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La plantilla del Real Madrid no quiso revelar la identidad de sus invitados a la final
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el club pidió a cada jugador un listado

La plantilla del Real Madrid no quiso revelar la identidad de sus invitados a la final

El club dio a cada jugador 25 entradas para la final de Milán y exigió la identidad de todos los invitados. El colectivo de futbolistas se negó y finalmente se salió con la suya

Foto: En la imagen, Florentino Pérez y Sergio Ramos. (EFE)
En la imagen, Florentino Pérez y Sergio Ramos. (EFE)

La gestión de diferentes cuestiones relacionadas con la final de la Champions League que se disputará en Milán provocó el enfado de los trabajadores del Real Madrid, sin olvidar a esos socios que deberán recoger su entrada en la misma ciudad italiana. Este periódico ya desveló hace días el descontento con Florentino Pérez y sus más cercanos ejecutivos, al sentirse ambos colectivos menospreciados por el club. Ese pesar también se instaló en el vestuario del primer equipo a cuenta de las localidades. La pequeña batalla, por supuesto, fue ganada por Zidane y los suyos…

El Real Madrid y el vestuario alcanzaron un acuerdo para que cada futbolista se quedara con 25 entradas para atender sus compromisos. Cantidad pequeña para una final de la Champions League, pero no pudieron conseguir más. El problema surgió cuando la institución exigió a los futbolistas que entregaran un listado (nombre, apellidos, DNI...) con todos los convidados. La sorpresa fue mayúscula en el camerino. ¿Pensarán que vamos a revenderlas? Más de un jugador se hizo esa pregunta.

El caso es que la respuesta fue categórica y determinante. Con el capitán Sergio Ramos al frente, el plantel se negó a facilitar la identidad de las personas más cercanas que les acompañarán a Milán para vivir en directo la gran final de la Champions League. Más o menos se le trasladó a las altas instancias que están lo suficientemente atareados preparando un partido de tanta importancia como para perder el tiempo confeccionando una lista de invitados. Los protagonistas de la gran fiesta del fútbol adquirieron las localidades hace días y ya no se volvió a hablar del asunto. La realidad es que estuvieron fiscalizadas por el club el tiempo justo.

Los rojiblancos, 22 localidades

El desencuentro no pasó a mayores porque se impuso casi sin debate el planteamiento del equipo que entrena Zidane. Los futbolistas han impuesto su criterio con claridad, mientras los empleados y los socios no han tenido tanta suerte, lo que provocó un torrente de quejas por parte de ambos lados, tal y como desveló este periódico hace días. Se señala a Manuel Redondo -director general de Presidencia- como ideólogo y responsable del operativo que ha provocado que las críticas hayan llovido a la gestión del asunto. El ejecutivo impuso su criterio en determinados escenarios, pero ante la fuerza de la primera plantilla tuvo que hincar la rodilla y agachar la cabeza.

En el otro lado no se produjeron incidentes de excesiva relevancia, aunque sí provocó cierto malestar la decisión final. El Atlético de Madrid otorgó a cada futbolista 22 localidades, una cantidad que en opinión de los protagonistas es demasiado exigua a la vista de los numerosos compromisos que han tenido que atender. Las quejas se quedaron en nada y los de Simeone, como sus rivales, se las han visto y deseado a la hora del reparto. Basta recordar las palabras de Koke en 'Al Primer Toque' de 'Onda Cero', para destacar lo que han tenido que cavilar. "La verdad es que me han pedido muchísimas entradas. Hasta ha habido muchas personas que me han escrito, pero no he podido complacer a todos. Me han salido primos y casi hermanos", dijo con una sonrisa en la boca.

La gestión de diferentes cuestiones relacionadas con la final de la Champions League que se disputará en Milán provocó el enfado de los trabajadores del Real Madrid, sin olvidar a esos socios que deberán recoger su entrada en la misma ciudad italiana. Este periódico ya desveló hace días el descontento con Florentino Pérez y sus más cercanos ejecutivos, al sentirse ambos colectivos menospreciados por el club. Ese pesar también se instaló en el vestuario del primer equipo a cuenta de las localidades. La pequeña batalla, por supuesto, fue ganada por Zidane y los suyos…

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