Mourinho no asume sus errores y lanza un nuevo pulso al club

La semana arrancó con una fuerte tormenta tras el polémico empate en Manchester y se cerró con un huracán en Sevilla. La derrota del Real Madrid ante el Betis desató, una vez más, a José Mourinho quien lejos de asumir la parte de culpa que le corresponde por no saber detectar los males que aquejan al equipo, volvió a señalar al club y a los jugadores como máximos responsables de la situación que ha llevado al equipo blanco a depender del Levante para no estar a 11 puntos del Barcelona. De lo suyo nada. O sí, ironía…  “Me siento solo, siempre soy el malo de película”, espetó el técnico en sala de prensa lamentando que sólo él sea el encargado de denunciar arbitrajes como el de Gil Manzano o alteraciones del calendario que, a su entender, son favorables al Barça.

Miguel Pardeza e Iker Casillas se encargaron de quitarle la razón al entrenador portugués. Mientras él remataba su ‘actuación’ en sala de Prensa, el capitán del equipo se plantaba ante los micrófonos en zona mixta para poner en relieve lo que entendía era una injusticia: “El árbitro nos ha perjudicado. No nos gusta hablar de ellos, pero es cierto que esta temporada no están acertados con nosotros”. En el mismo sentido se manifestaba el director deportivo del club: “La actuación arbitral nos ha privado de un gol legal y de un penalti a favor en el último minuto”. Mourinho no estaba solo…

La queja pública de Mourinho, por lo tanto, es un nuevo pulso al club y a Florentino Pérez, que empieza a estar cansado de que el técnico portugués distraiga la atención cuando las cosas no le van bien. El presidente blanco, que como es habitual bajó al vestuario para pedir responsabilidad a la plantilla ante esta situación, cree que debe a sumir su parte de culpa y trabajar en pulir los errores que han lastrado al Real Madrid esta temporada.

Tres derrotas en Liga y una clara falta de talla en las grandes citas europeas que han llevado al equipo a clasificarse como segundo de grupo no tienen justificación ni en polémicas arbitrales, ni en confecciones de calendario. Florentino y su directiva espera mucho más del portugués. Saben que en juego está la conquista de la Décima, pero el camino está siendo tortuoso y el Real Madrid está pagando un alto precio. Las palabras de Mourinho señalando al club no han gustado y no caerán en saco roto.