Lucas Silva pasa de ser "uno de los mejores mediocentros" al ostracismo del Marsella

“La búsqueda del talento, de la calidad y del esfuerzo es la que nos ha llevado a incorporar a nuestro equipo a un jugador con un gran potencial de presente y de futuro, procedente de una tierra donde el fútbol es una religión. Hoy llega a nuestro club con todas la ganas del mundo uno de los mejores centrocampistas de Brasil”. Son algunas de las muchas palabras halagadoras que pronunció Florentino Pérez cuando el pasado 26 de enero de 2015 presentó en el Santiago Bernabéu a Lucas Silva, el último fichaje de la era Ancelotti. Es un discurso tan manido, tan utilizado con tantos jugadores que ha perdido valor. Podría decir lo mismo de una máxima estrella mundial, que por un jardinero.

Lucas Silva, al final, no resultó ser "un jugador nacido para jugar en el Real Madrid", como muchas veces ha repetido el máximo mandatario blanco. El brasileño apenas jugó con Ancelotti, que nunca lo pidió ni confió en él. Y desde el primer día se vio claro que Rafa Benítez no lo quería en su equipo. De hecho, Benítez alabó públicamente a Illarramendi y dijo que contaba con él, sin embargo, al final, se marcharon los dos por diferentes caminos. El "mejor mediocentro de la Liga de su país" cogió las maletas y se fue al Olympique de Marsella de Míchel cedido durante una temporada. Y por muy, muy poco, esa cesión no finalizó el último día del mercado de fichajes invernal.

Fue un fichaje que no pintaba bien desde el principio. A pesar de haber sido un jugador realmente importante en el Cruzeiro campeón del Brasileirao, no se le veían cualidades diferenciales como para poder dar el salto a Europa y, además, directamente al Real Madrid. Era un paso para el que aún no estaba preparado, pero el Madrid vio la oportunidad de negocio y no se lo pensó. Fue a por él y lo consiguió. Más de un año después, pocos se acuerdan de él, de que el 30 de junio volverá a ser jugador merengue... y probablemente se verá ante la obligación de buscar otra cesión.

Su adaptación al Olympique de Marsella no ha sido especialmente fácil tampoco. Al ser Míchel el entrenador, tenía ante sí la oportunidad de tener la confianza de un exjugador del Real Madrid, que al menos indirectamente no ve con malos ojos hacerle un favor al Madrid. Y precisamente ha sido Míchel el que ha sido su valedor durante estas últimas semanas, las peores de la carrera de Silva, de largo.

Durante las últimas jornadas de 2015, Lucas Silva desapareció de las alineaciones del OM. Empezó a ser un suplente habitual y no conseguía recuperar la confianza, no de su entrenador, que la tenía, sino "en sí mismo", como asegura Míchel en 'Marca'. Desde que perdió el Marsella en casa ante el Nice el 8 de noviembre, Lucas no volvió a empezar un partido hasta el 29 de enero ante el Lille. Ese día, el presidente de la entidad y el director deportivo habían estado negociando con el Anderlecht la cesión del centrocampista, la cual se cerró entre los clubes, con el consentimiento a regañadientes del entrenador... y con la definitiva negativa del jugador, que se quedó en Marsella pese a que el resto de las partes estaban de acuerdo sobre este movimiento.

En este deporte no sucede (al menos no siempre) como en la NBA: los jugadores tienen derecho a decidir qué hacen con su futuro. Si Gasol tiene contrato en vigor y los Bulls deciden traspasarlo, poco o nada puede decir el pívot español. Pero aquí, Lucas Silva pudo negarse a aceptar una oferta en la que no creía. El problema es que esa decisión no le sentó bien al presidente Vincent Labrune. Fue el máximo mandatario el que le apartó deliberadamente del equipo. Obligó a Míchel a dejar de convocarle, a dejarlo en la grada, pese a que el técnico madrileño quería contar con él. Incluso, cuando Lucas subió al autobús del equipo antes de un viaje, le hicieron bajar y quedarse en tierra.

Ha pasado ya un tiempo, y Míchel ha hecho entrar en razón al presidente. Lucas Silva ya ha vuelto a jugar con el OM, aunque por ahora sólo en las copas. Ganó el que fue suplente, ante el Trélissac en la Copa de Francia, pero el Marsella perdió el que fue titular, contra el Toulouse en la Copa de la Liga. Quedan todavía varios meses de competición, y Lucas seguirá en el Marsella, como él quería. Pero su futuro no pinta bien. De hecho, no está convocado para jugar esta noche contra el Athletic Club en la ida de dieciseisavos de final de la Europa League. Y eso probablemente volverá a ser una rutina. Es decir, que el Real Madrid tiene a un jugador cedido para que se desarrolle que no está ni jugando...

Alkorta prevé "un partido espectacular"

Rafa Alkorta conoce bien al Athletic y asegura que el objetivo de su equipo será "aprovechar los riesgos" que ellos corren. "El Athletic presiona mucho, fuera y en casa, siempre adelanta las líneas y arriesgan mucho", afirmó el exjugador del Athletic en una entrevista a la web oficial del Marsella.

Alkorta auguró "un partido espectacular" porque los dos equipos van al ataque, aunque reconoció que en el caso del Olympique no están teniendo buenos resultados en su estadio. "Pero atacamos bien, creamos muchas ocasiones y ellos van siempre al ataque, así que creo que va a ser muy divertido, que la gente lo va a pasar bien, que se va a jugar con mucha intensidad", dijo.

El exdefensa, segundo de Michel en el Marsella, señaló que no se pierde ningún partido del Athletic y del Real Madrid, los dos equipos en los que militó. Además, reconoció mantener una buena amistad con Ernesto Valverde, con quien militó en el Athletic a principios de los 90 y del que dijo que es "uno de los mejores entrenadores de Europa".

Alineaciones probables:

Olympique de Marsella: Mandanda; Isla, Nkoulou, Rolando, Manquillo; Romao, Diarra; Thauvin, Barrada, Nkoudou; Batshuayi.

Athletic Club: Iago Herrerín; De Marcos, Etxeita, Laporte, Balenziaga; San José, Beñat; Williams, Eraso, Susaeta; y Aduriz

Árbitro: Craig Thomson (ECO)

Estadio: Velódromo de Marsella

Hora: 21.05 horas.