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Las alarmas saltan en el Bernabéu por la guerra que mantienen Mourinho y Sergio Ramos
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EL TÉCNICO MANDÓ A KARANKA PARA MEDIAR EN EL CONFLICTO

Las alarmas saltan en el Bernabéu por la guerra que mantienen Mourinho y Sergio Ramos

Choque de trenes. La guerra continúa y empieza a preocupar en la zona noble del Santiago Bernabéu. Las alarmas ya han sonado. José Mourinho y Sergio

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Las alarmas saltan en el Bernabéu por la guerra que mantienen Mourinho y Sergio Ramos

Choque de trenes. La guerra continúa y empieza a preocupar en la zona noble del Santiago Bernabéu. Las alarmas ya han sonado. José Mourinho y Sergio Ramos no dan su brazo a torcer. Uno y otro hablan, se tiran dardos envenenados e incluso el técnico también ejecuta de obra y no de palabra. Si en la rueda de prensa del pasado sábado, el portugués habló de un Ramos entre los mejores pero matizando cuando está bien, el internacional contestó el domingo diciendo que nadie le va a cambiar y que tiene la conciencia muy tranquila cuando salta al terreno de juego.

El propio Ramos se encargó este martes de tratar de zanjar la polémica, asegurando que no tiene ningún problema con el entrenador madridista: "Mi relación con Mourinho es buena, honesta y clara. Respeto sus decisiones y es para mí el mejor entrenador", indicó. Además, quiso hacer hincapié en por qué vistió la camiseta de Mesut Özil bajo la suya en el partido frente al Deportivo de la Coruña: "Mesut es un gran amigo y le dije hace tiempo que mi primer gol de la temporada sería para él y aprovechando su cambio me puse su camiseta, confiando que podría ser mi primer gol. Nada más", escribió el futbolista sevillano.

En el club se piensa que esta situación debe desbloquearse, que no se puede seguir y más teniendo por delante la visita al Camp Nou. Florentino Pérez y el resto de directivos quieren que el conflicto se termine, por lo menos de puertas hacia afuera. Sorprende en el club que Mourinho no haya bajado a la arena, que haya mandado a Aitor Karanka como mediador en las diferencias y que no haya sido él mismo el que tendiera la mano para hablar, para finiquitar un frente que parecía dormido pero que él mismo reabrió con su decisión de dejar fuera del equipo titular al defensa andaluz. Mourinho pretendía que todo continuara como si nada hubiera pasado entre él y el defensa, algo que el campeón del mundo no iba a aceptar, al menos de primeras.

Es más, la presencia de Sergio Ramos en el lateral ha sido tomada dentro del club como un nuevo desafío del técnico y más cuando hace poco menos de un año afirmó que la etapa del defensa como lateral estaba cerrada. Karanka justificó el movimiento de Ramos a la banda hablando de la lesión de Essien como el encargado de ocupar el descanso de Arbeloa. El campeón del mundo quiere jugar en el centro de la defensa y eso lo sabe Mourinho.

El defensa no se calla

El defensa no tardó en contestar a lo dicho y hecho por el técnico. El internacional español fue uno de los tres jugadores que pasaron por la zona mixta tras el choque ante el Deportivo y, tal y como hizo tras los partidos ante Betis y Rayo Vallecano, habló y lo alto y claro, algo que no ha gustado al entrenador. De momento, Ramos tiene pensado seguir hablando, al menos mientras sienta que no se le trata como a otros jugadores.

El Confidencial ya informó sobre la incómoda situación en la que se encontraba Florentino Pérez en este intercambio de golpes entre uno de sus jugadores de mayor confianza dentro del vestuario y el entrenador al que ha dado una cuota de poder desconocida por otros otros técnicos. El presidente quiere que la historia termine, que nada perturbe la convivencia del equipo y más teniendo en el punto de mira la visita al Camp Nou. No está dispuesto a consentir que dos de sus pesos pesados continúen desgastándose con reproches y gestos que pueden dañar al equipo.

Choque de trenes. La guerra continúa y empieza a preocupar en la zona noble del Santiago Bernabéu. Las alarmas ya han sonado. José Mourinho y Sergio Ramos no dan su brazo a torcer. Uno y otro hablan, se tiran dardos envenenados e incluso el técnico también ejecuta de obra y no de palabra. Si en la rueda de prensa del pasado sábado, el portugués habló de un Ramos entre los mejores pero matizando cuando está bien, el internacional contestó el domingo diciendo que nadie le va a cambiar y que tiene la conciencia muy tranquila cuando salta al terreno de juego.

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