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Rosell y Pep, cada día más distanciados, aunque todo apunta a que el técnico renovará
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LAS DIFERENCIAS ENTRE AMBOS SE INICIARON EN LA ETAPA DE LAPORTA

Rosell y Pep, cada día más distanciados, aunque todo apunta a que el técnico renovará

Sandro Rosell y Pep Guardiola están condenados a entenderse. No les queda otro remedio, pero cada día que pasa la distancia que hay entre ellos es mayor. No para

Foto: Rosell y Pep, cada día más distanciados, aunque todo apunta a que el técnico renovará
Rosell y Pep, cada día más distanciados, aunque todo apunta a que el técnico renovará

Sandro Rosell Pep Guardiola están condenados a entenderse. No les queda otro remedio, pero cada día que pasa la distancia que hay entre ellos es mayor. No para de crecer. Con credos completamente diferentes, presidente y entrenador circulan por vías divergentes que nunca llegarán a cruzarse. Pese a ello, todo hace indicar que la renovación de contrato del entrenador apunta a una firma más o menos inmediata en el tiempo. "No es el momento por ahora", dijo el técnico, pero todo el barcelonismo espera un gesto que signifique la continuidad de Pep en el banquillo azulgrana una temporada más. Guardiola tiene el ofrecimiento sobre la mesa. Un contrato nuevo que ha rechazado y que ha rehusado firmar en dos ocasiones.

Las dudas en el vestuario ya se instalaron hace unas semanas, tal y como contamos en El Confidencial. No lo tienen claro. Ni mucho menos. Lanzan mensajes positivos, pero los pesos pesados de la plantilla temen un adiós del técnico. Conocen a la perfección que la relación entre ambos no es buena ni mala, vamos que casi es inexistente. La alarma se encendió y los movimientos ya se han iniciado para lograr un nuevo acercamiento y, por otro lado, ya han sondeado a posibles candidatos para ocupar el puesto. 

Rosell nunca ha perdonado que el técnico se identificara tanto con Joan Laporta de la manera que lo hizo al término de su mandato. Periplo que ambos iniciaron juntos, uno como jefe y el otro como segundo y jefe de lo deportivo. Fue el presidente que apostó por él y su respuesta fue, hasta cierta manera, lógica, pero el actual máximo dirigente nunca lo ha sabido digerir. Pep sabe que, en su época de vicepresidente, Rosell no tuvo reparo alguno en apostar por otros técnicos antes que mirar a la casa, a los que poco tiempo antes eran jugadores del primer equipo. La apuesta, en su momento, por Scolariescoció en muchos ex del primer equipo. Al final, el brasileño ni apareció por el Camp Nou.

El técnico, molesto con la gestión de la directiva

La salida del club de Begiristain tampoco fue entendida por el técnico, así como las duras negociaciones que ha tenido que mantener para conseguir la renovación de todo su cuerpo técnico. Laporta ha querido echar más leña al fuego y, una vez más, se ha puesto al lado del técnico. "La decisión que tome Pep estará meditada y se tendrá que respetar. Lo está dando todo". Cualquier aparición del expresidente sirve para dividir aún más a uno y otro.

Los dieciocho meses en los que Rosell y Guardiola llevan trabajando juntos, tampoco han servido para que entre ambos se produjera un acercamiento más allá del que se muestra en las fotos protocolarias. Pep no entiende muchas de sus decisiones, ni de la manera de gestionar algunos aspectos de la plantilla. El técnico quiere marcar la comunicación del club, ser la voz y la imagen y el excesivo protagonismo de la directiva se lo impide y piensa que se entromete en su cometido. La gestión de algunos fichajes tampoco han sido del agrado del entrenador. Todos los movimientos hechos en relación con Neymar no fueron consultados al técnico y fueron responsabilidad del presidente. Igual que la negativa a incorporar a un central

Rosell no ha entendido ni compartido la lealtad que tiene con Laporta. Piensa que esa fidelidad debe ser con el club y no con la persona que le sentó en el banquillo. No es algo nuevo y continúa irritando al que fuera jefe de márketing de 'Nike'. Pese a este panorama, el día menos pensado presidente y técnico aparecerán por la sala de prensa y firmarán un año más, pero todo el mundo sabe que será el último. Pep se lo debe a sus jugadores.

Sandro Rosell Pep Guardiola están condenados a entenderse. No les queda otro remedio, pero cada día que pasa la distancia que hay entre ellos es mayor. No para de crecer. Con credos completamente diferentes, presidente y entrenador circulan por vías divergentes que nunca llegarán a cruzarse. Pese a ello, todo hace indicar que la renovación de contrato del entrenador apunta a una firma más o menos inmediata en el tiempo. "No es el momento por ahora", dijo el técnico, pero todo el barcelonismo espera un gesto que signifique la continuidad de Pep en el banquillo azulgrana una temporada más. Guardiola tiene el ofrecimiento sobre la mesa. Un contrato nuevo que ha rechazado y que ha rehusado firmar en dos ocasiones.

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