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Sergio Ramos, decepcionado por las palabras y la actitud de Mourinho
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FLORENTINO PÉREZ, PREOCUPADO POR EL NUEVO DISTANCIAMIENTO

Sergio Ramos, decepcionado por las palabras y la actitud de Mourinho

No le queda otro remedio que ir a buscar dos noches épicas para seguir con vida y no dar por terminada la temporada el 5 de

Foto: Sergio Ramos, decepcionado por las palabras y la actitud de Mourinho
Sergio Ramos, decepcionado por las palabras y la actitud de Mourinho

No le queda otro remedio que ir a buscar dos noches épicas para seguir con vida y no dar por terminada la temporada el 5 de marzo. El Real Madrid de Mourinho pende de un hilo, mejor dicho de dos, y lo hace cuando la relación entre el técnico y algunos jugadores vuelve a vivir momentos complicados. La distancia vuelve a crecer. El compromiso adquirido por el entrenador y la plantilla de fomentar el respeto mutuo e intentar que todo se desarrolle con tranquilidad saltó por los aires en la rueda de prensa posterior al choque con el Manchester United.

El portugués señaló a Sergio Ramos como culpable del gol de Welbeck, detalle que no sentó nada bien al capitán del Real Madrid en ausencia de Iker Casillas. "Si perdemos los duelos individuales, no hay organización que se resista", comentó Mourinho a la hora de justificar el gol del jugador del United, palabras que no han sido bien digeridas por el vestuario y especialmente por el campeón del mundo. 

"Me ganó la partida. No hay que señalar a ningún jugador. Creo que soy honesto y honrado al reconocer que no estuve bien", afirmó Sergio Ramos al enterarse de las palabras del entrenador. El pacto de tranquilidad, de estabilidad en la relación entre técnico y jugadores volvió a quedar roto. La plantilla celebraba que Mourinho apenas hablara porque así creían que los problemas iban a desaparecer y tenían toda la razón. El portugués sigue mandando recados y estos no están siendo bien recibidos por un grupo que vuelve a distanciarse de su entrenador. 

El problema y lo que inquieta a la zona noble del Bernabéu es que lo mucho que hay en juego entre la última semana de febrero y la última de marzo. A la vuelta de ambas eliminatorias hay que añadir el compromiso liguero ante el Barcelona en el estadio madridista previsto para el sábado 2 de marzo a las cuatro de la tarde. Esta nueva desconexión, la mejora en la relación se limitaba al aspecto profesional, llega en el peor momento posible. No hay tregua posible. Ramos volverá a tirar del grupo pero no perdona la actitud de Mourinho y que volviera a señalarle públicamente, tal y como hizo tras el partido ante el Sevilla al inicio de Liga y que provocó un enfrentamiento directo entre ambos que no terminó hasta los últimos días del mes de diciembre.

Los directivos se tiran de los pelos. Entre decepcionados por los dos empates y temerosos por lo que pueda suceder durante estas dos semanas que faltan para jugarse el todo por el todo. Los directivos apelan al compromiso y a la ambición de los jugadores para conseguir dar la vuelta a ambas eliminatorias, ya que en el momento en el que se inicien los partidos del Camp Nou y Old Trafford, el Real Madrid estará eliminado.

No le queda otro remedio que ir a buscar dos noches épicas para seguir con vida y no dar por terminada la temporada el 5 de marzo. El Real Madrid de Mourinho pende de un hilo, mejor dicho de dos, y lo hace cuando la relación entre el técnico y algunos jugadores vuelve a vivir momentos complicados. La distancia vuelve a crecer. El compromiso adquirido por el entrenador y la plantilla de fomentar el respeto mutuo e intentar que todo se desarrolle con tranquilidad saltó por los aires en la rueda de prensa posterior al choque con el Manchester United.

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