con la sentencia en primera instancia”. Pero insiste en la necesidad de “demandar porque la banca ha dejado claro que no va a dar marcha atrás y que o aceptas sus condiciones o nada”.

Según este abogado, los afectados con perfil conservador, como la mayoría, conseguirán que su contrato se declare nulo por error en el consentimiento según el artículo 1265 del Código Civil, cumpliéndose los dos requisitos, que son que el error recae sobre un elemento esencial (existen varios elementos esenciales vulnerados, entre ellos la falta de información) y el error debe ser excusable, no imputable a quien lo padece.

¿Recupero mi inversión con las preferentes?

Para terminar de entender la situación a la que se enfrentan los afectados hay que explicar el tipo del producto del que estamos hablando. Las participaciones preferentes “son un producto intermedio entre las acciones y los bonos cuyas características les acercan más a estos últimos, ya que por ellas recibes un dividendo anual que no está sujeto a los beneficios de la empresa”, explica Nicolás López, de MG Valores.

Este producto destaca por su carácter “perpetuo”, ya que la única manera de deshacerse de ellos es venderlos. Es en este punto donde los analistas sitúan el problema. “Se han vendido como churros, como alternativa a los depósitos, y las han adquirido gente que no tenía el perfil adecuado: es un producto dirigido a un inversor a largo plazo que busca una renta y es consciente de que no va a recuperar nunca su inversión inicial”. 

“La empleada de la sucursal puso mi dinero en un producto financiero ilíquido, perpetuo, no garantizado y destinado a inversores cualificados”. Quien hace estas declaraciones es Ángela García, una de los más de 700.000 afectados por las participaciones preferentes. El dinero del que habla son todos sus ahorros y el problema de la operación que explica está en que su banco de toda la vida le ofreció un depósito a cinco años que terminó convirtiéndose, sin aviso ni explicaciones, en una inversión de alto riesgo.