El Madrid racanea a sus trabajadores estar en Milán y el Atleti los subvenciona
Los comités de empresa del Madrid han tenido que apelar al convenio colectivo para tener dos entradas de pago, mientras el Atleti regala una de las dos y da 250 euros para el viaje
Los comités de empresa del Estadio Santiago Bernabéu y del Real Madrid -hay un tercer comité para la Ciudad Deportiva de Valdebebas, aunque el segundo aglutina a todos- pidieron al club que preside Florentino Pérez dos entradas por trabajador para que estos puedan asistir el próximo sábado 28 a la final de la Liga de Campeones que se disputa en Milán. En un primer momento, la solicitud de los representantes de los empleados del Real Madrid fue de palabra, aunque, como quiera que no lograban un compromiso por parte de sus altos directivos, quienes adujeron tener muchos compromisos que atender, los comités se vieron obligados no solo a pedir las entradas por escrito, lo cual ya resulta de por sí bastante triste, sino incluso a apelar al artículo 42 de su convenio colectivo.
Según se puede leer en este documento, "cada trabajador tendrá derecho a adquirir, mediante pago, al menos cuatro localidades en partidos de Liga, Copa y competición europea para los partidos a celebrar en el Estadio Santiago Bernabéu y dos entradas por persona si el Real Madrid Club de Fútbol jugase la final de la Champions League". Es decir, que, aunque solo fuera por imperativo legal, el club ha tenido que destinar dos entradas para la final contra el Atlético para cada uno de sus trabajadores. De hecho, y según se recoge en la página web del Real Madrid, el pasado lunes se comunicó que había 600 entradas para empleados, dejando claro que "según convenio colectivo".
Todos estos billetes serán nominales, algo que los trabajadores entienden que es para evitar la reventa, aunque precisamente por ello denuncian que esto no suceda también con las 800 entradas destinadas a miembros del primer equipo, con las 10 que tendrá cada directivo de Florentino Pérez, las 120 de la llamada Área Vip, las 60 para la Fundación o las 280 para Protocolo y Relaciones Institucionales. Además, está previsto que los trabajadores, a quienes en caso de ser socios y tocarles una entrada por sorteo deberán devolver la de empleado, recojan sus tiques directamente en Milán. Esto último ya se intentó hacer en la final de Lisboa de hace dos años, aunque finalmente la idea se tuvo que abortar por lo complejo que resultaba el operativo.
[Pérdida de valores y caos: a Florentino le sacan los colores sus propios empleados]
Desde ambos comités del Real Madrid se pide a todos los empleados del club más laureado y rico del mundo que soliciten las entradas a las que, según el citado convenio, tienen derecho. Y que lo hagan aunque no vayan a hacer uso de ellas, ya que otros compañeros seguramente puedan cubrir compromisos. "Simplemente es un llamamiento al compañerismo", explican. También se solicitó a los directivos del Real Madrid que facilitaran un medio de transporte para poder ir a Milán, en este caso un avión, aunque la respuesta fue negativa. Es decir, todo lo contrario de lo que sucede con tantos y tantos invitados del presidente, que no solo tienen garantizas entradas gratis y en las mejores zonas del campo, sino a quienes incluso se les paga el billete de avión y el hotel.
El agravio comparativo con el Atleti
Por último, y no por ello menos importante, los comités han comunicado a todos los trabajadores del Real Madrid que su rival en la final de la Champions, el vecino Atlético de Madrid, ha proporcionado, e incluso ya se las ha entregado, dos entradas a sus empleados, una de forma gratuita y otra de pago, así como financiado con 250 euros el viaje a Milán, sin duda una generosa contribución para ayudarles a pagarse el medio de transporte a la ciudad italiana. Y todo esto con el agravio comparativo que supone que, mientras el Real Madrid sigue siendo un club "de sus socios", como tanto le gusta decir -que no demostrar- a Florentino Pérez, el Atlético es una sociedad anónima deportiva, de ahí que su gestión económica es la que sus propietarios consideren, a pesar de tener muchos menos recursos.
Precisamente, el Real Madrid informó este mismo jueves que es "el club de fútbol más valioso del mundo con un valor de 3.645 millones de dólares, un 12% más que el año pasado, según la prestigiosa publicación 'Forbes'. Tal y como asegura en su página web, el Real Madrid es el club con más ingresos en el mundo del fútbol por undécimo año consecutivo, con 694 millones de dólares". Pocas cosas como esta indignan más a los trabajadores del club de Chamartín, pues no entienden el maltrato que el club les dispensa, al tiempo que presume del dineral que anualmente gana.
Sorteo de 15.170 entradas
De las 19.550 entradas que el Real Madrid ha recibido de la UEFA para la final de Milán, 15.170 serán repartidas entre los socios que las hayan solicitado y cuyos nombres se conocerán en el sorteo que se celebra este viernes, a las 12:00 en la sala de prensa del Bernabéu y en presencia del notario D. Cruz Gonzalo López-Muller Gómez. Eso sí, 1.000 entradas ya han sido destinadas directamente por el club a algunas peñas, es de suponer que a las más afines al presidente, 100 son para los socios más antiguos y 80 para algunos socios con movilidad reducida. Lo triste del caso es que desde dentro del propio Real Madrid, sobre todo después de comprobar el trato recibido por sus propìos trabajadores, se desconfíe incluso de que algunos billetes puedan estar concedidos de antemano. Y en este caso, no precisamente por convenio colectivo, sino por conveniencia personal.
Los comités de empresa del Estadio Santiago Bernabéu y del Real Madrid -hay un tercer comité para la Ciudad Deportiva de Valdebebas, aunque el segundo aglutina a todos- pidieron al club que preside Florentino Pérez dos entradas por trabajador para que estos puedan asistir el próximo sábado 28 a la final de la Liga de Campeones que se disputa en Milán. En un primer momento, la solicitud de los representantes de los empleados del Real Madrid fue de palabra, aunque, como quiera que no lograban un compromiso por parte de sus altos directivos, quienes adujeron tener muchos compromisos que atender, los comités se vieron obligados no solo a pedir las entradas por escrito, lo cual ya resulta de por sí bastante triste, sino incluso a apelar al artículo 42 de su convenio colectivo.